¿Cómo cuidas tu piel?

Hablar de cuidado de la piel no solo tiene que ver con el uso diario de protector solar, de hecho, el Dr. Vladimir Preciado, especialista en dermatología, indica que la mayoría de enfermedades que pueden afectarla están relacionadas directamente a la salud mental y los hábitos de vida, que también incluyen una rutina adecuada para cada tipo de piel.

Sin omitir que debido a nuestra posición geográfica “es importante que desde pequeños tengamos una conciencia muy alta en cuanto a medidas preventivas contra el cáncer de piel”, resalta el experto, pues afirma que en nuestro medio “hay más índice de radiación ultravioleta, es decir el sol pega más”.

Además, el estilo de vida actual nos expone a estar rodeados por mucho tiempo a radiaciones de la luz azul que emiten los aparatos electrónicos y que causan fotodaño en la piel.

Las pieles blancas

Son las más propensas al fotoenvejecimiento, es decir, a la formación de léntigos solares o manchas, y de efélides o pecas, debido a la poca melanina con la que cuentan para protegerse de la radiación. Por ende “requieren ser tratadas con mayor atención, ya que están más predispuestas a formar lesiones precancerosas”, afirma el doctor.

Los lunares

Es normal tenerlos, a unos les pueden salir más que a otros, sobre todo cuando se experimentan cambios hormonales como en la adolescencia o el embarazo, pero es importante saber que sí existen parámetros para conocer si se está corriendo riesgo de una lesión a futuro de cáncer.

El especialista dice que una cantidad normal de lunares en una persona adulta está entre los 10 y 45 lunares, si son más existe un mayor riesgo de padecer enfermedades. Por esta razón, se recomienda buscar ayuda profesional para adoptar medidas de cuidado específicas y descartar lesiones.

Los lunares rojos, o lunares de sangre, son 100% benignos, no se transforman en cáncer y en algunas ocasiones tienen un carácter familiar.

Los lunares marrones, por el contrario, sí pueden transformarse en malignos. El Dr. Preciado nos cuenta que en dermatología existe una regla conocida como ‘ABCDE’ y permite identificar señales para saber si una lesión puede ser cancerosa o no.

- Asimetría: al dibujar una cruz sobre el lunar, todos los cuadrantes deben tener el mismo tamaño.

- Bordes: no deberían ser bordes ‘dentados’ o ‘estrellados’, es decir, irregulares.

- Color: no es común que uno mismo tenga variaciones de tono, deben ser homogéneos.

- Diámetro: es normal que midan menos de 6 milímetros, a menos que sean los conocidos como ‘lunares de nacimiento’, que pueden tener un mayor tamaño sin representar riesgos.

- Evolución: no debemos normalizar que repentinamente un lunar sangre, pique, duela, se inflame, cambie de color, que sus vellos se comiencen a caer o que se forme un halo blanco alrededor.

Las verrugas

Generalmente son lesiones benignas, en su mayoría virales, como el del papiloma humano, y surgen por contagio directo, sobre todo en niños. También existen las que son de grasa, o queratosis seborreicas, y tienen que ver con una predisposición genética o están relacionadas al daño actínico, es decir, a cuánto sol se haya tomado.

Enfermedades comunes

Existen las que son por cuadros genéticos, que se activan por factores relacionados a los malos hábitos de vida y surgen alrededor de los 20 años de edad.

- Dermatitis seborreica: una condición que se presenta mucho a nivel de cuero cabelludo, rostro y pecho, ocasionada por la sobreproducción de sebo que al contacto con el aire se vuelve caspa.

- Psoriasis: es una condición inflamatoria crónica de la piel que generalmente se expande en codos, rodillas, manos y pies, pero que también puede provocar problemas articulares.

- Vitíligo: es un cuadro inmunológico que afecta principalmente a las áreas expuestas y genitales, se produce cuando las células que dan pigmento a la piel por alguna razón se inactivan o se destruyen.

Y también están el acné y la rosácea, que pueden ser inducidas por múltiples factores y en ambos casos el tratamiento debe ser guiado por un especialista.

7 cuidados esenciales

- Usa productos de limpieza con el mismo pH de la piel, neutro.

- Los baños no deben durar más de cinco minutos, ya que se puede remover la barrera lipídica que nuestra piel necesita para protegerse.

- La depilación no debe ser diaria ni agresiva.

- Aplica cremas emolientes e hidratantes, sobre todo si constantemente usas antibacteriales o alcohol que producen resequedad.

- Escoge un bloqueador que no solo tenga el factor de protección solar FPS contra los rayos UVB, sino también contra los UVA y la luz infrarroja y azul. Aplícalo 30 minutos antes de salir de casa o de empezar a usar aparatos electrónicos por mucho tiempo, y reaplícalo cada dos horas.

- Evita el tabaco, pues está comprobado que quienes fuman tienen mayor envejecimiento prematuro.

- Procura llevar una vida tranquila y aprende a gestionar mejor el estrés y la tensión.