Infidelidad: estos son los efectos emocionales que deja en los infieles y los engañados
Estudios revelan que una infidelidad no sólo afecta emocionalmente a la persona traicionada, sino también a quien la ocasionó porque suele convivir con una alta dosis de culpabilidad.
Algunas parejas deciden "cortar por lo sano" y separarse luego de un ´affair´, otras en cambio deciden apostar por la relación e intentar reconstruirla.
Pero, ¿cuáles son los consecuencias de pasar por esta experiencia? Varios estudios sugieren que ambas partes pueden desarrollar conductas que alteran su salud mental.
ASÍ SUFREN LAS VÍCTIMAS DE LA INFIDELIDAD
De acuerdo con la National Library of Medicine, la biblioteca biomédica más grande del mundo, las personas que han sido afectadas por la infidelidad de su pareja tienen una alta posibilidad de presentar episodios de inseguridad y ansiedad.
En el estudio “Amor e Infidelidad” de Ami Rokach y Sybil Chan, se indica que las mujeres que experimentaron rupturas matrimoniales o infidelidad, tenían seis veces más probabilidades de ser diagnosticadas con un episodio depresivo mayor que aquellas que no las habían experimentado.
Los celos son una de las emociones que más experimenta la pareja tras una infidelidad. Estos están acompañados por ira, inseguridad, rechazo, miedo, traición, paranoia, depresión, soledad, confusión, envidia y resentimiento, además de trastorno de estrés postraumático. Los sentimientos mencionados pueden desencadenar en comportamientos agresivos hacia la pareja. En Estados Unidos por ejemplo, es una de las principales causas de homicidio, según revelan Rokach y Chan.
EFECTOS EN LOS INFIELES: ¿QUÉ SUCEDE EN SU CEREBRO?
Con aquellos que cometen infidelidad, la situación puede variar. En un estudio de la revista científica PLoS One, publicado por el sitio GQ, se explica que la persona infiel procesa la Dopamina -conocida como la molécula de la felicidad y el placer- de forma diferente.
Según explica un estudio de 2016 de la revista científica Nature Neuroscience, el cerebro se acostumbra más a mentir y engañar con el tiempo. Una vez que se es infiel, la persona siente menos culpa a volver hacerlo.
Entre los efectos que deja la infidelidad, el psicólogo Brian Gladue menciona una baja capacidad para medir y controlar riesgos y la adicción a las emociones fuertes.
En el primer efecto, los infieles cuyas acciones no dejan consecuencias tienen una menor capacidad para evaluar los riesgos y las heridas que pueden causar. Esto hace que piensen que pueden seguir engañando o tomando riesgos. Mientras que en el segundo efecto, la infidelidad distorsiona las vías de recompensa del cerebro; esto quiere decir que después de años de relación, las descargas de dopamina se reducen y el cerebro comienza a buscar "dosis adicionales" de esa molécula. En ese sentido, la infidelidad se vuelve una adicción.