En Ecuador los hombres cuadriplican el número de mujeres que estudian carreras de tecnología
El Women Economic Forum (WEF) habilitó un ciclo de conferencias asincrónicas hasta el 17 de septiembre sobre negocios, liderazgo, equidad de género y sostenibilidad.
En Ecuador poco más de 2.000 mujeres estudian alguna carrera ligada a la tecnología, mientras que en el caso de los hombres, esta cifra se multiplica por cuatro.
Según el estudio ‘Mujeres y hombres del Ecuador en cifras III’, en el mercado tecnológico siguen imperando lo hombres. La realidad que vive el país también es global.
De acuerdo con la UNESCO, en el mundo las mujeres representan solo el 35% de quienes cursan estudios de enseñanza superior en STEM (por sus siglas en inglés) que es el acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Para Diana Lara, gerente de KM Solutions, representante en Ecuador de Kyocera, una de las mayores empresas dedicadas al campo de tecnología e innovación a nivel mundial, los retos han sido innumerables en el campo tecnológico.
“La mayoría de representantes a nivel de América Latina son hombres, en las conferencias o encuentros internacionales de toda la región, por ejemplo, somos apenas dos mujeres, por ende, casi no existe esa complicidad, muchas veces incluso me ha surgido una cierta frustración y cuestionamientos”, sostiene Lara.
Lara, como muchas otras mujeres que se desempeñan en esta rama, piensa que no es imposible sobresalir dentro de la industria; pero se deben esforzar más para destacarse, porque además de ser mujer, está el hecho de ser joven lo cual también suele poner en tela de duda su experiencia y capacidades.
Además, asegurar el aprendizaje a lo largo de la vida y la educación de calidad para las niñas y las mujeres acorde con los avances tecnológicos y científicos es una de las preocupaciones planteadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A Catalina Cajías, directora del Women Economic Forum (WEF) Ecuador, le preocupa que carreras en sectores como petróleo, energía, minería y aeronáutica la participación de mujeres siga siendo mínima.
“Cuando hablamos de minería hablamos de una participación en Ecuador del 16% y cuando hablamos de la participación de la mujer en el sector aéreo hay un 6% de participación. Tenemos que generar sinergias, tejidos humanos y empresariales para darle foco a estas profesiones no tradicionales que se van quedando atrás y en donde se está disolviendo la participación de ellas”, señala Cajías.
Una de las formas de generar estos espacios, es mediante foros, señala. Por eso el WEF habilitó en su página web un foro virtual que cuenta con más de 69 conferencistas, de 25 países entre las que destacan mujeres como Sandra Cauffman, subdirectora de la división de astrofísica en la NASA desde Estados Unidos.
La actividad se realiza por segundo año consecutivo y esta vez los participantes podrán conectarse hasta el 18 de septiembre de forma asincrónica. Al final recibirán un certificado avalado por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
La semana pasada, la inclusión y la diversidad también fueron abordados por el Seminario mujeres emprendedoras y valores corporativos de Estados Unidos, organizado por el Consulado General de EE.UU.
Sobre cómo mejorar el entorno laboral para las mujeres, María Avelina Mogollón, gerente de Investigación MARS Ecuador, sugirió que se deben crear políticas de contratación internas en las compañías, previo a determinar cuál es el sesgo para enrolar más a hombres.
Gina Castagneto, CEO de McDonalds Ecuador, coincidió en que se deben romper sesgos, además de generar espacios más visibles de empoderamiento.
Brian Quigley, cónsul General de Estados Unidos, dio la apertura a la jornada en la que también se analizaron los valores corporativos que permiten fortalecer a una marca y cómo conectar con las audiencias promoviendo causas sociales.
Y mientras aún hay mucho por hacer, ONU Mujeres destaca que la igualdad de oportunidades para desarrollar y prosperar en carreras STEM ayuda a reducir la brecha salarial de género, mejora la seguridad económica de las mujeres, además promueve el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.