Socio Vivienda: iniciativa ofrece talleres educativos a niños para alejarlos de la violencia

Génesis nació con hidrocefalia mielomeningocele, que es una acumulación de líquido en el cerebro. También tiene vejiga neurogénica que causa incontinencia urinaria aguda, luxación de cadera, pie equinovaro (tiene el pie en una posición torcida), y hace poco le detectaron insuficiencia renal crónica.

Estas enfermedades la mantienen en silla de ruedas. Con tan solo 12 años, Génesis quizás, ha pasado por más obstáculos en su vida que cualquier ciudadano común.

Sus días empiezan a las seis de la mañana. Primero toma su medicina, su mamá le cambia el pañal, que debe cargar siempre, y luego desayuna. A diferencia de sus tres hermanos mayores, ella no puede ir al colegio. En diciembre de 2023 le realizaron una intervención llamada “vesicostomía cutánea”. Se trata de una abertura creada entre la vejiga y el abdomen para que la orina salga sin presión.

Esto hace que Génesis no pueda estar sentada durante tanto tiempo en el pupitre del colegio, porque debe mantener esa abertura y la tienen que sondear varias veces al día, así que permanece en casa.

Las pocas veces que sale es para ir a citas médicas, acudir a reuniones muy puntuales con sus profesores y para asistir a los talleres de deporte, arte, educación ambiental y cultura que se realizan a unas cuadras de su casa: en Socio Vivienda 3, un barrio que fue construido para personas con discapacidad.

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“Estas actividades le ayuda a despejar su mente, porque es el único espacio donde puede interactuar con más niños. A ella le encanta la pintura. Incluso está en la cancha cuando hacen deporte. Pasamos unas dos horas y luego me la llevo para no tener ninguna complicación”, comenta Ruth Murillo, la mamá de Génesis.

¿De qué se trata esto? Misión Alianza de Noruega es una organización de cooperación internacional que trabaja desde 1994 en las zonas más vulnera-bles del país. Así fue como nació la “Red del Noroeste de la Sociedad Civil”.

Este programa tiene el objetivo de juntar a varias organizaciones sociales, utilizar sus conocimientos y organizar distintas actividades que generen un impacto positivo en las comunidades del noroeste de Guayaquil como Socio Vivienda 3.

The Social Project es una de las fundaciones que trabaja en la Red del Noroeste. Ellos se sumaron al proyecto en septiembre del año pasado y trajeron consigo un valor agregado: la educación ambiental.La jornada empieza a las 14h30.

Los talleres son gratuitos, pero cada clase los niños llevan un kilo de plástico para entregarlo al momento que toman lista. Todo el plástico recolectado a lo largo del proyecto se venderá a recicladoras para obtener fondos para la fiesta de Navidad.

Además, también les enseñan sobre separación de residuos, a sus padres les enseñan cómo venderlo a las recicladoras para generar ingresos, realizan mingas comunitarias y promueven el consumo responsable.

Actualmente, trabajan con 270 niños. Trece de ellos tienen algún tipo de discapacidad. Primero realizan una dinámica inicial y luego calientan antes de participar en la actividad deportiva del día. Todos sin excepción concursan.

Las clases son dictadas dos veces a la semana y son lideradas por cuatro instructores que se van alternando. Por ejemplo, el primer día va el profesor de Deportes con el profesor de Arte y la siguiente jornada va el instructor de Ambiente con el del área Social.

La idea es fusionar las áreas y crear duplas sociodeportivas que compartan sus conocimientos con los niños.

“Esto les sirve a los niños como una terapia para poder estimular habilidades que pueden aplicar en otros ámbitos de su vida. La cancha es el lugar de desarrollo de la comunidad y a través de estos juegos recreativos también estamos impartiendo valores y prevención de violencia, porque sabemos que los índices son altos en el noroeste de Guayaquil”, destacan Merwin Chávez, técnico del proyecto en Misión Alianza y Josseline de la Cruz, directora de proyectos de The Social Project.

Eso no es todo. Dentro del presupuesto de estas actividades se asigna un monto para adecuar y equipar los espacios donde se imparten las clases. Además, una vez al mes realizan mesas de trabajo comunitarias para establecer diálogos con los padres e identificar cuáles son las problemáticas más urgentes del sector.

De esa manera se plantean o contribuyen con soluciones. No dejar a nadie atrás es la meta de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Pero esto no solo implica llegar a las personas más pobres, sino que hay que tomar en cuenta a quienes no pueden luchar contra la violencia o la desigualdad como los niños. Si no se promueven los derechos y se apoyan a las organizaciones, no será posible mejorar la calidad de vida de comunidades como Socio Vivienda 3.