Ecuador tiene la primera planta de bioconversión de la región: de residuos a proteína
El 1 de diciembre se inauguró la primera planta de Bioconversión S.A., en donde se producirá una alternativa para alimentación animal basada en el aprovechamiento de residuos de la agroindustria, es decir, se convierte residuos orgánicos en proteína y abono.
Este proceso se centra en la crianza de la Mosca Hermetia Illucens conocida como Soldado Negro, un reciclador natural que no es una plaga, ni es capaz de transmitir enfermedades. Para el crecimiento de las larvas se las alimenta con residuos que pueden ir desde raíces hasta productos cárnicos (sobrantes de sus respectivas industrias).
Durante su ciclo de vida, estos insectos excretan un abono alto en nitrógeno, fósforo, potasio y otros microelementos, ideales para la fertilización orgánica del sector agrícola. Esto permite reducir el uso de pesticidas de largo plazo, que afectan los suelos.
Con la muerte natural de la mosca, se inicia el proceso industrial para convertirla en Harina de Insecto. Este producto es altamente nutritivo, con 45 % de valor proteico y 26 % de grasas se convierte en una alternativa sustentable a las tradicionales fuentes de proteína como la harina de pescado, y harinas vegetales para el uso de alimento animal.
La planta entra en funcionamiento en la Zede del Litoral de la ESPOL (Zona Especial de Desarrollo Económico) y con ella se promueve la Economía Circular, ya que se aprovechan residuos orgánicos de la agroindustria que, de otra manera, terminarían en botaderos causando impactos negativos en el ambiente (debido a las emisiones de gas metano, uno de los causantes de calentamiento global) y economía del país.
"Hay gases que la humanidad ha producido, que no permiten el reflejo (de los rayos solares) hacia el espacio. Eso hace que el equilibrio del clima se deteriore y la temperatura del planeta se eleve. Dos o tres grados de elevación en la temperatura (atmosférica) del planeta, puede tener consecuencias muy graves", explicó el presidente de Bioconversión, M. Sc. Mauricio Laniado, durante la inauguración de la planta.
"Hoy tenemos que hacer algo, los empresarios tenemos que hacer mejor. Tenemos que reutilizar las cosas, emitir menos daño al ambiente. Los políticos deben legislar para que esto sé dé, porque no es algo de corto plazo, depende de muchos", manifestó.
Al año, la planta puede procesar 1’460,000 toneladas métricas de residuos orgánicos no peligrosos, convirtiéndolos en 73,000 toneladas de harina de proteína de insecto como insumo para alimento balanceado, y en 505,000 toneladas de abono orgánico.
En el ámbito económico, esto representa aproximadamente 146’000,000 de dólares al año en ventas y unas 2,000 nuevas plazas de empleo, de acuerdo a las proyecciones de la empresa.
En la parte ambiental, según Laniado, la proteína que se obtiene en una hectárea de insecto es la misma que se extrae en 300 hectáreas de soya. "Imagínense el impacto ambiental en la Amazonía, si se dejara de hacer tanta deforestación", expresó el fundador de este proyecto.