Brasil: Deforestación en el Bosque Atlántico equivale a 20.000 campos de fútbol
La deforestación en el Bosque Atlántico de Brasil aumentó 66% en 2021 respecto al año anterior, informó este miércoles una ONG, que advierte que este bioma costero enfrenta un "alto" riesgo.
Entre noviembre de 2020 y octubre de 2021 la selva tropical atlántica perdió 21.642 hectáreas, un área equivalente a más de 20.000 campos de fútbol, según un estudio realizado desde 1989 por la Fundación SOS Mata Atlántica con imágenes satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
Esto representa un aumento de 66% respecto al período de referencia anterior (noviembre 2019-octubre 2020) y la emisión de 10,3 millones de toneladas de CO2 equivalente hacia la atmósfera, según la ONG.
Y un avance de 90% respecto a la deforestación registrada entre 2017 y 2018, 11.399 hectáreas, el menor valor de la serie histórica.
"No esperábamos un aumento tan intenso, pensábamos que el Bosque Atlántico estaría un poco más inmune a la explosión de deforestación [que viven otros biomas en Brasil], por ser una región con mayores controles", dijo a la AFP Luis Guedes Pinto, director de Conocimiento de SOS Mata Atlántica.
"Esto muestra que el bioma también está sufriendo con el desmonte de la política y la legislación ambiental", añadió Guedes Pinto.
Bajo el mandato del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que ha presionado para abrir las tierras protegidas a la agroindustria y la minería, la deforestación anual promedio en la Amazonia brasileña aumentó más de 75% con respecto a la década anterior, según cifras oficiales.
Menos conocido que la selva amazónica, el Bosque Atlántico tropical (Mata Atlántica en portugués) se extiende por más de 100.000 km2 a lo largo de la costa oceánica y conserva apenas 12% de su vegetación original debido al proceso de urbanización, según datos de SOS Mata Atlántica.
"El aumento de la deforestación (...) mantiene a este bioma en un alto grado de amenaza y riesgo", señala la ONG en su informe.
La agropecuaria, la agricultura y la especulación inmobiliaria en torno a las grandes ciudades pueden ser apuntadas como causas de la tala, según Guedes Pinto.
Si la deforestación continúa, "va a faltar agua, alimento y energía eléctrica", puesto que la vegetación protege las cabeceras de importantes ríos y varios ecosistemas necesarios para la producción de alimentos como café, naranja o soja, advirtió Guedes Pinto citado en un comunicado.
Además, "es un desastre no solo para Brasil, sino para el mundo, ya que importantes referencias internacionales apuntan el Bosque Atlántico como uno de los biomas que precisan ser restaurados con más urgencia para alcanzar la meta de limitar el calentamiento global a 1,5ºC establecida en el Acuerdo de París", añadió.
El aumento se registró en 15 de los 17 estados brasileños en los que está presente el bioma, revirtiendo trayectorias de "algunos años" en estados como Sao Paulo y Rio de Janeiro, "que estaban cerca de acabar con la deforestación".