Tasa de contagio de COVID por aire es menor al 1% y no de 10% como se pensaba

Redacción Vistazo
Las recomendaciones del CDC contemplan que las personas no vacunadas deben usar máscaras en la mayoría de los entornos al aire libre y las personas vacunadas deben usarlas en "lugares públicos grandes".

Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos hace poco anunciaron nuevos lineamientos para le uso de mascarillas, tras concluir que menos del 10% de la transmisión del covid ocurre al aire libre. No obstante, otros expertos creen que este porcentaje es mucho menor, y, por lo tanto, las medidas de los CDC podrían ser engañosas.

El virólogo de la Universidad de St. Andrews, el Dr. Muge Cevik, indicó al New York Times que, en verdad, la proporción de transmisión que ha ocurrido al aire libre parece estar por debajo del 1 y 0,1%. De esta manera, la transmisión del covid estando en espacios abiertos es extraña y Cevik señaló que en casi todos los casos registrados, ha involucrado lugares concurridos o conversaciones cercanas. Esto indicaría que el contagio en lugares como parques o playas tiene bajísimas probabilidades de darse.

Este problema no es solo un error matemático, sino que aparentemente funcionarios de la CDC le han dado tanta prioridad a la precaución y a la prevención, que muchos ciudadanos están desconcertados porque la lista de recomendaciones del organismo de salud, se vuelve cada vez más larga y compleja. Ellos continúan considerando la transmisión al aire libre como un gran riesgo, por lo que, otros expertos fuera del área de la medicina, como la socióloga Zeynep Tufekci, de la Universidad de Carolina del Norte, han calificado a las medidas como “simultáneamente demasiado tímidas y demasiado complicadas”.

Las recomendaciones del CDC contemplan que las personas no vacunadas deben usar máscaras en la mayoría de los entornos al aire libre y las personas vacunadas deben usarlas en "lugares públicos grandes". Sin embargo, de acuerdo a lo reseñado por The New York Times, no hay una sola infección por Covid documentada en ningún lugar del mundo que se haya dado por interacciones casuales al aire libre, como pasar junto a alguien en la calle o comer en una mesa cercana.

MALA INTERPRETACIÓN DEL NÚMERO

Una investigación del medio estadounidense reveló inconsistencias en los estudios que usó el CDC para sustentar que el 10% de los contagios de covid ocurren al aire libre. La primera de ellas, y la más extraña, es que la mayoría de ‘supuestos casos producidos al aire libre’ se dieron en obras de construcción en Singapur.

“En un estudio, 95 de 10.926 casos de transmisión en todo el mundo se clasifican como al aire libre; los 95 son de obras de construcción de Singapur. En otro estudio, cuatro de 103 casos se clasifican como al aire libre; nuevamente, los cuatro son de obras de construcción de Singapur” expuso el medio.

El error entonces podría estar originado en una distorsión del mensaje. La información fue recopilada de la base de datos del gobierno de esa ciudad, pero allí no clasifican los casos ‘al aire libre’ o ‘al interior’. Es más, el portavoz del Ministerio de Salud, Yap Wei Qiang, confirmó que ese no es el tipo de clasificación que usan y que, por ende, la transmisión del covid catalogada los CDC "Podría haber sido una transmisión en el lugar de trabajo, donde ocurre al aire libre en el sitio, o también podría haber ocurrido en el interior del sitio de construcción".

Hay presuntas razones para pensar que los contagios ocurrieron al aire libre, y es que en algunas de las obras donde se extendió la covid, las cubiertas de concreto para los edificios se terminaron de construir antes de que comenzara la pandemia. Debido a que Singapur es una ciudad calurosa todo el año, los trabajadores habrían buscado la sombra de espacios cerrados para celebrar reuniones y almorzar juntos, en este espacio que era muy estrecho.

ESPACIOS AL AIRE LIBRE INDEFINIDOS

El investigador francés Quentin Leclerc, coautor de uno de los artículos que analizaban Singapur, indicó que hubo una definición muy amplia de lo que se consideraba un espacio al aire libre mientras se recogían los datos. Finalmente, tras mucho debate, decidieron que esta clasificación aplicaría a casi cualquier entorno que fuera una mezcla de exterior e interior.

“Tuvimos que conformarnos con una clasificación para los sitios de construcción y finalmente se decidió por una definición conservadora de exteriores", dijo el investigador a NYT.

Otro de los artículos, en cambio, contaba solo dos entornos como interiores: "alojamiento masivo e instalaciones residenciales" y definió todos estos entornos como al aire libre: "lugar de trabajo, atención médica, educación, eventos sociales, viajes, catering, ocio y compras".

Los investigadores no querían que se perdieran instancias de transmisión al aire libre entre tantos datos y sugerir erróneamente que el aire libre era más seguro de lo que realmente era. No obstante, esto tuvo una gran desventaja porque significó que los investigadores contaron muchos casos de transmisión en interiores, como en exteriores.

"Estoy seguro de que es posible que la transmisión se produzca al aire libre en las circunstancias adecuadas, pero si tuviéramos que ponerle un número, diría que mucho menos del 1 por ciento” dijo el Dr. Aaron Richterman, de la Universidad de Pensilvania.

Por su lado, el CDC ha manifestado que hay datos limitados sobre la transmisión al aire libre y que la información proveía sustenta la hipótesis de que el riesgo de transmisión al aire libre es bajo.

“El 10 por ciento es una estimación conservadora de una revisión sistemática reciente de artículos revisados por pares. Los CDC no pueden proporcionar el nivel de riesgo específico para cada actividad en cada comunidad y equivocarse sobre la protección cuando se trata de recomendar pasos para proteger la salud. Es importante que las personas y las comunidades consideren sus propias situaciones y riesgos y tomen las medidas adecuadas para proteger su salud”.

Equivocarse a favor de la protección no tiene muchas desventajas, pero ha contribuido a crear una sociedad confundida: por un lado, están los que ignoran las pautas elaboradas por los CDC y no utilizan mascarillas incluso en exteriores. Mientras tanto, por otro lado, están los que hostigan a las personas que caminan al aire libre sin una mascarilla.

La evidencia científica apunta a que las máscarillas marcan una gran diferencia en interiores y rara vez importan en exteriores.