Nuevos estudios sobre los beneficios del Omega 3

Redacción
Consumo diario. La dieta de los pobladores de Atahualpa está basada en pescados oleosos con alto contenido de Omega 3. Los consumen asados o en sopas, pero nunca fritos. Foto: Iván Navarrete

La presión arterial, la calidad del sueño, el desempeño intelectual y el estado de las arterias cerebrales se beneficiarían con una dieta alta en este micronutriente.
 
El procesamiento de datos continúa y los resultados del Proyecto Atahualpa también siguen concitando la atención de la comunidad científica de todo el mundo en materia de salud cerebro-cardiovascular.
 
Este programa fue creado por la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) para estudiar la salud de los habitantes de Atahualpa, población ubicada en la provincia de Santa Elena. Considerando que es de muy baja migración, resulta idónea para hacer un seguimiento científico a largo plazo, con estándares metodológicos del primer mundo. 
 
 
Cuatro estudios del Proyecto Atahualpa que correlacionan la dieta de la población estudiada (basada en pescados ricos en Omega 3) con hipertensión, calidad de sueño, desempeño cognitivo/intelecto y con la reducción del daño de las arterias pequeñas del cerebro muestran resultados llamativos.
 
El neurólogo Óscar Del Brutto, quien lidera el proyecto, explica que a diferencia de otros estudios basados en el análisis de personas que ingieren la dieta mediterránea, en este caso sólo se consideró el consumo de pescado y aclara: “Aunque algunos equiparan la dieta mediterránea con comer pescado, no es lo mismo. La dieta mediterránea también incluye el consumo de aceite de oliva, semillas, nueces, aceitunas… Por otra parte, en los Estados Unidos por ejemplo, la gente que opta por esta dieta, usualmente lleva un estilo de vida saludable en otros aspectos: no fuma, practica ejercicio físico, no bebe en exceso, de modo que estos otros factores hacen que sea muy difícil medir únicamente el beneficio del pescado, como sí es el caso del estudio en Atahualpa. Estamos hablando de un escenario real donde los pobladores tienen un alto consumo de pescados oleosos, altos en Omega 3, porque es la única opción de ingesta de proteínas en su dieta (las carnes rojas y de aves son mucho más costosas)”. 
 
 
¿CUÁNTO PESCADO?
 
Las entidades de salud de casi todo el mundo han coincidido en recomendar el consumo de pescado rico en Omega 3 por lo menos dos veces a la semana. Sin embargo, a la luz de los nuevos resultados obtenidos en este programa, estos niveles de consumo resultarían muy bajos para obtener ciertos beneficios.
 
“Hemos encontrado relaciones lineales entre el consumo de pescados altos en Omega 3 y los beneficios cardiovasculares, es decir, mientras mayor sea el consumo de estos pescados, se observa un efecto más importante en la calidad de sueño, el desempeño intelectual, la calidad de las arterias pequeñas cerebrales y el control de la presión arterial”, señala el doctor Del Brutto.
 

Cooperación mutua. Francisco Soriano, asistente de campo; Jennifer
Gillman y Jung-eun Ha, de la Universidad de Nueva York; y
Mauricio Zambrano, coordinador del Proyecto Atahualpa.
 
También explica, que de acuerdo a los resultados de los estudios realizados en Atahualpa, para obtener un efecto benéfico en las arterias pequeñas del cerebro se requiere consumir más de 14 porciones a la semana. Para la cognición o intelecto, al menos 10 porciones por semana. Para mejorar la calidad del sueño, más de siete. Y para controlar la hipertensión se ven beneficios consumiendo hasta cinco porciones a la semana. Sobre este último punto relacionado con las cifras de presión arterial explica: “Cada porción de pescado rico en Omega 3 baja 0.2 mm de mercurio la presión sistólica, pero sólo desde la porción uno hasta la cinco, de ahí la curva se hace plana”.
 
La porción de pescado internacionalmente reconocida es de 140 gramos. No todos tienen la misma cantidad de Omega 3, pero el promedio de este nutriente considerando el grupo de pescados oleosos es de un gramo por porción. “Es decir, para evitar el daño arterial habría que consumir 14 porciones de pescado a la semana, lo cual es muy difícil para alguien que no está acostumbrado. Por ello, lo que estamos sugiriendo es que si una persona no tiene una dieta alta en pescados oleosos, consuma suplementos nutricionales de Omega 3”.
 
¿QUE TIPO DE PESCADO?
 
Si bien los pescados más apreciados en la mesa suelen ser la corvina, el lenguado y el robalo, justamente éstos tienen un bajo contenido de Omega 3. En cambio, ricos en este ácido graso son el atún, la sardina, la maca rela, entre otras variedades que se consumen en pueblos costeros como el bonito, la hojita, la trompeta y la pinchagua. Una manera de identificarlos puede ser el color de su carne, mientras más blanca, más bajo el contenido de Omega 3.
 

Mientras más blanca sea la carne del pescado,
más bajo será el contenido de Omega 3.
 
Es importante destacar que para mantener sus propiedades beneficiosas el pescado no debe ser frito, ya que con este tipo de cocción se pierde todo el Omega 3. Puede consumirse asado, al vapor, como sopas o al horno. Otra manera de disfrutarlos, sin que se pierdan los beneficios y bastante práctica para quienes viven en la ciudad, es en las presentaciones que vienen en enlatados (ya que no se pierde el contenido de Omega-3). Muchas personas tienden a identificar sólo a las carnes rojas y de aves como fuentes altas en proteínas, sin embargo, la realidad es que los pescados oleosos son una fuente importante de grupo alimenticio. Cien gramos de pescado oleoso tienen aproximadamente 15 gramos de proteínas, lo cual es bastante alto.
 
El único estudio similar al Proyecto Atahualpa se realizó en los años 70, analizando una población real: la de esquimales en Groenlandia. Los investigadores daneses que la comandaron llegaron a la conclusión que los esquimales tenían muy buenos niveles de grasa en la sangre por el mayor consumo de pescados oleosos con alto contenido de Omega 3. A partir de esta investigación se difundieron y se popularizaron los beneficios del consumo de este tipo de pescados. Sin embargo, otro grupo de investigadores, liderado por Rasmus Nielsen, profesor de la Universidad de Berkeley en California, realizó un estudio que fue publicado por la revista Science en septiembre del año pasado en el que sostienen que probablemente la buena salud cardiovascular de estos pobladores de Groenlandia estaría relacionada con una adaptación genética involucrada en el metabolismo de las grasas que les permite asimilar mejor esta dieta proveniente del pescado y que, al mismo tiempo, reduce la producción de grasas malas por el organismo.
 
En esta línea, es importante mencionar que los pobladores nativos de América del Sur probablemente compartan esta mutación genética con los esquimales, explicando la similitud de los hallazgos en los habitantes de Groenlandia y de Atahualpa.