Estos son los terribles efectos del 'covid largo' en los adolescentes

Un estudio del King's College London descubrió que uno de cada 50 niños en el Reino Unido que pasaban por un cuadro de covid sintomático, tenías síntomas que duraban más de ocho semanas. Hasta ahora, en el país europeo se han reportado más de 100.000 jóvenes menores de 25 años que padecen de ‘covid largo’, una condición generada por las secuelas que quedan tras la infección de SARS-CoV-2 y que puede durar meses en desaparecer.

Según el profesor clínico asociado y consultor de la Universidad de Leeds, el Dr. Manoj Sivan, en el 10% y el 20% de las personas que han tenido covid sintomático, los síntomas pueden continuar después de cuatro a seis semanas. En aproximadamente el 10% de las personas, esta condición puede extenderse más allá de las 12 semanas, "cuando se convierte en un problema real".

En el Reino Unido, 72.000 chicos entre 17 y 24 años y 34.000 menores de 16 tienen covid largo. Los síntomas son lo que les preocupa a los expertos, pues son diferentes a los presentados por los adultos, que normalmente incluyen problemas sensoriales, cardiacos, respiratorios y pérdida del olfato y gusto, así como confusión mental. A esta lista, que ya supera los 200 síntomas, en los jóvenes se añade mayores probabilidades de desarrollar problemas intestinales y trastornos conductuales.

Niahm, una estudiante de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, contó que después de enfermarse de covid-19 en diciembre de 2020, “no tenía la energía para mover los brazos”. Según el portal The Guardian, la joven previamente había llevado una vida activa pues asistía con regularidad al gimnasio y estaba en el equipo de natación de su colegio.

No obstante, a finales del año pasado se contagió de covid durante la novatada de su universidad. Niahm se recuperó de la enfermedad, pero las secuelas persisten hasta ahora. Una joven que antes era atlética, ahora dice que, al despertar todos los días, inmediatamente siente un cansancio abrumador. “Es como si me hubiera atropellado un tren o hubiera corrido un maratón”, le relató a The Guardian.

Pese a que los sentidos de gusto y olfato de Niahm han regresado, la mayoría de comidas le saben mal y lo más aterrador del covid largo es que los médicos le comunicaron que desarrolló una afección cardiaca cuando empezó a desmayarse dos veces por mes.

Pese a la cantidad de niños que reportan covid largo, todavía existen muchas personas escépticas, entre ellas adultos y los mismos jóvenes. La Dra. Elaine Maxwell, del Instituto Nacional de Investigación en Salud dijo que “todavía estamos en la etapa en la que algunas personas dicen que los niños no tienen Covid largo, ‘es solo ansiedad’”.

Para la profesional, esta creencia que se extiende entre maestros, padres, trabajadores sociales e incluso médicos, agrava el estrés de los jóvenes que poseen covid largo. “Se minimiza a las personas y no se les cree” aseguró Sammie Mcfarland del grupo de apoyo Long Covid Kids, a The Guardian. Ella mencionó que su hija tiene covid prolongado y que la enfermera le dijo que probablemente la joven solo la estaba imitando.

“Me dijo que mi hija estaba imitando mis síntomas y que estaba relacionado con el encierro, y que se sentiría mejor cuando volviera a ver a sus amigos”, explicó al medio inglés.

El covid largo en jóvenes es extraño, pero existe; y el hecho de que las escuelas no lo reconozcan ha dificultado la vida de muchos adolescentes como James, de 12 años. Él tiene covid prolongado desde abril de 2020 y casi todo el tiempo está bien, pero experimenta episodios de dolores de estómago y diarreas durante siete días cada cuatro semanas.

“Nadie lo entiende y nadie intenta simpatizar tanto”, dijo James.

Mientras tanto, Emma, de 14 años, dice que necesita energía para “arrastrarse” hasta el colegio y una vez ahí solo piensa en superar ese día. Ella ha tenido Covid largo desde mayo de 2020 y actualmente toma medicamentos para controlar las náuseas y su frecuencia cardiaca. Antes de contraer covid hacía gimnasia y ahora a duras penas puede mantener el equilibrio.

“Hay personas en mi escuela a las que no les importa Covid. No les molesta. No es un problema, 'es solo un resfriado'. Sabiendo que en septiembre volveré a la escuela con ellos, y no habrá restricciones, y probablemente irán a fiestas... Realmente no quiero volver, para ser honesta. Especialmente con el confinamiento desaparecido”, dijo ella.

Los expertos han planteado la vacuna como una forma en la que las escuelas puedan permanecer abiertas y que los chicos puedan estar seguros. Sin embargo, el Reino Unido anunció la vacunación para los jóvenes de 16 años apenas el pasado 4 de agosto; y los adolescentes de 12 a 15 años todavía no tienen fecha.

“No entiendo por qué el Reino Unido está tan indeciso cuando otros países están avanzando. No he visto ningún informe significativo de eventos adversos en niños en otros países”, expuso Maxwell.

Mientras que Reino Unido duda, Estados Unidos ya ha aprobado la vacunación de emergencia para menores y se espera que en octubre se empiece a vacunar masivamente a los adolescentes.

El Dr. Danilo Buonsenso, del departamento de mujeres y niños del hospital de la Universidad Gemelli en Roma, dijo que las personas todavía no aceptan el covid largo en los jóvenes porque este tiene un aspecto psicológico. Sin embargo, coincide en que la vacunación es la única alternativa.

“Sé que hay mucho debate en el Reino Unido sobre la vacunación de los niños, pero, dado el progreso de las cosas y el deseo de mantener las escuelas abiertas tanto como sea posible, diría que es aconsejable administrar la vacuna a los niños de 12 a 18 años”, dijo.

Hasta ahora se conocen más de 200 millones de covid largo en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó estar preocupada porque este es uno de los aspectos más desconocidos de la enfermedad: todavía no se sabe por qué se da esta condición.

"No sabemos cuánto duran esos efectos y estamos incluso trabajando para entender y describir lo que es este síndrome poscovid" ha dicho la responsable técnica de la lucha contra el covid-19 de la OMS, María Van Kerkhove.