¿De qué animales podría venir la siguiente pandemia?
Para la OMS es probable que un animal fuera intermediario para la transmisión del SARS-CoV-2 hacia los humanos. De hecho, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el 60% de las enfermedades infecciosas humanas han sido encontradas, primeramente, en un animal.
Sin embargo, de acuerdo a un estudio británico publicado en 2001, el porcentaje podría subir hasta 75% si se contemplan enfermedades infecciosas nuevas. Así, los virus y los parásitos son responsables de dos tercios de las enfermedades, mientras que los hongos microscópicos representarían el tercio restante.
Estas cifras han sido útiles para comprender y determinar animales que sirvan de reservorios para patógenos que potencialmente, podrían causar otras epidemias o pandemias en el futuro.
EL MURCIÉLAGO, PRINCIPAL SOSPECHOSO
El problema con estos mamíferos es que actúan como un depósito de un gran número de virus que afectan a los seres humanos, pero que no afectan a los murciélagos, como la rabia, el virus Nipah, que apareció en Asia en 1998; el Ébola, que causó una epidemia en África entre 2014 y 2016 y el actual SARS-CoV-2, fuente de la pandemia de Covid-19 que todavía golpea al mundo.
El profesor de enfermedades infecciosas veterinarias de la Universidad de Liverpool y el International Livestock Research Institute, Eric Fèvre, explicó a la AFP que los murciélagos "han sido siempre buenos reservorios para muchos virus, pero antes teníamos muy poco contacto".
El avance de las ciudades y las superficies cultivadas genera una reducción de las selvas tropicales, que, junto a los efectos del cambio climático, acercan a estos animales a zonas habitadas lo que les obliga a "interactuar cada vez más con las poblaciones humanas".
EL HURÓN, EL VISÓN Y LA COMADREJA
Estos animales a menudo también son señalados como responsables de transmisiones virales de animales a humanos, particularmente aquellas provocadas por los diversos tipos de coronavirus.
En 2002–2003, 774 personas alrededor del mundo murieron por el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), que se encontró en su forma primaria en la civeta o gato de algalia. Si bien el coronavirus del SRAS fue hallado en algunas civetas, todavía no está confirmado que este animal fuera quien transmitió el virus a los humanos.
De la misma forma, se ha demostrado que los visones pueden ser contagiados de SARS-CoV-2 por humanos portadores del virus, pese a que el caso inverso aún no ha sido probado.
EL PANGOLÍN
Al principio de la epidemia de Covid-19, China señaló a este animal como posible hospedador intermediario del virus, debido a similitudes entre el SARS-CoV-2 y un coronavirus que infecta al pangolín. Este animal es el hospedador natural de muchos virus, pero su papel en la transmisión del SARS-CoV-2 no ha sido establecido.
“Entre los virus que proceden de estos dos mamíferos (murciélago y pangolín, ndlr) identificados hasta ahora, ninguno se parece suficientemente al SARS-CoV-2 para ser considerado su ancestro directo", dijeron los expertos en un estudio realizado entre la OMS y China.
TRANSMISIÓN ENTRE MAMÍFEROS
Serge Morand, ecólogo de salud del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, señaló que históricamente la carga viral humana procede, esencialmente, de animales de granja.
Un ejemplo de ello es el sarampión, el cual surgió de una evolución de un virus de la Edad Media que afectaba a los bovinos. Hoy, esta enfermedad es totalmente humana. Asimismo, varios virus gripales y el Nipah han encontrado en el cerdo un hospedador intermediario ideal.
Este animal además ayuda a la recombinación de virus. Investigaciones científicas apuntan que la cepa de H1N1 que originó la pandemia de la “gripe porcina” entre 2009 y 2010, surgió de un cerdo que además portaba gripe aviar y gripe humana.
La rabia es también transmitida por perros y zorros infectados, y es responsable de aproximadamente 59 mil muertes anuales en todo el mundo.
Los monos han sido hospedados intermediarios de VIH, que surgió a partir del Virus de Inmunodeficiencia en Simios, o el Ébola. La OMS señaló que los dromedarios parecen ser hospedadores reservorios del MERS-CoV o Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio.
Los roedores probablemente encabecen la lista de transmisores, por su papel histórico en la Peste Negra, que azotó Europa en el siglo XIV (catorce) y acabó con entre el 30% y 60% de la población. También fueron intermediarios de la transmisión de la fiebre hemorrágica de Lassa, endémica en varios países del oeste de África.
AVES
Tanto la gripe española de 1918-1919, la gripe asiática de 1959, la gripe de Hong Kong de 1968 y la gripe H1N1 en 2009 tienen en común que fueron grandes pandemias gripales y tuvieron origen aviar.
En tan solo diez años, otras dos cepas de gripe aviar surgieron (H5N1 entre 2003 y 2011, y H7N9 desde 2013) y dieron lugar a muchos contagios directos entre aves infectadas en Asia, así como casos interhumanos. Sin embargo, estos últimos fueron muy raros.
Fèvre indica que las aves salvajes pueden ser el punto de partida de las epidemias y las aves de criadero desempeñan el papel de “poblaciones amplificadoras", debido a que la densidad de los criaderos de aves "genéticamente muy similares", las vuelve muy "receptivos" al virus.
MOSQUITOS Y GARRAPATAS
Se conoce también que estos animales ayudan a transmitir numerosas enfermedades virales que afectan a los humanos. Mientras la garrapata transmite, sobre todo, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, los mosquitos transportan los virus responsables de la fiebre amarilla, chikunguña, dengue, zika e incluso el virus del Nilo occidental y la fiebre del valle del Rift.
PREPARACIÓN PARA LA SIGUIENTE PANDEMIA
Fue en octubre del año pasado cuando un grupo de expertos de la ONU sobre biodiversidad (IPBES) dio una escalofriante advertencia al mundo: las pandemias surgirían más a menudo, se expandirían más rápidamente y matarían a más gente.
Las atribuciones van desde que ya en 2018, existirían 1,7 millones de virus desconocidos para los mamíferos y los pájaros, y entre 540.000 y 850.000 tendrían la "capacidad de infectar a seres humanos; hasta la expansión de las actividades humanas, que ocasiona mayor interacción con la fauna salvaje.
"No sabemos cuándo, cómo ni dónde" surgirá la próxima pandemia, resume Serge Morand, para quien antes que nada habría que repensar urgentemente "nuestro vínculo con los animales salvajes y domésticos" aseveraron los expertos.