1 de cada 10 ecuatorianos tiene diabetes pero muchos lo ignoran: mitos y verdades de la enfermedad
La diabetes es una enfermedad metabólica que se detecta por los niveles elevados de glucosa en la sangre. Aproximadamente el 90 por ciento de los pacientes con diabetes son del tipo 2, que aparece generalmente en la edad adulta y se caracteriza porque el organismo no produce suficiente insulina o no puede emplearla de manera eficiente lo que provoca una acumulación de glucosa en la sangre.
“La diabetes mellitus tipo 2 se puede prevenir, se llega a ella por descuido o por desconocimiento. Muchas veces las personas saben que el exceso en el consumo de carbohidratos, el sedentarismo y el aumento de peso y del perímetro de la cintura son señales de que se puede estar caminando hacia la diabetes, en otros casos, la falta de información sobre temas de salud es la que conduce hacia la enfermedad”, dice la doctora María Vanegas, jefa de Endocrinología del Hospital Luis Vernaza.
Agrega que con una alimentación equilibrada, con un (40 por ciento de carbohidratos y un 60 por ciento entre proteínas y grasas saludables), en porciones adecuadas y la práctica diaria de actividad física se puede evitar la diabetes. Es importante señalar que cuando una persona recibe el diagnóstico, significa que su nivel de glucemia en la sangre ya lo venía afectando por lo menos desde ocho años atrás.
"Esos picos de glucemia eran imperceptibles y aunque no lo marcaban aún como diabético, ya le estaban haciendo daño por eso una vez que un paciente es diagnosticado con diabetes tipo 2 es obligatorio que se realice un examen de fondo de ojo, función renal y valoración cardiológica. Porque ya puede haber daños en el sistema vascular que conduzcan a que el paciente tenga un infarto, llegue a la insuficiencia renal, al pie diabético o a la ceguera”.
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SE PUEDE REVERTIR
Es importante realizar exámenes a tiempo, de este modo se puede detectar si el paciente se encuentra en la etapa que se define como prediabetes. Alrededor del año 2013 se hizo la primera publicación mencionando este término y explicando cómo se llega al diagnóstico de prediabetes. Se incluyen en este grupo a los pacientes que en exámenes de sangre tienen una glucemia de entre 100 a 125 o que en la curva de tolerancia oral a la glucosa a las dos horas muestren una glucosa de 140 a 199, o que en la prueba de la hemoglobina glicosilada estén en 5,7 y 6,4.
Este es el momento en el que el paciente puede revertir el cuadro y no llegar a la diabetes. “Tiene todo para dar un paso atrás alejándose de la enfermedad con dieta, ejercicio y probablemente medicación, a medida que se alcanzan las metas, en un lapso aproximado de seis meses, generalmente se quita la medicación y el paciente continúa con dieta y ejercicio”.
La diabetes, en cambio, se diagnostica cuando la glucosa es superior a 126, la curva de tolerancia oral a la glucosa a las dos horas es mayor a 200 y cuando la hemoglobina glicosilada es mayor a 6,5.
MITOS Y VERDADES
Cuando se pregunta a los ecuatorianos cuáles son las principales medidas que deben tomar en cuanto a la alimentación para ser más sanos, la mayoría menciona que es evitar grasas y frituras. Pocos hablan de los carbohidratos.
La doctora Vanegas confirma que uno de los principales errores que cometen los ecuatorianos con respecto ala alimentación (y es el principal causante de la elevación de la glucosa) es el consumo excesivo de carbohidratos (harinas, arroz, papa, yuca, verde) y sobre todo de los altamente refinados: como el azúcar en sí mismo, los caramelos, los dulces, los helados y los alimentos y bebidas a los que se añade azúcar refinada.
La recomendación es eliminar el consumo de los segundos y consumir los primeros con moderación prefiriendo las presentaciones en granos enteros o integrales en panes, cereales y arroz. Un punto que destaca la especialista es la importancia de saber cuántos carbohidratos se debe consumir, para lo cual debe seguir las indicaciones de su médico tratante.
“La dieta ecuatoriana es altamente carbohidratada. Por ejemplo, al bollo de pescado (hecho principalmente de plátano verde), se le agrega arroz, lo que aumenta la carga de carbohidratos considerablemente”, señala la doctora Vanegas.
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El mensaje sobre el peligro que representa el colesterol elevado para la salud cardiovascular ha logrado grabarse en la mente de los ecuatorianos. La asociación grasa-colesterol elevado-taponamiento de las arterias-infarto es lo que más ha calado en la población, mientras el tema de la relación exceso de carbohidratos-diabetes-infarto todavía no lo ha logrado.
Cuando un paciente tiene el colesterol elevado, la grasa se adhiere a la pared interna de la arteria y la puede tapar, por otra parte, el azúcar elevada provoca una inflamación en esas paredes internas(endotelio) y le causa una especie de lesión que engrosa estas paredes estrechando el paso de la sangre por el interior de las arterias. En ambos casos se puede producir un bloqueo al paso normal de la sangre y el resultado es el daño al órgano afectado: infarto cardíaco, trombosis cerebral, ceguera, daño renal o pie diabético.
El consumo de carbohidratos en grandes cantidades se convierte en un tipo de grasa que se llama triglicéridos, los cuales se acumulan en las vísceras promoviendo tanto el agotamiento del páncreas porque no puede realizar su función de manera eficiente como los procesos inflamatorios en las capas internas de las arterias, causando tanto daño como el colesterol. “Por eso les digo a los pacientes: ¿de qué sirve que usted no coma frituras si en una misma comida consume arroz, papas y fideos?, igual está en riesgo”, dice la especialista.
NO SE CURA
Sentirse bien no significa que un paciente ya no tiene diabetes. El doctor Josué Chávez, médico especialista en Medicina Interna, señala que es importante que la población tenga claro que la diabetes no se cura. Es una enfermedad crónica, que debe controlarse durante toda la vida a través del monitoreo frecuente y siguiendo disciplinadamente las instrucciones médicas en cuanto a fármacos y dieta.
Muchas veces se menciona el caso de pacientes que se realizan cirugías para pérdida de peso y se “curan” de la diabetes. “En realidad, la cirugía metabólica, en pacientes correctamente seleccionados, demuestra que la pérdida significativa de peso permite que, en muchos casos, entren en remisión de la diabetes.
Los valores de la glucosa mejoran y puede ser que no requieran fármacos, pero no significa que la cirugía perse le cura la diabetes sino que es la pérdida de peso asociada a la resistencia insulínica la que lleva a mejorar los niveles de glucosa”, explica el especialista Chávez.
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Agrega que no se trata de desmerecer estas cirugías, sino de explicarlo que ocurre en el organismo. La cirugía ofrece la mayor pérdida de peso que puede lograr un paciente, en comparación con los fármacos en lo relacionado al perfil metabólico, “perder entre un siete a un 10 por ciento del peso genera un impacto metabólico y una mejoría significativa en sus parámetros de diabetes y en su control de glucosa y en los casos en que se pierde 30 o 40 por ciento del peso corporal puede llevar a una remisión de la enfermedad”.
Señala que otro de los mitos que se repiten equivocadamente es que si un paciente requiere inyectarse insulina es que ya está en el estado terminal de la enfermedad. “La insulina es una herramienta terapéutica más y no significa que sea un punto condenatorio del que no hay marcha atrás”, dice el doctor.
Este mito lleva a que muchos pacientes pidan a sus médicos que los mantengan con medicación oral para no pasar la línea imaginaria de peligro que asocian con la insulina inyectable. “Es un error muy grande que puede involucrar al personal de salud que no conoce del tema y que puede conducir a la inercia terapéutica. Este término se refiere a que el temor a ser más agresivo con una enfermedad lleve a ser demasiado tolerante y eso puede provocar daño”, destaca el especialista.