“¿Eres el Barney que apuñalé y disparé?”, el lado oscuro del dinosaurio púrpura que entretenía a niños
La plataforma Peacock estrenó el documental ‘I Love You, You Hate Me’ (‘Te amo, me odias’), en el que se aborda historia, personajes y aspectos sombríos de la emblemática serie infantil ‘Barney y sus amigos’.
Uno de los programas para niños, más recordados de todos los tiempos protagonizado por el personaje de Barney, aquel dinosaurio púrpura que junto a Baby Bop, BJ, y Riff, compartían con niños y niñas sobre diversos temas vinculados a la amistad, los valores o la familia, para ello desarrollaban bailes y canciones relacionadas a las temáticas de cada episodio.
“Te quiero yo y tú a mí/ Somos una familia feliz”, esta es una de las frases que inevitablemente leemos cantando. Este tema junto con la canción de apertura del programa: “Barney es un dinosaurio que vive en nuestra mente...”, en la que se describe perfectamente cuál era el sentido del show, forman parte de la cultura popular de los años 90.
El contenido dirigido al público infantil tenía una finalidad clara: entretener y enseñar a los más pequeños del hogar. El documental está dividido en dos partes, cada una de aproximadamente una hora de duración, en las que abordan no solo la historia del programa, sino también el contexto en el que diversas polémicas, algunas realmente increíbles, se suscitaron a lo largo de los años, en relación con el personaje de Barney, su creadora y familiares, actores y actrices partícipes del show junto con diversas personas asociadas al contenido del mismo.
¿Qué situaciones turbias podrían vincularse a Barney y sus amigos? Si bien este es el factor que engancha al espectador para interesarse por el documental, más allá de eso, se destaca el retrato sociológico que aporta el desarrollo, aparentemente ligero en forma, pero que aporta con una lectura preocupante respecto a una parte de la sociedad estadounidense de la época, que llegó al punto de propagar una cultura de odio hacia un referente infantil.
El tratamiento del documental engloba el contexto, origen, auge y caída de popularidad de Barney. Poco a poco conocemos diversos detalles de Sheryl Leach, creadora del personaje y del concepto del programa, junto con elementos caóticos de su vida familiar, sobre todo, el sentido de que el programa vendía millones, pero internamente su hogar se desmoronaba.
Para entender la inmensa popularidad del personaje y su trascendencia cultural se combinan testimonios y entrevistas de personas que hasta la actualidad admiran todo el universo de Barney, conversaciones con quienes interpretaron a Barney en las diferentes temporadas del programa, actores y actrices que fueron los niños y niñas del show y también a individuos que representan el polo opuesto: representantes de asociaciones de odio a Barney o creadores de juegos de video cuyo objetivo era matar a los diversos personajes del programa.
Comprender cómo un dinosaurio regordete, inofensivo, que parece más un muñeco de peluche gigante, que canta y baila junto a sus amigos, pudo llegar a convertirse en un foco de violencia y discriminación son la principal fortaleza del documental. Por ejemplo, ver a Bob Singleton, compositor del tema principal del programa, quebrarse frente a cámara, al contar que en varias ocasiones recibió amenazas tanto en entrevistas radiales o vía correo electrónico, en las que decenas de personas manifestaban querer hacerle daño físico e incluso atentar contra la integridad de su familia, todo porque odiaban las canciones del programa.
De igual manera, el testimonio de Bob West, quien puso voz a Barney de 1992 al 2000, manifestó su desconcierto cuando empezaron a darse crímenes, como la vez que universitarios apuñalaron a una persona que por trabajo debía disfrazarse del dinosaurio. Cuenta que el punto culminante de toda esta ola de odio llegó cuando recibió un e-mail que decía “¿Eres el Barney que apuñalé y disparé fuera de Nueva Orleans?”.
Son varias las intervenciones que impactan. Una de las que más llama la atención es la de David Joyner, quien interpretó a Barney de 1991 hasta 2001. Joyner cuenta cómo fue su audición y posterior selección para ser Barney; indicando que el dinosaurio púrpura se le apareció en sueños como una premonición. Su relato toma un giro inesperado cuando cuenta que, durante sus primeros días como Barney, empezó a adentrarse en el mundo del sexo tántrico, expresa que en aquella época esto le ayudó a “tener la fortaleza de mente para soportar llevar un sofocante traje de 30 kilos” y actualmente es su forma de ganarse la vida.
Si bien varios de los ahora adultos entrevistados en el documental que participaron de niños en el programa describen situaciones difíciles que han tenido que sobrellevar a lo largo de los años, algunas vinculadas directamente al estigma de ser un niño del show de Barney; todos destacan que la experiencia en sí siempre fue muy profesional y que guardan los mejores recuerdos de la convivencia en el grupo.
En definitiva, más allá del morbo que puede generar conocer los secretos detrás de las sonrisas y canciones del dinosaurio más conocido de la televisión, el documental ‘I Love You, You Hate Me’ constituye un claro testimonio de cómo la violencia y la cultura del odio pueden llegar a límites insospechados.