En Ecuador existen más de 14.000 pacientes renales en diálisis
La diabetes y la hipertensión están entre las primeras cinco causas de muerte en el país; son también las principales desencadenantes de la insuficiencia renal crónica, una enfermedad que afecta al 10 por ciento de la población mundial.
En Ecuador, se calcula que existen más de 14.000 pacientes renales en diálisis, según la Asociación de Centros de Diálisis del Ecuador.
Pero, la cantidad de enfermos renales es mayor, puesto que los que reciben diálisis ya están en el último estadio de la enfermedad, que se clasifica en cinco grados según la pérdida de funcionamiento de los riñones, órgano que tiene la tarea de limpiar el organismo de desechos y exceso de líquidos.
En la clínica Menydial, que tiene sede en cinco ciudades del país, se atienden a alrededor de 800 pacientes en diálisis. Cristóbal Santacruz, médico nefrólogo y director de Menydial, explica que las causas de insuficiencia renal varían de acuerdo con la edad.
Por ejemplo, en la infancia es común por malformaciones congénitas de las vías urinarias, que al no ser diagnosticadas y corregidas a tiempo dañan los riñones. También puede producirse por diabetes infantil.
Entre los 10 y los 30 años, puede presentarse por glomerulonefritis o inflamación de los glomérulos, pequeños filtros ubicados en los riñones que se encargan de eliminar el exceso de líquido, electrolitos y desechos del torrente sanguíneo. Sobre los 30 años, las dos causas más importantes son la diabetes y la hipertensión arterial.
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En las mujeres puede presentarse por infecciones en las vías urinarias durante su vida sexual activa, si no son tratadas. En los hombres, sobre los 60 años, se vincula con el crecimiento de la próstata, que al no ser retirada obstruye las vías urinarias. Los cálculos renales también pueden obstruir la orina y provocar infección.
Luis Serrano, nefrólogo y gerente del Instituto del Riñón y Diálisis INRI San Martín (Guayaquil), añade que también se ha encontrado vinculación entre la pérdida de los riñones con la toxicidad de ciertos tratamientos oncológicos o por no operar a tiempo tumores localizados en la cavidad abdominal, que oprimen la salida de la vía urinaria. En INRI se tratan unas 215 personas con diálisis.
El lupus, enfermedad autoinmune, también se ha relacionado con la insuficiencia renal, señala Julio Moscoso, director médico y gerente general de Nefrology Medicronic, un centro de diálisis localizado en Quito, en el que se atienden cerca de 70 pacientes.
Los riñones son un órgano silencioso, advierten los especialistas. En los primeros tres grados de insuficiencia renal, la persona no presenta síntomas. En el cuarto, cuando ya el funcionamiento es del 25%, comienzan los síntomas: nauseas, falta de apetito, aversión por las carnes, pérdida de peso, hinchazón de piernas y de los párpados, aumenta la frecuencia para orinar, etc.
“La enfermedad no se puede revertir, pero sí se puede evitar que avance”, aclara Santacruz. En etapas tempranas puede controlarse con medicamentos que estabilizan la función renal, acompañado de una dieta baja en carnes rojas y sal; además de la práctica de ejercicio diario y buena hidratación. El especialista recuerda que con un simple examen de orina puede detectarse a tiempo la insuficiencia renal.
En la etapa 5, los riñones ya han perdido más del 85 por ciento de sus funciones y es cuando necesariamente se requiere de la diálisis, un tratamiento que permite la purificación de la sangre de manera artificial, por medio de una máquina.
En el país, la diálisis es totalmente cubierta por el Estado, con apoyo de 85 prestadores externos, indica Cristina Freire, presidenta de la Asociación de Centros de Diálisis del Ecuador.
Alrededor de 90 por ciento de los pacientes opta por la hemodiálisis, un procedimiento que se aplican en los propios centros por un lapso de cuatro horas, al menos tres veces por semana. Solo 10 por ciento se trata con la diálisis peritoneal, en la cual se coloca un catéter en el abdomen del individuo, que facilita la filtración de la sangre por medio de una máquina; este tratamiento puede aplicárselo en su domicilio cada noche.
El costo por paciente está entre 1.300 y 1.456 dólares al mes, dependiendo del tipo de tratamiento, además incluye medicación y consultas con nefrólogos, cardiólogos, nutricionistas, psicólogos y trabajadores sociales.
Sin embargo, uno de los problemas que enfrentan los centros de diálisis son los constantes atrasos en pagos tanto del Ministerio de Salud como del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, señala Cristina Freire, presidenta de la Asociación de Centros de Diálisis.
La última opción de tratamiento y la mejor solución para el paciente con insuficiencia renal crónica es el trasplante de riñón, que en los últimos dos años disminuyeron considerablemente en Ecuador.
De 226 intervenciones que se realizaron en 2019, el año pasado apenas se realizaron 87, según el Instituto Nacional de Donación y Trasplante. Son pocas las entidades calificadas en el país para realizar trasplantes de este tipo, lo que hace larga la espera para los pacientes.
Dora García, presidenta de la Asociación de Pacientes Renales y paciente trasplantada, comenta que otro de los desafíos es la falta de medicinas para los pacientes con trasplante de riñón. “Siempre hemos tenido este problema, pero se profundizó con la pandemia”, explica.
Los especialistas y representantes de gremios coinciden en la necesidad de políticas de prevención contra enfermedades como la diabetes y la hipertensión, que son las primeras causas de insuficiencia renal. “La inversión en prevención le ahorraría mucho dinero al Estado”, recalca García.
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