'See You Yesterday': Crítica social y viajes en el tiempo
Siempre es un reto bastante interesante navegar por las torrentosas aguas de Netflix, esto se debe a que podemos encontrarnos con infinidad de producciones que van desde películas o series poco trascendentes hasta novedades que pasan desapercibidas por la gran cantidad de material.
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En este mar de posibilidades aparece la película ‘See you yesterday’, dirigida por Stefon Bristol y producida por Spike Lee. Este filme se encuentra desde hace un par de años en el catálogo de Netflix, pero ha vuelto a estar en boga debido a varios detalles importantes.
Esta película nos muestra al gran Michael J. Fox, quien volvió a participar en una película de viajes en el tiempo, 29 años después de ‘Volver al Futuro’. Si bien, no es el protagonista, es un factor muy meritorio ya que por la condición de salud tan difícil que vive Michael, verlo de vuelta, aunque sea por un momento, es motivo de inspiración.
También se destaca otro elemento, la importancia de la perseverancia y creer en nuestro talento. Este es el caso del director Stefon Bristol, quien creó y difundió un cortometraje juvenil de limitado presupuesto que abordaba los viajes en el tiempo; concentró sus esfuerzos en darlo a conocer, llegando no solo a captar la atención de Netflix para desarrollar la película basada en la idea del corto, sino que ganó la confianza de Lee, uno de los más reconocidos directores de los últimos tiempos.
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La trama nos muestra a dos jóvenes: Claudette Walkers (Eden Duncan-Smith) y Sebastian Thomas (Dante Crichlow) quienes logran crear una máquina para viajar en el tiempo. Si bien debemos creer ciegamente en esto que podría parecer inverosímil, el enganche está en el drama que hay detrás, ya que, en su primer viaje, sus acciones influyen en la muerte del hermano de Claudette, entrando de esta manera en una espiral de viajes que solo traerán peores consecuencias.
Las actuaciones no son del otro mundo, pero cumplen; no puedo decir lo mismo de los efectos, muchos caen en la categoría de producciones directas para la televisión; sin embargo, más allá de esto, el aspecto social centrado en la problemática de la violencia policial hacia los afroamericanos es desarrollado de manera adecuada ya que transmite diversas perspectivas sobre la discriminación y una metáfora contundente en la que reflexionamos sobre cómo incluso teniendo el poder de retroceder en el tiempo, la violencia e irracionalidad pueden destruir todo sin piedad.
La ambientación construida para el relato nos transporta a esa estética de los ochentas que está muy de moda; lo bueno es que no resulta forzada, es congruente con las acciones, sobre todo para darle más fuerza a otro de los elementos a destacar: cómo la falta de expectativas y de creer en el futuro, se convierte en una verdadera cruz en nuestras vidas. Por un lado, se presenta a jóvenes que consideran que, por haber nacido en sectores difíciles, su destino ya está marcado; esto se contrasta con la visión de los protagonistas que buscan romper con estos estigmas y construir con acciones un mejor mañana.
Recomiendo darle una oportunidad a esta película, si bien no inventa nada nuevo, se destaca por los dilemas sociales que se abordan y, a pesar de las falencias en la producción, se mantiene a flote, captando la atención del espectador gracias al talento del director y también por el gusto de ver nuevamente a Michael J. Fox en una trama sobre viajes en el tiempo.