¿Cómo mejorar el rendimiento físico y emocional en medio de las dificultades de la pandemia?

Tamara Serrano
La mayoría de personas no había enfrentado antes una situación tan crítica como la pandemia, y no supo cómo enfrentarlo.

Hasta antes de marzo de 2020, la vida de muchas personas era completamente diferente. El saludo era afectuoso y caluroso, característico de nuestra sociedad ecuatoriana. Las reuniones con la familia y amigos para comer, ver un partido de fútbol, hacer deporte o simplemente ponerse al día, eran tan comunes como entrar a un abarrotado centro comercial, hacer la fila en un supermercado lleno los fines de semana o ir prácticamente aplastado en un bus hacia la oficina o lugar de trabajo.

Muchas cosas cambiaron con la llegada del 2020. Ahora las distancias son mucho más grandes, las visitas más cortas, la mascarilla se volvió el accesorio de moda y la vestimenta para ir a trabajar, en muchas ocasiones, es el pijama. Ninguna persona estaba preparada para afrontar los cambios y la tremenda situación que se vivió el año pasado, mientras poco a poco se conocía más del virus... todo ello generó una cantidad enorme de estrés, que muchas personas, hasta ahora, no han podido manejar.

ESTRÉS PANDÉMICO

De hecho, el estrés ha sido uno de los grandes síntomas de la infección por SARS-CoV-19 y de la pandemia. Un estudio de la Universidad Javeriana de Cali, la Universidad de Barcelona (UBAT) y el Colegio Colombiano de Psicólogos demostró que tras los primeros seis meses de confinamiento, ya el 29% de la población consultada presentaba síntomas de ansiedad y estrés, y un 35% de depresión.

El estudio señala que el 74% de las personas sentían que sus ingresos estaban amenazados y el 69% temía por la continuidad de su empleo o sus estudios. Tanto estrés se tradujo en un decrecimiento del rendimiento general: el 63% señaló que su actividad laboral se vio desmejorada y de este porcentaje el 55% dijo que a partir de ello sus ingresos bajaron. Por otro lado, el 50% de las personas encuestadas notó un decrecimiento en su capacidad física y el 49% en sus hábitos de sueño.

El psicólogo guayaquileño David Vélez comenta que la mayoría de personas no habían enfrentado antes una situación tan crítica como la pandemia, y no supieron cómo enfrentarlo. “Ese no saber qué recursos usar para más o menos lidiar con el problema, causa estrés”, dijo.

Las personas tuvieron que adaptarse a los nuevos métodos de hacer las cosas, a un duro encierro, fuertes restricciones y a la migración de varios ámbitos hacia el mundo virtual. Como la educación y otras formas de trabajo no estaban preparados para ser virtuales, esto causó frustración y estrés.

En el caso de los adultos, Vélez señaló que muchos no han podido expresar el estrés de una manera saludable, especialmente entre los que son cabeza de familia. “Estás en una crisis grande, estás con estrés y eso te afecta. Tienes el peso que te dice que tienes que ser el sostén, que tienes que sacar adelante, hacer sobrevivir a tu familia y eso también estresa”, indicó.

Al no encontrar canales para comunicar el estrés, se puede desarrollar irritabilidad, que a su vez, puede ser expresada como explosiones de enojo o alejamiento de la gente, deteriorando las relaciones afectivas. También puede pasar que la gente experimente tristeza y se “eche al abandono”.

ESTRÉS POST-COVID

Se cree que entre las posibles razones para que el estrés pueda llegar a ser tan fuerte como para afectar severamente el rendimiento de una persona sobreviviente de covid, están la afectación psicológica de revictimizarse o el miedo de volverse a contagiar, así como la inflamación de los organismos internos. Cuando uno se estresa, el cuerpo reacciona de la misma manera como si se tratara de un proceso infeccioso. Es decir, moviliza a las células que combaten una infección, aunque no exista. Esto recibe el nombre de inflamación.

Científicos han advertido que el mundo se enfrenta a una campaña de vacunación anticovid con personas cuyo sistema inmune está debilitado (producto del estrés post-covid y la inflamación), y en el cual las vacunas podrían no ser tan efectivas. Esta realidad es especialmente evidente en adultos mayores, que requieren mayores cantidades de vitaminas y minerales para fortalecer sus defensas.

Postcovid existe el miedo de volverse a contagiar y la inflamación de los organismos internos.

De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, una respuesta inmune eficaz de la vacuna, requiere un huésped con un adecuado estado nutricional. Sobre ello, la nutricionista especializada en dieta antiinflamatoria, Martha Ríos, recomendó el consumo de Omega 3, elemento que contiene resolvinas antiinflamatorias, moléculas capaces de resolver los excesos de inflamación en el cuerpo.

Cuando el cuerpo ataca una infección que no existente, se generan cascadas inflamatorias. Los efectos de estas son impredecibles y pueden notarse en todo el cuerpo, por eso hay personas que desarrollan insomnio, ataques de pánico, estrés, colitis, pancreatitis, etc., postcvovid”, dijo la especialista.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha resaltado las propiedades saludables de las vitaminas A, B6, B9, B12, C y D, y los minerales zinc, selenio, hierro y cobre basándose en una evaluación científica de sus contribuciones al funcionamiento normal del sistema inmune.

El psicólogo David Velez argumenta que en una persona con un sistema inmunodeprimido es más fácil que ocurran ataques de ansiedad, depresión o estrés post-covid.

La alimentación cumple un papel fundamental, ya que una dieta adecuada promueve la producción de hormonas que ayudan a regular los niveles de estrés y a aliviar otras complicaciones como el insomnio y la falta de energía, de acuerdo con Ríos.

En Ecuador, el grupo Dyvenpro ofrece un suplemento llamado Ginsavit PRIME, que aporta energía y concentración de manera natural. Sus componentes son calcio, hierro, manganeso, vitaminas D, C, zinc, extracto de ginkgo biloba y ginseng (Panax).

Ginsavit Prime, aporta energía y concentración de manera natural.

En estos tiempos de cambio, los expertos recomiendan realizar actividades de crecimiento personal como hacer ejercicio o tener un pasatiempo recreativo. Asimismo, una alimentación saludable, el consumo de Omega 3 y, para los adultos mayores, la Universidad de Cambridge propuso el uso de un suplemento nutricional que contenga vitaminas A, B6, B9, B12, C, D y E y los minerales Zinc, Cobre, Selenio y Hierro para fortalecer su sistema inmune. No obstante, la ayuda de un profesional, en conjunto a las recomendaciones anteriores, puede ayudarle a sobrellevar el estrés producto de los grandes cambios por la actual pandemia.