Nuevos desafíos para los centros preuniversitarios

Fausto Lara
La virtualidad abrió la posibilidad de captar estudiantes de todo el país.

El examen Ser bachiller era una evaluación, no solo para los alumnos, sino también para los colegios. La prueba, según el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, se realizó hasta enero de 2020 en el Régimen Costa. 
 
Para aprobarla, principalmente, las instituciones privadas se esforzaban para que sus alumnos obtengan las mejores notas. Se trataba de una especie de ranking, pero eso terminó con la eliminación de la obligatoriedad. En su reemplazo está el Examen para el Acceso a la Educación Superior EAES.
 
Esa prueba la rinden los bachilleres que desean ingresar a la educación superior en una entidad pública o acceder a un porcentaje de becas en las privadas, puesto que para las universidades particulares ya no es obligatorio. 
 
Luis Jaramillo, gerente del Preuniversitario Newton, explica que en el caso de las instituciones privadas suelen usarla para control propio. Recuerda que antes trabajaba con colegios para capacitar a los estudiantes, pero esos convenios terminaron.
 
Desde el año pasado la disposición es que se tomará una especie de examen de grado, pero ante la pandemia los alumnos se graduaron presentando proyectos, y quienes no seguirán la educación superior, no rindieron ninguna prueba, esto se reflejó en la demanda de los cursos de nivelación. 
 
Sin embargo, la virtualidad abrió la posibilidad de captar estudiantes de todo el país y en algunos casos también del exterior. Así lo afirma José Cachiguango, gerente comercial del Preuniversitario Jean Fourier, quien manifiesta que la entidad a la que pertenece tiene gran acogida por parte de los bachilleres que quieren acceder a la educación superior. “Antes del COVID-19 manejábamos solo 3 provincias: Carchi, Imbabura y Pichincha”. 
 
En el caso del Preuniversitario Newton antes solo estaban en Quito y ahora registran a estudiantes de otras provincias y hasta de Perú y Estados Unidos; Jaramillo explica que se trata de ecuatorianos que quieren ingresar a las universidades.
 
La primera prueba del presente año es la del régimen Costa, que está prevista para marzo, quienes van a rendirla ahora están en clases. Luego viene la otra en julio.
 
Otra de las razones para que exista menor interés de los bachilleres hacia el preuniversitario es la limitación tecnológica. “Muchos no tienen acceso a internet”, resalta Jaime Calderón, director Administrativo de Aprender Online.
 
Además, el factor económico ha vuelto complicada la situación. “He palpado que más del 50 por ciento de los preuniversitarios han cerrado, porque ya no hay mucha demanda, porque no se adaptaron a las clases virtuales y otros están esperando el regreso a la presencialidad”, afirma. 
 
Principales deficiencias 
Una coincidencia entre los representantes de los tres centros preuniversitarios es que los bachilleres salen con falencias de las unidades educativas, entre las principales están los conocimientos en matemáticas.
 
El representante del Preuniversitario Jean Fourier dice que esto pasa porque en la actualidad los estudiantes usan aplicaciones que les resuelven todos los problemas y pierden las destrezas en operaciones básicas. “Y ahí se complica porque el examen tiene cosas más complejas”, indica Cachiguango. 
 
El otro problema es la lectura, pues, los jóvenes no están acostumbrados a leer y por ello no aprenden conceptos, asegura.
 
Las diferencias más significativas se evidencian entre los alumnos que vienen de unidades educativas del sector público, con relación al privado. Además, Jaramillo, gerente del Preuniversitario Newton, detalla que existe mucha diferencia entre los alumnos que vienen de sectores urbanos, con relación a los que viven de zonas rurales. 
 
Desde su experiencia las materias más difíciles para los estudiantes son: matemáticas, física y química; además, de que no tienen hábitos de lectura. 
 
“Les damos recomendaciones para que se les haga más fácil; pero es difícil cubrir en seis meses los conocimientos que debieron  adquirir en todos sus años de formación secundaria”, resalta.
 
Jaramillo afirma que en el Preuniversitario Newton no fue complejo adaptarse a la parte virtual, porque ya impartía clases virtuales desde hace cuatro años como soporte para los chicos que asistían de manera presencial.
 
En el preuniversitario Jean Fourier también se acoplaron rápidamente a la modalidad virtual y hasta mencionan que han recibido comentarios de que es mejor que las clases presenciales. 
 
La efectividad de ingreso de quienes realizan los cursos es, según sus representantes, de 80 por ciento, siempre y cuando no sean carreras de ciencias de la salud, porque en ese caso la cifra baja.
 
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