La modalidad híbrida gana espacio en los programas de maestrías
La digitalización del sector de la educación de cuarto nivel aporta diversas ventajas y facilidades para estudiantes y docentes. Una de ellas es la enseñanza híbrida, la cual continúa en una innovación constante.
Durante la pandemia del COVID-19, las oportunidades de adoptar un aprendizaje digital crecieron significativamente, y muchas universidades tuvieron que cambiar su oferta de aprendizaje de manera virtual, para luego de a poco adoptar una metodología de enseñanza híbrida.
A pesar de todos los desafíos que este cambio abrupto trajo a diversos países un informe de la Unesco reconoce que este tipo de enseñanza es cada día más eficaz.
"No es de extrañar que la mayoría de los estudiantes y del personal acoja con satisfacción la flexibilidad de alternar entre el aprendizaje en línea y presencial, la cual debería mantenerse a largo plazo", indica el organismo.
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Aunque en el segmento de cuarto nivel esta metodología ya era impartida por algunas universidades, fue precisamente en esta época en la que la educación híbrida cobró mayor protagonismo, fortaleciendo sus múltiples ventajas.
Y es que este modelo, de acuerdo con diversos expertos educativos, busca incorporar a los alumnos, en un ambiente tanto presencial como virtual, de manera interactiva, mediante el uso de distintas herramientas tecnológicas, entre ellas las plataformas de e-learning.
Adicional a ello, también se incorporan diversos equipos, como cámaras y plataformas de videoconferencia (Zoom, Microsoft Teams, Meet), micrófonos de alta calidad, softwares de colaboración, y plataformas de video que han permitido una participación y colaboración más efectiva entre los estudiantes, independientemente de su ubicación.
Con la modalidad híbrida, los estudiantes tienen la oportunidad de hacer preguntas y obtener explicaciones adicionales gracias a las sesiones en vivo.
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También se pueden generar espacios para reforzar conceptos que necesitan explicación adicional, mediante la interacción remota. Otra ventaja es la flexibilidad del tiempo de aprendizaje independiente, para trabajar a través de las lecciones y evaluaciones.
Por último, la estructura de las sesiones en vivo permite mantener la interacción, profesor-estudiante y estudiante-estudiante, las cuales son pertinentes para crear espacios colaborativos y de apoyo para el aprendizaje.
Enfocadas en las nuevas generaciones
Las perspectivas de los estudiantes han cambiado. Son un grupo generacional bastante diverso y muy influenciado por contextos de digitalización, pues han nacido y crecido con internet y usan de manera intensa diversas tecnologías y redes sociales al mismo tiempo.
Ante esta premisa, las universidades actualizan sus programas de posgrados para estar al mismo nivel de sus necesidades, garantizando una oferta educativa flexible, con horarios de fines de semana, nocturnos y a tiempo parcial.
Incluso un informe de la Unesco destaca que además de esta facilidad, en la última década la demanda de programas más cortos y especializados está captando una especial atención en un entorno muy cambiante.
Aunque son varias las ventajas que ofrece esta modalidad, la National Education Association encuentra desafíos significativos, entre ellos los problemas de conectividad y el acceso a la tecnología, dificultades para mantener la participación y el compromiso estudiantil, y la brecha en la equidad educativa, los mismos que deben ser abordados desde una mirada conjunta entre el lado público, privado y de la sociedad.