La industria manufacturera se adaptó al complejo escenario

En más de 2.700 millones de dólares cayeron las ventas del sector manufacturero del país el año pasado en comparación con 2019.
Fausto Lara
En 2020, La Fabril logró incrementar sus ventas en un 2,1 por ciento en volumen y en un 3,3 por ciento en dinero.

La industria manufacturera es la segunda actividad económica más importante del Ecuador, que al cierre de 2020 representó el 19,9 por ciento de las ventas totales del sector empresarial, según datos del Servicio de Rentas Internas.

Justamente por esta importancia, la industria sufrió el impacto del COVID-19 el año pasado.

Las ventas cayeron en 2.708 millones de dólares en comparación con el 2019 como consecuencia de la paralización de algunas plantas de producción durante los primeros meses de la pandemia y la caída de la demanda de determinados productos no prioritarios.

Sin embargo, las compañías que integran el sector buscaron las alternativas para revertir el complejo escenario. Aglomerados Cotopaxi decidió mirar al extranjero, específicamente al mercado estadounidense que no sintió un gran golpe en su economía.

“Ya se venía trabajando algunos años en entrar al mercado de Estados Unidos y teníamos una presencia menor, entonces decidimos darle un gran impulso a las ventas y los resultados fueron positivos”, afirma Bernardo Pérez, gerente general de la empresa.

Con esa estrategia comercial, sumado a la recuperación de los mercados local e internacional para el segundo semestre de 2020, las ventas y la producción de Aglomerados Cotopaxi solo cayeron un 10 por ciento el año pasado con relación al 2019.

“El impacto del COVID fue significativo sobre todo en los meses de marzo, abril, mayo y junio ya que los mercados prácticamente se paralizaron. La prioridad de Aglomerados Cotopaxi fue preservar el empleo por sobre cualquier otro objetivo”, resalta Pérez.

Así, la empresa, que se dedica a la producción de tableros aglomerados de partículas, de fibra de madera MDF, molduras de MDF prepintadas y madera aserrada; no solo mantuvo sus plazas de trabajo sino que generó nuevas, contando a la actualidad con 550 colaboradores directos.

La planta industrial de Aglomerados Cotopaxi tiene una capacidad de producción que supera los 150.000 metros cúbicos por año en sus cuatro líneas de productos.

En el presente año, el comportamiento del mercado es positivo, especialmente, en el caso de tableros de madera cuya demanda nacional y mundial está en aumento, debido a las remodelaciones que se realizan en las viviendas y por la creciente elaboración de muebles de oficina que ahora son usados en el hogar.

A pesar del duro contexto generado por la pandemia, algunas industrias de manufactura lograron resultados positivos. Este es el caso de La Fabril, que cerró el año pasado con 380 toneladas de productos vendidos que generaron 525 millones de dólares.

Para alcanzar estas cifras, la empresa tuvo que elaborar un plan operativo a fin de mantener la producción y garantizar la salud de sus trabajadores.

Las líneas principales de la iniciativa fue estructurar las labores para operar con la menor cantidad de colaboradores en plantas y oficinas, mientras que el resto del personal trabaja desde casa. Paralelamente, se establecieron todas las condiciones de sanidad, higiene y prevención en los puestos de trabajo.

De esta forma, La Fabril mantuvo la producción en sus plantas industriales y la distribución de sus diferentes líneas de productos: alimentos, cuidado personal, cuidado del hogar, absorbentes, panificación, HORECA e industrial.

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Y el desafío del presente año es mantener las cifras positivas. En el primer trimestre, la compañía ya logró un aumento del 9 por ciento de sus ventas en relación al mismo periodo de 2020.

Una tendencia similar registra Laboratorios Industriales Farmacéuticos Ecuatorianos LIFE, que se dedica a la fabricación de distintas dosis como: tabletas, cápsulas, jarabes, inyectables, sueros y empaques para fabricación de productos.

La empresa cerró el año pasado con un crecimiento de alrededor del 10 por ciento en su nivel de producción de su planta ubicada en Quito, esto esencialmente, por la mayor demanda de medicamentos generada por el COVID-19.

“Este año, la tendencia de consumo se ha mantenido en ese nivel. Debido a la pandemia las personas tienen mayor conciencia y le dan mucho más prioridad al cuidado de la salud”, reconoce Héctor Enríquez, gerente general de LIFE.

La compañía no paralizó la fabricación ni la distribución de sus productos en ninguno momento desde marzo de 2020, cuando se tomaron las primeras acciones para frenar la rápida propagación del coronavirus en el país.

Este es el escenario que enfrenta actualmente la industria manufacturera de país, que espera una recuperación de la economía en el presente año, lo cual está bastante ligado al avance del proceso de vacunación contra el COVID-19 y la contención de los contagios.