Los insumos agrícolas se adaptan a las normativas ecológicas
El 1 de enero de 2025 entrará en vigencia para los países por fuera del bloque comunitario el Reglamento 2018/848 de la Unión Europea (UE), que establece nuevas normas sobre la producción y etiquetado de los alimentos ecológicos que se comercialicen en ese mercado.
La normativa establece mejores prácticas en materia de medio ambiente y diferentes artículos de cumplimiento obligatorio para los operadores, entre los cuales constan los productores de frutas y hortalizas, quienes deben certificarse bajo estos principios.
Así, el reglamento constituye un nuevo desafío productivo para los bananeros ecuatorianos, que ya tienen en la legislación europea de Límites Máximos de Residuos (LMR) un inconveniente debido a la prohibición de uso de ciertas moléculas químicas en los plaguicidas, lo cual ha reducido la eficacia en el combate de bacterias, hongos y otras plagas en los cultivos.
Pero no solo es la UE, otros mercados como Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón tienen sus normativas de inocuidad alimentaria que apuntan hacia la reducción de la carga química en los insumos agrícolas.
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Ante esta realidad, la industria agroquímica en el mundo está invirtiendo y acelerando su transformación hacia la sostenibilidad, ya que debe adaptarse a las nuevas regulaciones, la tecnología, el cambio climático y los comportamientos de los consumidores, asegura Fernando García, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Innovación y Tecnología Agrícola InnovAgro.
Esta adaptación se evidencia en las millonarias inversiones en investigación y desarrollo que realizan las principales empresas del sector, que hasta el 2021 alcanzaban los 8.200 millones de dólares destinados a protección de cultivos, semillas y biotecnología.
En Ecuador ya se evidencia esta tendencia con un portafolio de insumos agrícolas de baja carga química que aumenta de forma constante, en parte, gracias a la incursión de nuevas empresas en el mercado local.
Según datos de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitaria (Agrocalidad), en el Ecuador hay aproximadamente 25.000 hectáreas de producción orgánica de banano.
Uno de los desafíos en los últimos años para los cultivos de este tipo era la gama limitada de insumos para controlar plagas y enfermedades, en especial la Sigatoka Negra, que se encuentra en la mayoría de las fincas.
Afortunadamente, el portafolio de insumos biológicos está aumentado con múltiples modos de acción como extractos de plantas, cepas microbianas, bioestimulantes y últimamente inductores de defensas y resistencia de las plantas.
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El camino más adecuado para la sostenibilidad del agro es hacer un uso eficiente de todos los recursos para producir los alimentos de forma adecuada, rentable y amigable con el ambiente. Con esta visión, las empresas comercializadoras de insumos promueven la aplicación de mejores prácticas agrícolas y de tecnologías.
Fernando García indica que se están implementando programas de manejo integrado de plagas, nuevas técnicas de aplicación de insumos como los drones, modernas herramientas de control de enfermedades y otras acciones, todas ellas enfocadas principalmente en la reducción del consumo de agua y energía, así como la disminución de los residuos.
A la par, InnovAgro lleva adelante una iniciativa en el Ecuador que permite la recuperación de envases vacíos de agroquímicos, evitando que queden en el campo contaminando el ambiente. Cada año se recolectan 300 toneladas de los recipientes, logrando gestionar hasta la fecha más de 3.000 toneladas.