Industria plástica ante el reto de adaptarse a la tendencia de reutilización

Cecibel Serrano Zambrano
El incremento de la producción de los empaques y envases plásticos se destacaron por ser una alternativa económica y segura durante la pandemia. Foto Vistazo.

La rapidez con la que tuvo que reinventarse la industria plástica durante el estado de emergencia fue uno de los aspectos más importantes que marcó a este sector durante el 2020. En algunos casos las industrias se vieron obligadas a transformar sus líneas de productos hacia otros, debido a que algunos se dejaron de consumir, mientras que otros incrementaron su demanda de manera exponencial.

Un ejemplo de ello, fue la alza de producción de los empaques y envases en donde los plásticos se destacaron por ser una alternativa económica y segura, y que compensó de alguna manera a la fabricación de los plásticos que se utilizaban en las industrias de construcción y del turismo.

La Asociación Ecuatoriana de Plásticos, Aseplas, reconoce que durante la pandemia la velocidad de aprendizaje y de respuesta, ante las demandas urgentes de recipientes para insumos de seguridad, cuidado y preservación de alimentos fueron algunos aspectos positivos y rescatables de esta crisis.

Jorge Luis Mórtola, presidente de Aseplas, cataloga a este año como un periodo que ha tenido fuertes caídas en ventas y rentabilidad, generando en muchos casos pérdidas importantes para los fabricantes de productos especializados y también en los de un solo uso. “Sin embargo, después de toda crisis necesariamente ocurre una recuperación, y la industria es optimista en ese sentido”, manifiesta Mórtola.  

Además, el presidente de la Asociación afirma que la aprobación de la Ley Orgánica para la Racionalización, Reutilización y Reducción de Plásticos de un Solo Uso, brinda la seguridad jurídica para continuar invirtiendo. Quizás este sea uno de los aspectos que empiece a marcar el desenvolvimiento de varias industrias para el 2021, por ello la Asociación Ecuatoriana de Plásticos espera un incremento del 5% al 10% para el siguiente año.

La Ley plantea plazos y prohibiciones para la reducción de los plásticos de un solo uso que oscilan desde 12 hasta 36 meses. Durante los periodos de transición y salvo en casos de emergencia sanitaria decretada por el Gobierno Nacional, se prohíbe en los lugares de venta y a domicilio, la entrega gratuita de bolsas, recipientes, vajillas y utensilios y otros objetos plásticos de un solo uso.

Por otro lado, se plantea un porcentaje mínimo de plástico reciclado en las bolsas de acarreo, envases y productos plásticos que se comercialicen en el territorio nacional entre 18, 36 y 48 meses. También se exceptúan las prohibiciones establecidas en el Artículo 9, a las bolsas y empaques plásticos que constituyan el envase primario de alimentos a granel o de origen animal, aquellos que por razones de asepsia son utilizados para contener alimentos o insumos húmedos elaborados o pre-elaborados.

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Se excluyen, además, las bolsas y envases de un solo uso cuyos fines o razones sean de limpieza, higiene, cuidado personal, salud o médico, los sorbetes de base polimérica adheridos a envases o productos, que se comercializan como una unidad de venta de una capacidad máxima de 300 ml y que puedan reciclarse con el envase.

En condiciones excepcionales de emergencia sanitaria declaradas por decreto ejecutivo y de manera temporal, se podrán excluir en esta Ley a los empaques y envases que permitan guardar condiciones salubres y proteger a la población de contagios virales y/o bacterianos, de acuerdo con las condiciones establecidas por el ente rector de la salud pública.