El sector inmobiliario evidencia una franca recuperación
2020/11/3001:13H.
Luego del duro golpe de los primeros meses del presen te año, el sector inmobiliario del país avanza en una tendencia de franca recuperación, que se evidencia en el reinicio de obras y en el aumento del interés de los posibles compradores.
De acuerdo con datos de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Vivienda del Ecuador (Apive), entre enero y abril de 2020, las reservas de soluciones habitacionales decrecieron en un 45 por ciento (704 unidades) en comparación con el mismo periodo de 2019.
Este comportamiento se produjo por el impacto de las paralizaciones de octubre del año anterior en la economía nacional y la recesión que generó la llegada del COVID-19 a nuestro país.
Sin embargo, a partir de junio el oscuro panorama cambió. Según la misma Apive, basado en información de 22 agencias inmobiliarias que concentran el 77 por ciento del mercado, en ese mes, las reservas de viviendas aumentaron en un 60,5 por ciento con relación al mes de mayo.
Una tendencia que se mantuvo hasta agosto, pero con cifras ya más moderadas, pues el incremento fue de apenas el 0,8 por ciento en comparación con julio.
“Se ha observado que las personas están retomando interés en invertir en casas y departamentos, pero, aún no se llega al mismo nivel de interés que había antes de la pandemia”, manifiesta Juan Albán Donoso, gerente general de Pronobis.
Mientras que el mercado de oficinas no logra reactivarse, pues el trabajo remoto ha ganado una gran importancia en la operatividad de las empresas.
En términos generales, la recuperación del sector inmobiliario se debe también a la decisión de las empresas promotoras de reanudar los proyectos, luego de que el Comité de Operaciones de Emergencia nacional aprobó el plan piloto para la reactivación de la construcción, que inició en mayo pasado.
ADAPTARSE A LAS NECESIDADES
Debido al impacto del COVID-19, el comportamiento de los consumidores está cambiando y las empresas inmobiliarias deben adaptarse a las nuevas necesidades.
Un ejemplo de ello es que las empresas evitarán agrupar a muchas personas y buscarán espacios de trabajo más reducidos, reconoce Juan Albán.
“Los proyectos de vivienda deben ir también ajustado a estas nuevas realidades donde evitemos aglomeraciones de personas en lobbies o ascensores y que las personas se sientan seguras en sus viviendas”, agrega.
Sin embargo, el sector inmobiliario necesita un impulso integral a través de diferentes alternativas de financiamiento para el desarrollo de los proyectos, y la concesión de créditos adecuados para que los empresarios y personas pueden adquirir inmuebles.
Con este criterio concuerda Luis Valero Brando, presidente ejecutivo de Grupo Valero-Construdipro, quien afirma que los plazos y tasas de interés de los créditos hipotecarios deben ser accesibles.
Además, sugiere incentivos tributarios para el desarrollo de proyectos inmobiliarios y flexibilidad en los gobiernos seccionales para tener un mejor aprovechamiento del suelo.
A estas propuestas se suma una evaluación de las empresas activas en el mercado de la construcción de viviendas de interés social y orientadas a la clase media.
“La evaluación debe dar como resultado los requerimientos de apoyo financiero que son necesarios para que esas empresas puedan consolidar sus cuentas por pagar a consecuencia de la pandemia y, además, puedan financiar el desarrollo de sus productos”, aconseja José Samaniego, gerente general de Arkitrust.
Agrega, que ese mecanismo de crédito hay que desarrollarlo con los fondos adecuados provistos por las entidades multilaterales financiados por créditos locales o internacionales.
De forma paralela, se recomienda flexibilizar la contratación laboral para el sector, extender créditos a los proveedores o fabricantes de materiales y servicios de la construcción, así como fomentar los proyectos de infraestructura vial y agrícola.
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