El prometedor futuro de la movilidad sostenible en Cuenca
Aunque las medidas de restricción vehicular y de personas por la emergencia sanitaria del coronavirus durarán varias semanas más, Cuenca aspira implementar su nuevo plan de movilidad cuando la pandemia haya sido controlada en Ecuador y el mundo.
Esta ciudad intermedia está en un momento clave en el que su densificación promoverá la movilidad sostenible y por ende una vida saludable, asegura Guilherme Chalhoub, director general de Movilidad del municipio local.
Chalhoub es parte del equipo técnico que alista el Plan de Movilidad Sostenible con miras para los próximos 10 años y cuya prioridad es la movilidad activa: peatón, uso de bicicleta… con ello se reducirá la emisión de gases de efecto invernadero e incidirá en la sostenibilidad económica, social y ambiental.
Adicional, en el plan se considera el transporte público como integración, la electromovilidad, la movilidad compartida y la intermovilidad. La propuesta es controlar el incremento del parque automotor que actualmente bordea los 90.000 vehículos registrados y 150.000, con los no registrados, y que circulan a diario.
“Tenemos que cambiar la percepción del modo de transporte, de manera que sea natural ir en bicicleta o en el tranvía… la oferta de la movilidad poco a poco cambia la cultura en la gente y tendremos una ciudad sostenible”, acota Chalhoub.
Mientras se aprueba el plan se elaboran guías para la obra pública, en beneficio del peatón. La idea es definir aceras de anchos adecuados, rampas mínimas, piso podotáctil para no videntes, ciclovías y más opciones que faciliten la movilidad y accesibilidad universal.
Cuenca tiene uno de los mejores sistemas de movilidad, indica Pablo Osorio, asesor técnico de la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ), organismo internacional que brinda la asesoría en movilidad sostenible al GAD Municipal.
Durante tres años GIZ ha hecho análisis del comportamiento de la movilidad en la ciudad e insiste en el equilibrio con el espacio público. En un futuro, la apuesta es la bicicleta pública y la electromovilidad. “No se piensa en que los autos vayan más rápido, sino compartir el espacio público de una manera más humana”, dice Osorio.