Ecuador avanza hacia un modelo de producción más sostenible
Aprovechar al máximo los recursos materiales que se disponen y alargar el ciclo de vida de los productos son algunos de los objetivos de la economía circular (EC), un modelo de producción y consumo que busca garantizar un crecimiento sostenible en el tiempo a través de las cuatro “R”: reducir, reutilizar, reparar y reciclar, concepto en el que algunas empresas ya se han embarcado.
Y es que, a más de generar un impacto positivo para el medio ambiente, este modelo es también un negocio rentable. Según el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, la EC ofrece una oportunidad comercial de hasta 4,5 billones de dólares, la cual podría promover la evolución de nuevas industrias, crear puestos de trabajo, minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el uso eficiente de los recursos naturales.
A decir de la directora de Ambiente y Seguridad Industrial de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), Cynthia Rodríguez, la circularidad tiene un enorme potencial para la diversificación económica y creación de valor, no solo por el constante incremento del costo de los recursos naturales, sino también porque la comercialización de residuos industriales crece por encima de la media del comercio mundial.
“Por ejemplo, el Pacto Verde Europeo fortalece las cadenas de suministro al reducir la dependencia de la importación de materias primas y el ahorro de costos por consumo energético y adquisición de insumos”, manifiesta.
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Esa misma iniciativa europea promueve el desarrollo de nuevos modelos de negocio y sinergias entre empresas. En la arista social, fomenta el desarrollo de habilidades y tiene un potencial de generación de nuevos empleos al 2030.
Actualmente, las compañías grandes son las que lideran los cambios en este ámbito, pues al contar con un músculo económico y de capacidades más fortalecido, pueden anticiparse a la demanda de los consumidores y alinearse a las exigencias de sus inversores.
Juan Pablo Grijalva, gerente general de El Ordeño, señala que al haber un consumidor más responsable todos los sectores han empezado a trabajar en acciones que permitan a corto, mediano y largo plazo implementar un modelo circular en sus operaciones. El adoptarlo -recalca-no solo trae beneficios en reputación e imagen, sino también en la eficiencia de los recursos.
Su implementación resulta una inversión importante y, dependiendo del giro de negocio, se puede obtener mayor o menor rentabilidad, puesto que la valorización de los residuos varía.
Grijalva cita ejemplos. En el caso del plástico es más rentable o se puede obtener un ROI (retorno de inversión) a corto plazo. Con el Tetra Pak, el ROI se obtendrá en periodos de tiempo más largos.
“Sin embargo, si en el proceso se agrega valor a estos materiales puede llegar a obtenerse una rentabilidad interesante y un retorno de la inversión a menor tiempo, no obstante, no reduce la inversión que las organizaciones deben realizar para impulsar estos modelos de negocio”, explica.
El Ordeño es una empresa ecuatoriana que ha adoptado una gestión sostenible. Uno de sus proyectos más destacados es la incorporación del cien por ciento de empaques ecológicos en toda su línea de producción TRÜ, en algunos casos el porcentaje de renovabilidad se ha elevado al 79 por ciento, reemplazando sorbetes de papel que también cuentan con certificación FSC de gestión forestal.
Sus empaques, con respecto a otras opciones, alcanzan aproximadamente un 61 por ciento menos de emisiones de CO2 en su fabricación.
Para apoyar esta reducción ha incorporado además paneles solares y equipos y maquinarias de alta eficiencia energética y recursos en su planta industrial. Asimismo, su ganadería climáticamente inteligente promueve buenas prácticas de crianza para reducir las emisiones por cada litro de leche producido.
Reciclaje, esencial
Para Damián Baeza, gerente general de Productora Cartonera, el modelo productivo lineal (utilizar, producir, consumir y desechar) está caduco porque los recursos naturales no son infinitos.
Por ello, cree que la EC es el camino idóneo para lograr un proceso productivo eficiente y sostenible, y eso se evidencia en el giro de negocio de su empresa, especializada en la fabricación de soluciones de empaques y cajas de cartón, cuyo eslabón principal de su modelo es el reciclaje de papel y cartón en el país.
Productora Cartonera es parte de Grupo Surpapel, que también está integrado por las empresas REPAPERS (recicladora) y SURPAPELCORP (fabricante de bobinas de papel cien por ciento reciclado).
El Grupo, a través de REPAPERS, impulsa el reciclaje de estos materiales, que luego se usan para fabricar bobinas de papel en la planta de SURPAPELCORP, producto que después es utilizado por Productora Cartonera para la elaboración de empaques y cajas de cartón.
“El 70 por ciento de nuestra materia prima proviene del reciclaje, esto nos permite reducir la presión sobre los recursos naturales. Está comprobado que el papel elaborado de material reciclado en comparación con el papel de pulpa virgen consume hasta seis veces menos agua en su proceso de producción y consume menos energía”, recalca Baeza.
En el 2021, REPAPERS acopió alrededor de 73.000 toneladas de material reciclado, las cuales son recolectadas por más de 2.000 microempresarios del reciclaje en Quito, Guayaquil, Durán, Santo Domingo, Machala y Manta.
Incentivos
La Dirección de comunicación del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) señala que, la cartera de Estado maneja incentivos ambientales para las empresas e industrias que desean hacer una transición hacia una economía circular.
Esto a través del reconocimiento Punto Verde, una marca institucional que se otorga a toda actividad que optimiza los recursos naturales en sus procesos y que cumple más allá de la normativa legal.
El sello ofrece beneficios de la Ley de Fomento Productivo; del Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones (COPCI) y de Ley Orgánica para el Fomento Productivo, Atracción de Inversiones, Generación de Empleo y Estabilidad y Equilibrio Fiscal, tales como: tarifa del Impuesto a la Renta (IR) del 25 por ciento; deducciones adicionales para el cálculo del IR; apertura del capital social de las empresas a favor de sus trabajadores; facilidades de pago en los tributos al comercio exterior; exoneración del impuesto a la Salida de Divisas para las operaciones de financiamiento externo, entre otros.
Asimismo, Cynthia Rodríguez indica que el marco legal estipula estímulos como deducciones para el cálculo del IR de los gastos incurridos en innovación tecnológica, diseño de empaques y adquisición de maquinarias y equipos para producción eco-eficiente.
No obstante, señala que la Ley de Economía Circular Inclusiva, dispone que el Sistema Nacional de Economía Circular Inclusiva debe diseñar un sistema de calificación de sello EC e impulso para su promoción, lo cual incluye el acceso a créditos de la banca pública. De igual forma, establece como responsabilidad de los municipios el otorgar incentivos tributarios locales para promover su implementación.
“Anhelamos que con la expedición del Reglamento de la Ley de EC se pueda aterrizar hacia un marco de incentivos tangibles específicos que permitan romper las barreras de financiamiento, de capacidades y de tecnología que son indispensables para una economía circular en el sector productivo”, declara.
La representante de la CIP cree que la transición hacia un Ecuador circular solo será posible con la participación e involucramiento de todos los actores: gobierno, industria, academia, sociedad civil, municipios y consumidores finales.
El año pasado el gremio conformó la Comisión de Economía Circular, bajo el liderazgo de la Dirección de Ambiente, la cual promueve proyectos o acciones para impulsar la transformación productiva hacia este modelo y propicia foros de sensibilización y difusión de casos exitosos entre las empresas del gremio.
*Revise otros temas de sostenibilidad en Revista Enfoque. Ya en circulación junto a Revista Vistazo.