Crece la confianza en el sector bursátil con más emisores
La reactivación económica que experimentó el Ecuador durante el 2021 tras el fuerte impacto de la pandemia por el COVID-19 se evidenció en el desempeño positivo de varias actividades, y el mercado de valores no fue la excepción.
Según datos de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros, el año pasado, el monto negociado efectivo en el mercado bursátil alcanzó los 15.701 millones de dólares, lo cual representó un incremento del 32 por ciento en comparación con el 2020.
Sin duda, la recuperación económica fue un factor clave para este crecimiento, destaca Christian Ponce, presidente de la Bolsa de Valores de Quito (BVQ), pero agrega otros elementos como la confianza del sector productivo nacional a través de nuevas emisiones de papel comercial y obligaciones.
Así como el gran interés que generaron los certificados de depósitos e inversión, emitidos por instituciones financieras, cuyos volúmenes de negociación crecieron en un 36 y 86 por ciento, respectivamente.
“Se volvieron altamente atractivos al generar rendimientos por variación de precios del título valor y las ganancias por la tasa de interés. Los inversionistas se mostraron muy interesados con el objetivo de rentabilizar sus excesos de liquidez a distintos plazos en un escenario de reducción de tasas”, explica Ponce.
Paralelamente, el sector público mantuvo su protagonismo en el mercado de valores con una participación del 63,4 por ciento, en especial, con las emisiones de bonos y certificados de tesorería para cubrir las necesidades de financiamiento fiscal.
Para Ricardo Rivadeneira, presidente de la Bolsa de Valores de Guayaquil (BVG), el crecimiento registrado confirma que la actividad bursátil es una atractiva opción de financiamiento para todos los sectores estratégicos y productivos del país.
Por ello, más empresas incursionan en el mercado. En el 2021, se registraron 21 nuevos emisores, de los cuales 7 se dedican a actividades de comercio, 5 son instituciones financieras y 5 son industrias manufactureras. Las restantes son de segmentos variados. También se registró el ingreso de nuevos emisores en el mercado accionario.
Este comportamiento también es un efecto de la pandemia, que motivó a las empresas a diversificar sus fuentes de financiamiento, asegura Juan Pablo González, gerente general Orion Casa de Valores.
“Cuando comenzaron los problemas, los bancos cerraron mucho la llave de financiamiento, especialmente para aquellas pequeñas y medianas empresas aún no tan consolidadas, e incluso a grandes empresas que tuvieron que ingeniárselas para conseguir fondos y tratar de seguir operando con ‘normalidad’”, asegura González.
En general, se evidencia un desempeño muy positivo, a tal punto que los montos negociados en el mercado de valores representaron el 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del año pasado.
Pero el país aún está lejos de un desarrollo pleno en comparación con la capitalización bursátil de otros países de la región.
“Tenemos las bases de lo que podríamos llamar una cultura bursátil. Sin embargo, nos queda un largo camino por recorrer para poder tener un mercado de valores consolidado”, manifiesta González.
El primer paso hacia esa meta, agrega el directivo, es contar con un marco regulatorio específico para la actividad; y que el sector tenga un ente regulador que se dedique plenamente al desarrollo e impulso del mercado.
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Otro factor indispensable es la estabilidad jurídica y económica, destaca Ricardo Rivadeneira de la BVG, a fin de brindar la seguridad que requieren las empresas para invertir.
Sumado a ello deben estar los incentivos tributarios, haciendo énfasis en el mercado de acciones y en el financiamiento a largo plazo. “Un tema pendiente es la eliminación del Impuesto a la salida de capitales que aún afecta a las inversiones de corto plazo proveniente del extranjero”, indica Rivadeneira.
Con estos aspectos coincide Christian Ponce de la BVQ, quien agrega que se debe promover el ahorro nacional y la inversión local a través del mercado bursátil para tener los fondos necesarios para el financiamiento de proyectos productivos con el respaldo de la Corporación Financiera Nacional o del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess).
“También se deben desarrollar nuevos títulos y valores financieros que contribuyan a la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente encaminados a dar cumplimientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Naciones Unidas, así como, ofrecer nuevas alternativas diferentes a los esquemas tradicionales”, enfatiza Ponce.
Facilitar la integración regional con otras bolsas de valores es una de las acciones que se busca impulsar a fin de atraer inversión extranjera directa en títulos de los sectores público y privado. Asimismo, se permitiría la participación de inversionistas locales en mercados externos.