¿Cómo la industria alimenticia se adaptó al impacto del COVID-19?
2020/11/0609:39H.
Adaptación. Esta palabra resume el accionar de la industria alimenticia ecuatoriana que tuvo que afrontar diversos escenarios desde la llegada del COVID-19 al país: problemas logísticos, alteraciones en la demanda, y hasta cambios en las tendencias de los consumidores.
“Los primeros pasos fueron muy complicados”, reconoce Christian Wahli, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas, pues, con la vigencia del estado de excepción se establecieron restricciones a la movilidad humana y vehicular, que afectaron la cadena operativa de la industria.
Sin embargo, se trabajó en una coordinación con las autoridades, tanto nacionales como seccionales, que evitó el desabastecimiento de productos alimenticios.
Se logró atender la demanda de los consumidores, que se apostaban en largas filas afuera de los supermercados para poder abastecerse, de acuerdo con los días y horarios contemplados para movilizarse.
La presencia del COVID-19 y las restricciones también cambiaron las preferencias de compras. “Productos de larga duración tales como conservas, pastas, harinas, etc. tuvieron una demanda bastante elevada. En cambio, los productos de impulso (confites, presentaciones pequeñas de galletas y bebidas) han sufrido una caída muy significativa llegando en ciertos casos hasta un 80 por ciento de la producción normal”, afirma Wahli.
Ante esta situación, las empresas del sector establecieron estrategias operativas. Una de ella fue Alicorp, que tiene más de 60 años de trayectoria internacional y que incursionó en Ecuador en 2003, sumando hasta la actualidad marcas de salsas, fideos, cereales, galletas y productos de cuidado personal en el mercado nacional.
“Desde el inicio de la emergencia sanitaria asumimos un triple compromiso que consistía en mantener el abastecimiento del mercado, apoyar a la población vulnerable y llevar ayuda a las personas que estaban en la primera línea de atención como los profesionales a cargo del cuidado de la salud y la seguridad de los ciudadanos”, explica Juan Carlos Sommerfeld, director de negocios en Ecuador de la compañía.
Para ello, Alicorp adaptó sus procesos logísticos a un panorama de constante incertidumbre, que incluía protocolos de bioseguridad, limitación de recurso humano y transporte, trabajo remoto y franjas horarias de sus proveedores y clientes.
Así la empresa logró mantener un buen nivel de servicio, resalta Sommerfeld, tras indicar que no se realizaron adaptaciones a los productos, pues con la amplia variedad de formatos que ofrece la marca se logró satisfacer las distintas necesidades de abastecimiento.
Una situación similar aconteció con los ítems alimenticios de Sucesores S.A., cuyas presentaciones se ajustaban a los requerimientos de los consumidores.
La empresa, que produce y comercializa harinas, pastas, derivados a base de trigo, entre otros, se mantuvo operativa desde el inicio de la emergencia sanitaria a fin de evitar el desabastecimiento de sus productos en el mercado.
Estefanía Salazar, coordinadora de Proyectos de Sucesores, asegura que algunos colaboradores de la compañía tuvieron que acoplarse al teletrabajo y otros mantener su trabajo presencial, pero sin descuidar la prevención.
“Todos fueron asesorados y capacitados sobre las nuevas medidas de bioseguridad, fueron dotados de las herramientas necesarias para salvaguardar principalmente su salud y las de sus familias”, agrega.
Esta dinámica fue esencial para la empresa, pues la demanda de sus productos, que son parte de la canasta básica, aumentó en los canales de distribución.
Facilidades de acceso
Maximizar el acceso a sus productos fue el objetivo principal de Herbalife Nutrition desde el inicio de la emergencia sanitaria por el COVID-19.
La empresa trabajó en diferentes frentes de acción. Uno de ellos fue sumar un nuevo socio estratégico logístico para aumentar la cobertura de entrega a domicilio en las diferentes ciudades del país.
Además, la compañía habilitó nuevos canales de pagos, agilitó el ingreso de nuevos distribuidores independientes e implementó protocolos de protección para abrir lo antes posible los ocho puntos de entrega de productos que tiene en el país, manifiesta Danilo Bustos, supervisor de ventas de Herbalife Nutrition.
De enero hasta mediados de marzo del presente año, la compañía tenía una tendencia positiva en sus ventas en comparación con el 2019, pero al iniciar la emergencia se estancó el crecimiento y se presentaron ligeras bajas en ciertos productos.
Como Herbalife mantuvo su producción y distribución, explica Bustos, desde mayo se evidenció una recuperación en la demanda, motivada por dos factores.
“Las personas se preocuparon más por alimentarse mejor y mantener un estilo de vida saludable; además nos dimos cuenta de lo importante de tener una fuente adicional de ingresos que demande poca inversión y esté disponible para todos”, indica.