Lucy Jaramillo, la promesa olímpica ecuatoriana echada al olvido
Los pies de Lucy Jaramillo causaron emoción en 2012, cuando pisaron con prolijidad la pista de los Juegos Olímpicos en Londres. Ahora, esa escena y sus medallas en otros campeonatos importantes, son solo un recuerdo de lo que fue. Su carrera quedó perdida entre una tienda de abarrotes en el mercado Amazonas en Imbabura, en donde vende para no quedarse sin sustento.
Jaramillo fue una promesa deportiva: obtuvo varias medallas Sudamericanas, Bolivarianas y Panamericanas, se jacta de haber impuesto récords regionales en su especialidad de 400 metros planos y vallas. Pero además de ello, es una hermana incondicional. Tuvo que coordinar el trabajo y el deporte para impulsar a sus tres hermanos menores, desde que tenía 9 años, cuando perdió a sus dos padres.
Sus glorias olímpicas fueron desempolvadas recientemente, luego de que el medallista olímpico Richard Carapaz criticó al Gobierno por no darles apoyo a él ni a su compañero ciclista, Jonathan Narváez.
El deportista y comunicador, Gabriel Quiñonez, levantó la voz por Jaramillo en Twitter, para recordar que ella lleva varios años a la espera de una pensión vitalicia.
"Lucy es entrenadora; sin sueldo y de forma voluntaria. Tiene bajo su mando 6 deportistas con discapacidad auditiva, dos de ellos estarán en el Campeonato Mundial para Sordos en Polonia. Los chicos y su entrenadora, no cuentan con el apoyo, entrenan en condiciones antideportivas", señala Quiñonez.
Jaramillo confirmó esa información a diario Extra. Le contó que el dinero que gana en el mercado le alcanza para vivir. y que de ese rubro separa una parte del dinero para ayudar a sus pupilos deportistas con discapacidad.
“Gracias al apoyo de la Federación Ecuatoriana de Deportes para personas sordas podremos viajar y competir. Pero al regreso necesito tener los recursos para seguir formando a más atletas que tienen otro tipo de discapacidades”, manifestó a Extra.