Jugar como lo hizo Ecuador en este Mundial es un triunfo

Enner es el goleador histórico de la Tri en los mundiales, marcó tres en los tres partidos que disputó en Catar 2022.
Rafael Veintimilla Aragundi
Moisés Caicedo metió el único gol del partido contra Senegal.

No es la primera vez que la selección ecuatoriana de fútbol nos ofrece más de una lección. Hoy no es la excepción luego de su triunfo 2-0 sobre Catar, el domingo pasado; el empate 1-1 ante Países Bajos y la derrota 1-2 ante Senegal.

Empecemos con nuestro referente, Enner Valencia. Es el reflejo de la tenacidad, la perseverancia, el esfuerzo, la fe y el trabajo, pese a las incontables ocasiones en que fue cuestionado. Él nunca se rindió. Muchos le expresaron odio en redes. Alguna vez leí, entre tantos mensajes, cómo alguien deseó que se lesionara. Tampoco faltaron los memes en su contra.

Enner es el goleador histórico de la Tri en los mundiales, marcó tres en los tres partidos que disputó en Catar 2022. Anotó tres más en el Mundial Brasil 2014. Es decir, seis goles en el mismo número de partidos jugados, uno por juego. Tapó la boca de muchos de sus detractores.

La otra lección es que no debemos desestimar a los rivales, ni el tipo de partidos. Tampoco se debe menospreciar el trabajo de un director técnico. Al inicio, Gustavo Alfaro fue cuestionado. Incluso, fue criticada la convocatoria que publicó para este Mundial. El hincha común debe entender que es él quien se preparó para DT y es quien también conoce mejor a los jugadores.

Alfaro es quien pasa horas diarias analizando partidos en videos, en directo, visitando sitios donde se juegue todo tipo de torneos con su equipo de trabajo.

En cuanto a no desestimar rivales, debemos recordar los partidos de preparación que Ecuador disputó en septiembre pasado ante Arabia Saudita y Japón, las mismas selecciones que en este Mundial sorprendieron con sus triunfos 1-2 sobre Argentina (con Lionel Messi en cancha) y Alemania, la histórica tetracampeona.

Ecuador igualó sin goles con Arabia Saudita y Japón. Aquello causó múltiples críticas contra Alfaro y el equipo, sobre todo por la falta de gol, pero pocos analizaron a esos rivales. De hecho, el hincha común los menospreció.

Pocos revisaron la trayectoria de Arabia Saudita y Japón en las eliminatorias de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) para este Mundial, que empezaron en 2019 y tuvo tres etapas.

Arabia Saudita y Japón participaron desde la segunda que tuvo 40 equipos repartidos en ocho grupos. Cada grupo contó con cinco selecciones. Arabia Saudita ganó el Grupo D con 20 puntos y Japón hizo lo mismo en el F, pero con 23 unidades.

Eso les permitió acceder a la fase final que tuvo doce equipos repartidos en dos grupos. Arabia Saudita y Japón integraron el B con cuatro selecciones más. Los árabes sumaron 23 puntos y los japoneses, 22. Así clasificaron a este Mundial.

Muchos dirán que la AFC no tiene nivel. En realidad, en cada confederación hay selecciones con nivel alto y otras que no. Europa, por ejemplo, no es excepción durante sus eliminatorias. Todo equipo que llega a un Mundial es por sus méritos. No obstante, Catar 2022 nos revela que las distancias entre los equipos considerados como "chicos" se han acortado con las grandes potencias mundiales.

Senegal es el actual campeón de África. Siempre será muy difícil enfrentar a una selección con características similares a la nuestra (antes del partido, Alfaro describió a Senegal como verse al espejo). Y así fue.

La frustración es inevitable luego de perder ante Senegal, pero el futuro de esta selección es muy esperanzador, muy alentador.

Más allá del resultado en contra Senegal en que nos superó durante el primer tiempo, esta selección no le debe nada a nadie.

De hecho, la palabra "fracaso" no encaja en esta participación mundialista, pese a la eliminación tricolor en fase de grupos.

Llegar al Mundial ya es un triunfo, uno que Chile y Perú no lograron, pero intentaron boicotear por vía extra futbolística.

Jugar como lo hizo Ecuador en este Mundial es un triunfo. Hoy, más que lamentarnos por errores que cualquier equipo puede tener (incluso, hasta los campeones mundiales), es justo reconocer el trabajo de Senegal.

Pero la lección más grande de todas es la fe que tienen los jugadores. Llena el corazón ver cómo se encomiendan a Dios en cada oración durante las concentraciones. Su fe también es evidente antes, durante y después de los partidos en la misma cancha. Sí, en canchas de un país del Medio Oriente con radicalismo religioso musulmán.

Este grupo de jugadores tiene un excelente presente con un futuro mucho más alentador. El hambre de triunfo que tienen estos jugadores es innegable. El llanto de frustración, sobre todo de los más jóvenes, es un reflejo de eso. Ellos no le deben nadie, más bien muchos hinchas que los cuestionaron en su momento y hasta no creyeron en ellos son quienes les deben una disculpa.

¡Adelante Tri, se vienen más lecciones! ¡Gracias Tri!