Jonas Koreiva: el “pequeño” ecuatoriano que es medallista bolivariano a sus 11 años
Con apenas 11 años y 10 meses, el ecuatoriano se consagró campeón de la prueba optimist masculino, de vela. El segundo fue Stefano Moy Boza, de Perú, y tercero, Tomás de la Vega, de Colombia.
Jonas parece salido de una película o de un comercial. Es rubio, tiene ojos azules y sus pecas adornan un rostro tan blanco como expresivo. Cuando vi su foto frente al optimist con el cual ganó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos Valledupar 2022 pensé en el afiche de una película. Mi primera reacción fue imaginar que Jonas era un niño con la vida resuelta y que practicaba este deporte elitista porque su familia podía costearlo.
Las apariencias engañan... Jonas tiene un padre lituano y una madre ucraniana pero es ecuatoriano nacido en La Libertad, Santa Elena. Todos los días coge el bus desde su casa en Manglaralto para ir al colegio en Salinas, son dos horas, cuatro de ida y vuelta. Además entrena en el Club de Puerto Lucía donde las mejores embarcaciones ya tienen 10 años de vida. Tiene el físico de un actor pero la vida de un deportista sacrificado.
Jonas y su hermano Tadas de 14 años, viven en la playa y son apasionados por el velerismo, Jonas en optimist y su hermano en láser. Si hubieran tenido más presupuesto, los dos hubieran competido en Colombia y no tenga la más mínima duda que regresaban con dos medallas.
Jonas es algo hiperactivo, su hermano más tranquilo. Tienen el mismo entrenador Julio Silva. “Eres un diamante en bruto”, le dijo Julio cuando lo vio maniobrando un optimist por primera vez. Y tiene olfato porque en Colombia el pequeño Jonas arrasó en las ocho regatas que lo llevaron al oro. Era el más pequeño y el más joven, además tenía que navegar en un lago en vez del mar que conoce como navegante desde sus inicios a los seis años.
“Era la primera vez que competía fuera del país y viajé sin mi entrenador pero allá me asignaron a otro y me enseñó a leer las nubes y el viento, a no desesperarme y aprovechar cada segundo como una estrategia para ganar. En mi deporte no existe la suerte, todo se gana con concentración y mucho trabajo”, detalla Jonas, quien salió victorioso ante Perú y Colombia, las naciones latinas líderes en velerismo.
Futuro incierto
Con sus 11 años y sus 44 libras, Jonas quiere ser profesional en velerismo y competir más porque es la clave del éxito. El pequeño es impaciente pero cuando empieza a navegar, se concentra, controla todo y se vuelve invencible. ¿Qué le falta? Recursos.
Su próximo objetivo son los Juegos Sudamericanos en octubre pero entre pasajes, alojamiento, inscripción, alquiler de los barcos y entrenador, la cuenta es de un mínimo de cinco mil dólares. En Colombia ganó con una embarcación alquilada de 2010 cuando sus competidores tenían botes de 2020, de la marca danesa Winner, la mejor del mundo.
Como bien dijo su entrenador, Jonas es un diamante en bruto... ¡Imagínense lo que podría conseguir con más apoyo económico! Mientras tanto el pequeño de Manglaralto sigue entrenando con la sonrisa de los apasionados. El mejor alumno de su colegio se levanta cada día para lograr la excelencia como ser humano y deportista.
Estudia y entrena para tener un cuerpo fuerte y una mente brillante. Es tan solo un niño pero sueña con los Juegos Olímpicos en unos cuantos años más. Es una apuesta al futuro, tiene las ganas, el país lo tiene que hacer posible...
¡Una semana de grandes satisfacciones para el país!🇪🇨
— María Brown Pérez (@mariabrownp) July 8, 2022
A nombre del presidente felicité a Jonas Koreiva por su esfuerzo y dedicación, quien es estudiante de la Unidad Educativa Eugenio Espejo del cantón Salinas. El ganador más joven con medalla de oro en vela, modalidad Optimist. pic.twitter.com/vHwP8dsV0B