¿Quién es Andrés Arauz?
Buscará la Presidencia en el balotaje del 11 de abril. Su faceta académica quedó en suspenso por su candidatura. Hijo de empresarios, tuvo una efímera vida en el sector privado. Aquí la historia del finalista con más alta votación, el presidenciable más joven de este proceso electoral.
Cumplió 36 años un día antes de las elecciones. Andrés Arauz Galarza es la opción millennial tecnócrata que candidatizó la alianza Unión por la Esperanza, UNES. Los resultados del primer domingo de febrero (primer lugar, con el 32,72 por ciento de votos válidos) lo catapultan hacia la segunda vuelta electoral, del próximo 11 de abril.
Su mensaje de campaña se enfoca hacia las mujeres y a jóvenes: apela ese nicho de electores. No en vano es el más joven de los 16 presidenciables. Fue la carta sorpresa que sacó de la baraja el correísmo, en respuesta a la posible postulación de Otto Sonnenholzner, quien amenazaba con poner en jaque el tablero electoral. Hecho que no se concretó.
Sin embargo, Arauz se mantuvo en escena por su fidelidad al proyecto de la Revolución Ciudadana. Se involucró desde la Constituyente de Montecristi, porque sintonizaba con su ideario de cambio social, según explica un video oficial de su campaña.
Su padre, Luis Arauz, recuerda en ese documental que cuando debió escoger una carrera se inclinaba por las Matemáticas y la sociedad: “Eso es economía, es lo que tienes que estudiar”.
Su aptitud hacia los números hizo que aprobara la carrera en tres años. En mayo de 2005 (con 20 años recién cumplidos), obtuvo su título en Economía y Matemáticas, el equivalente a licenciatura en Ciencias, en la Universidad de Michigan.
En 2006, bajo la presidencia de Alfredo Palacio, ya estaba de vuelta en el país. Postuló a una vacante en el Banco Central del Ecuador: los requisitos eran ser economista y dominar el inglés. Su ascenso fue meteórico. A los 24 años era director general bancario. No descuidó su perfil académico. En 2010, obtuvo la maestría en Desarrollo Económico, por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso.
Accedió desde temprano a una educación de élite, lo cual atribuye al esfuerzo de sus padres. Su madre Dolores Galarza era secretaria de gerencia en la petrolera estatal (CEPE), y trabajaba en jornada completa, de lunes a viernes. Su padre, un técnico en petróleos. Su abuela se hizo cargo de su crianza, para evitar que lo enviaran a un centro de cuidado infantil. De su madre, él resalta que representa a la generación que abrió la ruta de oportunida- des laborales para otras mujeres.
Arauz está empadronado en México, no alcanzó a cambiar su domicilio e inscribirse en Quito. Pero acompañó a su abuelita materna, Flor Celina Galarza, a sufragar.
Vientos de cambio
Su familia vivió un cambio en 1992. Como su padre había estudiado una ingeniería en Rusia, y dominaba el idioma, aceptó una oportunidad de empleo en ese país. Toda la familia se trasladó, abuela incluida.
Él tenía unos siete años, y esa temprana edad vivió la transformación que había empezado con la disolución de la república soviética, en 1991. Fue testigo precoz de la era Yeltsin, la crisis constitucional rusa que terminó en la disolución del Parlamento (Octubre Negro de 1993). Esos hechos marcaron su vida. Con certeza, su vena musical (toca piano y acordeón) se desarrolló en esa época. Tiene dos hermanos.
A su esposa Mariana Véliz la enamoró con su visión de igualdad de género y su sentido de familia. La manabita es hija del rector de la Universidad Técnica de Manabí, Vicente Véliz Briones. Fue el primer embajador ecuatoriano en Irán, gobernador de Manabí, director del Servicio de Rentas Internas (SRI), y delegado del Ejecutivo al Comité de Reconstrucción y Reactivación de Manabí (posterremoto).
En 2017 se radicó con su esposa e hijo en México. Su cónyuge recibió una oportunidad laboral y él gestionó una beca para cursar el doctorado en Economía Financiera en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta etapa académica, que debe concluir en 2021, fue interrumpida por el llamado de su mentor, Rafael Correa. En junio de 2020, Arauz volvió al Ecuador a preparar su candidatura. Por eso no alcanzó a cumplir con el requisito del cambio de domicilio en el padrón electoral, cuyo plazo venció el 14 de junio.
HOGAREÑO. Su esposa, Mariana Véliz, recalca que es un hombre de familia; cuando vivieron en México él se encargó de su hijo pequeño. La familia se trasladó allá en 2017; volvió en 2020.
La carta joven
El presidenciable no pudo ejercer su derecho al voto, al no estar empadronado. El día de las elecciones acompañó a su abuela materna, Flor Celina Galarza, de 106 años, para sufragar en el centro de Quito. Su binomio presidencial Carlos Rabascall, en tanto, votaba en la Academia Cotopaxi, el plantel de élite donde Andrés Arauz estudió.
Para agosto de 2020, cuando se oficializó su postulación, las credenciales públicas de Andrés Arauz eran tan poco notorias, que él mismo ironizó sobre el tema en redes sociales.
“Les saluda el ‘perfecto desconocido’ que conoce y ama al Ecuador y que hoy se compromete a sacar de la crisis sanitaria y económica a nuestro pueblo. ¡Juntos venceremos!”. Así trinó el 18 de agosto de 2020 el debutante candidato.
No es un generador de empleo. En su hoja de vida, su única relación con el sector privado se limita a 10 meses entre octubre de 2005 y julio de 2006, cuando fue asistente de investigación en la Casa de Valores Stanford Group.
CAMPAÑA: Es el más joven de los candidatos, cumplió 36 años el 6 de febrero.
Sus cercanos colaboradores aseguran que tiene dos virtudes: su obstinación y su sentido de disciplina.
Su paso más controversial por el laberinto tecnocrático durante la Revolución Ciudadana estuvo en la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades). Desde este cargo, muchas de las operaciones de deuda externa fueron de su conocimiento, según advierten sus detractores.
En los dos últimos años de esa gestión fue ministro coordinador del Conocimiento. Paralelamente ocupó en forma transitoria el Ministerio de Cultura, en reemplazo de Raúl Vallejo. Una de sus metas fue impulsar la inclusión de programación de computadoras en la malla curricular de la educación pública. En su círculo cercano aseguran que uno de sus logros fue enseñar principios de programación a su hijo, de cinco años. Su esposa, en el video promocional de campaña, afirma que cuando vivían en México él se encargaba del desayuno y de llevar al niño a la escuela.
EN ARGENTINA: El candidato Arauz mencionó que el mandatario argentino, Alberto Fernández, le ofreció una dotación de vacunas COVID-19. En una carta, Fernández aclaró que puede ayudarle a gestionar las dosis.
EN BOLIVIA: Andrés Arauz fue invitado de honor a la ceremonia por el regreso de Evo Morales a ese país. Ocurrió en noviembre de 2020.
Arauz fundó con otros economistas ortodoxos el Observatorio de la Dolarización, un tanque de pensamiento desde el cual fustigó decisiones económicas adoptadas por Moreno. Especialmente, las relacionadas con el acuerdo con el FMI.
Sus relaciones familiares denotan un gen empresarial. Su padre fue funcionario de Petroproducción; apostó por una empresa privada (Universal Petroleum Services, Unipetsa), una corporación independiente, constituida en Quito a fines de 1999, para prestar servicios en áreas petrolera y minera. En los registros de la Superintendencia de Compañías aparece como contratista del Estado. El presidente de Unipetsa es un ciudadano de nacionalidad rusa.
Su madre, en cambio, se abrió camino en el mundo turístico. La agencia de viajes Yurquito fue constituida en 2004, pero en la pandemia contrajo su actividad.
Un puntal de su campaña es la oferta de mil dólares para un millón de personas. De cara a la segunda vuelta, busca desmarcarse de la línea confrontadora de su mentor, Rafael Correa.