Un libro para recordar que invisibilizar a las mujeres en la historia es "violencia simbólica"
Miles de páginas sobre la historia de Ecuador se pudieron haber escrito con rostros de mujeres, pero no ha sido así.
No por falta de exponentes, sino porque muchas de ellas han sido invisibilizadas, explica Tsunki Escandón, codirectora e ilustradora del libro 100 mujeres de nuestra historia, Ecuador, obra que busca dar un giro a esa realidad, y develar el esfuerzo y la lucha de las mujeres a lo largo de la historia.
"El hecho de que la historia de las mujeres no esté presente en la historia oficial es también una violencia simbólica hacia las mujeres, hacia nuestra identidad y hacia nuestra memoria", sostiene Escandón.
Incluso, dentro del sistema educativo e imaginario, existe una carencia de presenciar y valorizar a las figuras femeninas, lamenta Tsunki. "No se cuenta, por ejemplo, dentro de la lucha de la independencia quiénes eran estas mujeres próceres, cuáles eran las pioneras artistas del arte contemporáneo...", asegura.
Precisamente esta falta de rostros de mujeres en la historia hizo que Tsunki, junto a Katherine Barros y Gladys Dután iniciaran una investigación sobre 100 mujeres pioneras, protagonistas y líderes de diferentes ámbitos y contextos.
En el proceso de investigación no fue fácil por la "falta de fuentes". Tuvieron que localizar a algunos familiares, buscar libros, entrevistar a escritoras y gente dentro de los colectivos que les ayudara a conseguir los perfiles que buscaban.
"Lo que queríamos destacar es que las mujeres han estado presentes como piezas clave en cada uno de los acontecimientos que construyeron nuestra sociedad", explica Tsunki.
ALGUNOS DE LOS PERFILES DE MUJERES PIONERAS
En la obra se recogen historias como la de Hermelinda Urvina, primera mujer ecuatoriana y sudamericana en obtener una licencia de piloto de aviación. Inclusive fundó una organización de mujeres pilotos en Estados Unidos.
También se destaca la historia de Electra Ballén Ayala, pionera en natación en aguas abiertas entre Durán y Guayaquil, alrededor de 8 kilómetros.
En el libro también sobresale el perfil de Manuela León, una mujer precursora de los derechos de las comunidades indígenas, quien participó como líder en la sublevación del pueblo indígena.