Restos de la maestra Natalia Subía fueron entregados a la familia tres años después de su desaparición
El cadáver de la maestra Natalia Subía, desaparecida en septiembre del 2018 en Quito, fue recogido como si se tratara de un rompecabezas, es decir por partes, y luego de tres años de búsqueda.
La Fiscalía del Ecuador informó finalmente este miércoles 23 de marzo de 2022 la entrega de los restos de Natalia a sus familiares, quienes vivieron un calvario desde su desaparición.
"Las pericias practicadas por Fiscalía determinaron que son compatibles con el ADN de la víctima", indicó la entidad a través de su cuenta oficial de Twitter.
Natalia, de 33 años, salió de su casa para comprar medicamentos la mañana del 15 de septiembre de 2018 y nunca más volvió. Antes de irse, tomó dinero y las llaves de la casa, pero no llevó su teléfono celular.
Familiares de la profesora colocaron la denuncia de su desaparición e inició la búsqueda. En marzo de 2019, siete meses después, se enteraron de su trágico final: una parte de las osamentas del cráneo de Natalia fue encontrada en las rejas de una alcantarilla ubicada en una quebrada del barrio Armero, noroccidente de Quito.
Pasaron otros ocho meses para que se confirme que dichas osamentas pertenecían a Natalia, luego de los análisis forenses y pruebas de ADN.
El 11 de julio de 2021, un año después, la familia volvió a tener una nueva escalofriante noticia: los huesos de una pierna y el fémur de otra fueron hallados en la misma quebrada donde estaba parte de su cráneo.
Ese hallazgo no habría sido producto de la búsqueda de la víctima, sino dentro de una limpieza rutinaria que el Municipio hizo en la quebrada, aseguró Isis, hermana de Natalia.
Después de esto, Isis exigió a la Fiscalía que se ponga mayor empeño en la búsqueda de los restos de su hermana a lo largo de la quebrada para darle una sepultura con dignidad. Además, criticó que, en tres años desde la desaparición, le hayan cambiado cinco veces de fiscal, así como de investigadores de la Dinased.
La muerte de Natalia sigue impune. Hasta la fecha no se ha dado a conocer si ya existe un posible responsable en este caso. Natalia daba clases en un centro educativo de la capital y dejó huérfana a una adolescente.