Quito se adapta a la bioseguridad para reactivar el turismo

Gabriela Pinasco
Foto: EFE.

En medio de tímidos pasos para la reactivación económica nacional y de medidas de seguridad para evitar mayores contagios, cientos de emprendedores en Quito tratan de adaptarse a una nueva forma de hacer turismo de cara a la reanudación de sus operaciones.
 
Tanto en el casco histórico, uno de los atractivos más importantes de la capital ecuatoriana por su valor patrimonial, como en la parte nueva, el proceso de concienciación ha comenzado mediante la introducción de medidas de higiene, pero sobre todo, con la adopción de protocolos para garantizar una disciplinada sensación de seguridad sanitaria.
 
"Lo más difícil de entender es que es una nueva realidad, que hemos cambiado", dijo a Efe Juan Fernando Rueda, al destacar la importancia de trabajar, ahora más que nunca, en unidad y "con disciplina".
 
Gerente administrativo de un hotel situado cerca de la popular Plaza Foch, Rueda explicó que su establecimiento ya cuenta con los nuevos procedimientos para preservar el distanciamiento, la desinfección de espacios públicos y de habitaciones, y tratar de ofrecer unos servicios acordes al número de turistas.
 
UNO DE LOS SECTORES MAS CASTIGADOS
Como en otros países, el turismo ha sido uno de los sectores más afectados en Ecuador por la pandemia del coronavirus, pero el Gobierno nacional se ha propuesto impulsar este motor de desarrollo lanzando, hace diez días, una campaña para impulsar las visitas nacionales.
 
Para ello, el presidente Lenín Moreno aseguró que el gasto de turismo interno "será deducible del impuesto a la renta" que deben pagar los ecuatorianos, lo que ha despertado expectativas en el sector.
 
"Lo importante es podernos cuidar" y "poco a poco se podrá recuperar el negocio", consideró David Blanco, propietario de un restaurante en la capital, quien ya ha aplicado en su establecimiento los protocolos establecidos por el Comité nacional de Operaciones de Emergencia.
 
Protocolos que incluyen medidas de bioseguridad para clientes, personal y proveedores, y con las que Blanco espera recuperar un negocio que antes de marzo tenía unos 250 clientes diarios, pero que ahora no llega ni al 30 % del aforo permitido.
 
Incluyen asimismo medidas de sanitización generales para calzado, medición de la temperatura, lavado de manos, una rigurosa limpieza cada vez que un cliente abandona el lugar y, sobre todo, distanciamiento con señalización de qué mesas pueden ocupar.
 
A Quito llegaron el año pasado casi 685.000 turistas extranjeros, a los que se sumaron miles de visitantes ecuatorianos que recorrieron espacios tan exclusivo como el casco colonial, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 1978, por la Unesco.
 
Ahora, después de tres meses de paralización y un índice de contagios de más de 8.000 personas, de un total de tres millones de habitantes, la ciudad trata de retornar a la normalidad con la mirada puesta en la bioseguridad, y la intención de trasladar una sensación de ciudad "segura, confiable y preparada".
 
El turismo en Quito da empleo directo a unas 43.000 personas e indirecto a otras 200.000, por lo que su reactivación es uno de los objetivos primarios del Municipio, que ha venido desarrollando foros virtuales y presenciales de capacitación para los emprendedores.
 
APRENDER UNA NUEVA RUTINA
Hasta el momento se han capacitado por la vía virtual más de un millar de personas de establecimientos turísticos y de mercados de alimentos, al ser estos últimos sitios, también un atractivo para los visitantes, señaló Mónica del Valle, directora de Calidad de la empresa municipal Quito Turismo.
 
Pero también se han realizado visitas in situ para inculcar nuevos patrones de bioseguridad en alojamientos urbanos y rurales, en manejo de alimentos y bebidas, operación y transporte turístico, entre otros ejes de los cursos con los que el Municipio quiere inculcar una nueva seguridad integral.
 
"La mayor preocupación de los establecimientos es el tema económico y el miedo al virus", aseveró la funcionaria.
 
Hasta ahora, la campaña ha cubierto unos 850 establecimientos, lo que representa alrededor del 20 % del catastro turístico de la capital, que en 2019 tuvo ingresos por 520 millones de dólares.
 
Fuentes del Municipio dijeron que hoteles, restaurantes, hostales, cafeterías y otros establecimientos deberán aplicar los protocolos del COE nacional, que incluyen hasta la recomendación de dotar a los trabajadores de un transporte privado en el que eviten el contacto con terceros.
 
Medidas todas ellas destinadas a devolver al turista, primero al local y después al extranjero, a las calles de una capital llena de historia, cultura, gastronomía y biodiversidad.