Ola de violencia en Guayaquil: al menos tres fallecidos y tres heridos en un nuevo ataque en el Fortín
La noche del domingo, 31 de marzo, Guayaquil fue nuevamente escenario de violencia, con un nuevo ataque armado que dejó al menos tres personas muertas y otras tres heridas. Este suceso ocurrió apenas un día después de que ocho personas perdieran la vida y diez resultaran heridas en otro ataque perpetrado en El Guasmo.
Según informes del Ministerio del Interior, alrededor de las 20:00 horas, en el sector del Fortín, "varios sujetos a bordo de motocicletas habrían realizado disparos con armas de fuego a un grupo de ciudadanos que se encontraban reunidos en la vía pública".
Testigos relatan que los agresores llegaron al lugar y abrieron fuego contra las víctimas que participaban en una fiesta en el área.
Las autoridades policiales, tanto del subsistema investigativo como de inteligencia, han desplegado operativos en varios sectores para recabar indicios y dar con los responsables del ataque.
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Estrategia de grupos criminales
Este nuevo episodio de violencia se produce en un contexto de alerta por parte de la Fiscalía sobre presuntos intentos de grupos criminales para desestabilizar el país y obstaculizar las investigaciones en curso, como el caso 'Metástasis', que investiga una trama de corrupción judicial, policial y carcelaria.
Asimismo, informó que continúa trabajando tras haber recibido el pasado jueves los testimonios anticipados en el marco de la instrucción fiscal del caso, en el que 52 personas son procesadas por presunta delincuencia organizada.
Según la institución, la estrategia de las organizaciones criminales es buscar impunidad y desviar la atención de los procesos contra la corrupción y el narcotráfico.
"Los casos destapados a través de las investigaciones son apenas un paso dentro de todo el camino que queda por recorrer en pro de mejores días para el Ecuador", apuntó en el comunicado.
Ecuador se encuentra actualmente en estado de excepción y en un conflicto armado interno contra las bandas criminales, una medida decretada en enero pasado por el presidente Daniel Noboa ante el aumento de la violencia en el país.