Nathaly Toledo habla de la cicatriz que lleva en su rostro para generar consciencia sobre bienestar animal
Con el objetivo de concientizar sobre la importancia del bienestar animal y la salud mental, la periodista Nathaly Toledo contó la historia detrás de la cicatriz que tiene en una de sus mejillas.
En una serie de videos publicados este martes en su cuenta de Instagram, la comunicadora reveló que el accidente que le dejó una marca en su piel, ahora apenas perceptible, ocurrió en su casa durante una víspera de Navidad e involucró a su mascota.
"Mi perrito Durango, que muchos de ustedes conocen como Piratita, porque le falta un ojito, estaba a mis pies. Yo le di un pedacito de pan y no lo cogió. Me pareció raro, un poco triste y un poquito molesto (...) Ya empezaba a sonar la pirotecnia típica de las festividades", relató la fundadora de la residencia de perros y gatos rescatados llamada Distrito Animal.
Ante ello, Nathaly se agachó para reconfortar al perro y lo abrazó. "Puse mi cara junto a la suya, y justo en ese momento sonó otra pirotecnia", narró la periodista, destacando con sus manos el aparatoso sonido que causó el último fuego artificial.
Tocando su cicatriz, Nathaly confesó que la reacción de Durango fue morder su mejilla, acotando que la acción se debió a un "susto" y que la dentellada le desgarró una parte de músculo y piel, que actualmente le faltan.
Tras acudir de inmediato a un hospital, galenos le dijeron que en el futuro podía desarrollar problemas de salud como salivación, tics nervioso o dificultades al momento de gesticular. "Tuve suerte", aseguró, ya que la cicatriz fue lo único que le dejó la mordida.
No obstante, después de la cirugía reconstructiva, lidió con trabas en su salud mental. En los meses siguieron tras el evento, que describió como una experiencia traumática, aseguró sentir un vacío en el pecho. "(Lo) intentaba llenar al respirar profundo (...) Sentía también que algo siempre me molestaba la garganta. Me puse muy flaca, comía muy poco porque me daba miedo atorarme", confesó.
"Todos miedos que hoy suenan irracionales, pero para quienes los sentimos, son reales. Yo no sabía que eran los síntomas clásicos de un cuadro de ansiedad", reveló Nathaly, quien logró superar dichos problemas tras llegar a un consenso consigo misma de seguir adelante y recibir ayuda de un psicólogo.
"Muchas personas nos decían que debíamos dormir a Durango porque había atacado, pero no era su culpa. Él es un perrito rescatado, cuyos antecedentes de violencia y maltrato le generan traumas que se pueden activar de maneras que yo desconocía. Él es solo una víctima, por eso, aunque le tenía un poco de miedo, nunca he dejado de quererlo o atenderlo. Él vive conmigo, con nosotros, y es muy feliz", sentenció.
La organización Ética Animal destaca que los ruidos causados por la pirotecnia pueden ocasionar fobias a animales, que sientan las bases para que, al escuchar este tipo de estruendos, reaccionen de manera desproporcionada e impredecible.
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Según la fuente referida, los daños también podrían extenderse al plano físico, dado que el oído de los perros, mucho más sensible que el de los humanos, es vulnerable al ruido de los fuegos artificiales, capaz de alcanzar la marca de hasta 190 decibelios, lo cual puede ocasionarles pérdida de audición, entre más complicaciones.