Movimiento animalista responsabiliza a la adminsitración del refugio por el desalojo de los perros en Quito

Redacción Vistazo
Según el movimiento animalista, el refugio no contaba con la capacidad técnica, administrativa ni financiera para encargarse de 270 perros.

La noticia del desalojo de 270 perros en un refugio en el sector de Calderón, al norte de Quito, generó el rechazo de los ciudadanos. En principio se pretendió responsabilizar al Municipio de Quito por no haber cumplido con el ofrecimiento de entregar un terreno para que se instale el albergue. Sin embargo, el Movimiento Animalista Nacional del Ecuador (Manimalistas) señaló directamente al Refugio Amigos de Isabella por una mala gestión.

A través de un comunicado, Manimalistas indicó que el refugio no contaba con la capacidad técnica, administrativa ni financiera para encargarse de 270 perros. “Existen informes de años anteriores generados por la Unidad de Bienestar Animal del DMQ, en donde se realizaron evaluaciones a los perros del albergue y se encontraron animales en malas condiciones físicas y enfermedades virales”, precisan.

Asimismo, indicaron que el Refugio Amigos de Isabella no cumplió con los requisitos solicitados para que el Municipio de Quito cumpla con la entrega del terreno. Entre esos requisitos están la personería jurídica de la organización y un proyecto con financiamiento que respalde la entrega del espacio. “¿De qué sirve un terreno para albergar cientos de animales si no existe financiamiento suficiente y permanente para cuidar de esas vidas?”, se cuestiona Manimalistas.

Por otra parte, rechazó la manera en la que la Policía Nacional desalojó a los perros. “El desalojo ocurrió de manera violenta, sin ningún protocolo técnico y sin considerar que los animales son seres sintientes y Sujetos de Derechos. Los animales no son cosas ni muebles viejos, son seres con capacidad de sentir y merecen dignidad y respeto”. El organismo pidió a las autoridades que se creen protocolos para el traslado de animales.

Manimalistas recordó que los objetivos mínimos para una correcta gestión de un albergue deben ser velar por el bienestar de perros y gatos, a medida que se beneficie la salud pública y mental; así como realizarlo de manera humanitaria. “Creemos que entregar un terreno municipal no es la solución si no están dadas las otras condiciones necesarias para una gestión eficiente que garantice el Bienestar Animal de los seres sintientes”, agregan.