Miles de indígenas entran a Quito: se registraron enfrentamientos entre manifestantes y policías
Miles de indígenas llegaron el lunes a Quito en el octavo día de protestas, en el marco del paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) contra la gestión económica del presidente Guillermo Lasso, quien se ha refugiado en el llamado al diálogo y en la aplicación de un estado de excepción.
Durante la noche hubo varios enfrentamientos entre manifestantes en diferentes puntos de la capital. Uno de los más conflictivos fue en el centro, en El Trébol, donde hubo bombas y manifestantes intentando ingresar al centro norte de la ciudad.
Además, momentos de terror vivieron habitantes de Tumbaco, la noche del lunes, cuando se desató una supuesta balacera e intento de atropello en el kilómetro 8 de la Ruta Viva, en Quito. Supuestamente, habría sido un enfrentamiento entre manifestantes y moradores del sector.
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En una semana, las manifestaciones han dejado 63 agentes heridos y otros 21 retenidos y liberados, según la Policía.
La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos reportó a su vez 79 detenidos, 55 civiles heridos.
Además, la policía informó que tres personas cayeron a una quebrada en Quito y una de ellas, un joven de 22 años, falleció. No obstante, destacó que estos casos "no tienen nada que ver con las actividades de mantenimiento del orden" y que son "accidentales".
Ayer, con 81 de los 137 votos, el Legislativo -en el que el partido indígena Pachakutik es la segunda fuerza- aprobó una resolución en la que exige al gobierno una propuesta "seria, clara y honesta" de diálogo. Además, llamó a una mesa de trabajo a organismos como la ONU, la Cruz Roja, universidades y la Iglesia católica para proponer mecanismos de solución.
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Tras la llegada de la marcha a la capital, Lasso amplió el estado de excepción que desde el sábado estaba vigente en las provincias de Pichincha, Cotopaxi e Imbabura, a las andinas Chimborazo y Tungurahua, y la amazónica Pastaza.
"Con esta decisión se precautela el bienestar de la ciudadanía frente a la violencia. A la vez se tutelan los derechos de quienes se manifiesten pacíficamente", señaló la casa de gobierno a través de su secretaría de Comunicación.
Pese a que en la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, está sometida a esa medida excepcional, los indígenas lograron burlar el impresionante despliegue de militares y policías ocurrido en los tres últimos días.
A pie, en motocicletas y en abarrotados camiones, los aborígenes iniciaron una marcha desde el sector de Cutuglagua, en la entrada sur de la capital. Al final se concentraron en universidades que sirven de albergue en el norte de la ciudad.
Algunos cientos de indígenas también entraron por el norte. En Guayaquil se registraron dos marchas multitudinarias: una por la paz y otra en contra el gobierno.
La Conaie impulsa desde hace una semana marchas en Quito y otras ciudades, y bloqueos de rutas para reclamar al Ejecutivo una rebaja de precios de combustibles.
El galón de diésel subió un 90% (a 1,90 dólares) y el de gasolina corriente en 46% (a 2,55) en casi un año. Desde octubre pasado los precios están congelados por la presión social.
La Conaie, liderada por Leonidas Iza desde 2021, reclama rebajarlos a 1,50 y 2,10 dólares, respectivamente.
- "Buscan el caos" -
Lasso acusó este lunes al movimiento indígena de tener la intención de poner fin a su gobierno, que inició en mayo de 2021.
"Hemos tendido la mano, hemos llamado al diálogo, pero ellos no quieren la paz, ellos buscan el caos, quieren botar al presidente", declaró el gobernante en un video divulgado en su cuenta en Twitter.
Para aceptar conversar, los indígenas, que representan más de un millón de los 17,7 millones de ecuatorianos, piden que el gobernante atienda un pliego de 10 demandas.
La lista incluye también una moratoria para el pago de deudas de campesinos con la banca, el control de precios agrícolas, más empleo, la suspensión de concesiones mineras en territorios indígenas y más presupuesto para salud, educación y seguridad.
Pero Lasso ha enfatizado que la rebaja de los combustibles no es negociable.