La pandemia aún no termina: Ecuador negocia tres millones de dosis de vacunas bivalentes
Al menos 20 millones de dólares están reservados para la adquisición de nuevas vacunas bivalentes, que el Ministerio de Salud está negociando con las multinacionales Pfizer y Moderna. Serían alrededor de tres millones de dosis que llegarán al país dentro del primer trimestre de este año, y se aplicarían a los grupos prioritarios.
Mientras que para el resto de la población se continuaría con las vacunas monovalentes de Sinovac, de las cuales todavía hay alrededor de dos millones de dosis. ¿Por qué es importante la vacunación?
El mundo se enfrenta al temor por una posible nueva ola de COVID-19, que se estaría incubando en China. Y Ecuador tendrá que estar preparado. De hecho, varios países están imponiendo medidas para los viajeros chinos, como la realización de pruebas. La expansión del virus se debe a que el país asiático mantenía una política sumamente restrictiva de “cero covid” y liberalizó las medidas.
La política cero covid hizo que gran parte de la población no se contagiara con el virus de forma gradual y la población obtuviera cierto tipo de inmunidad, como sucedió en el resto del mundo. Además de que la inmunización no ha logrado cubrir gran parte de su población y sus vacunas tienen menor efectividad.
Al dar un giro de 180 grados en las restricciones a inicios de diciembre, la población china quedó vulnerable contra el virus y se estima que a diario se contagian más de 35 millones de personas, según explica el virólogo Luis Enjuanes a diario El País.
Estimaciones internacionales dicen que, para abril, China podría enfrentarse a más de un millón de muertes y alcanzar entre 600 y 900 mil millones de contagios. Esa ola llegaría a otros países y podrían surgir nuevas variantes. De momento, varios países del mundo ya han empezado a administrar las vacunas bivalentes.
Vacunación ralentizada
En sus mejores etapas de vacunación, Ecuador logró aplicar hasta 400 mil dosis diarias. Así se logró inmunizar a al menos un 85 por ciento de la población con las dos primeras dosis o lo que se ha denominado el esquema primario. Pero durante el año anterior esas cifras disminuyeron drásticamente. En diciembre, apenas se aplicaron unas 10 mil dosis diarias.
Apenas un 50 por ciento de la población tiene el primer refuerzo y, menos de 20 por ciento, el segundo refuerzo. Es decir, poco más de 2,7 millones de ecuatorianos. Pero, según lo tenía previsto la autoridad sanitaria, ya debía cubrir más del 70 por ciento del país.
“Seguimos con la vacunación, no hemos parado. Las vacunas están disponibles”, dice Francisco Pérez, subsecretario de Vigilancia de la Salud Pública. Esperan alcanzar la meta en el primer trimestre de este año.
Para esto, la estrategia es traer las nuevas vacunas bivalentes, que están diseñadas para combatir la cepa original, denomina, Wuhan, por ser el sitio donde apareció el virus por primera vez hace ya más de tres años, y la cepa de Ómicron, que es la más extendida por el mundo.
Hasta ahora, en Ecuador se ha aplicado cerca de 40 millones de vacunas monovalentes: 19 millones de Sinovac, 11 millones de Pfizer, 8 millones de AstraZeneca, y casi un millón de Cansino. Todavía queda un stock de alrededor de 2 millones de Sinovac, que caducan en diciembre de 2023 y se están aplicando, asegura Pérez. Pero recalca que de ninguna manera significa que las monovalentes han dejado de funcionar, pues su eficiencia está demostrada.
Solo Pfizer y Moderna han logrado desarrollar las vacunas bivalentes y el MSP ya está en conversaciones con las dos farmacéuticas. El objetivo es traer alrededor de 3 millones de dosis durante el primer trimestre de 2023, que sería la primera fase. De momento, habría al menos 20 millones de dólares para hacer la primera compra. Todo dependerá del valor de mercado de las vacunas, pues varios países la están requiriendo.
Vacunas bivalentes y nuevas variantes
Con estas vacunas la población estaría mejor protegida. Desde el inicio de la pandemia y, con el aparecimiento de nuevas cepas y variantes, las farmacéuticas empezaron a desarrollar otras vacunas para las cepas Delta o Beta, por ejemplo, explica el médico e investigador Daniel Hinostroza, quien también es gerente médico de vacunas de Medicamenta.
En el caso de Moderna, dice Hinostroza, a pesar de que la multinacional hizo al menos diez vacunas para distintas cepas, ninguna salió al mercado porque duraron muy poco. Hasta que apareció Ómicron y la farmacéutica se decidió lanzar al mercado su vacuna bivalente.
Eso se ha hecho en un tiempo relativamente corto, pues con la emergencia sanitaria, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha dado las autorizaciones de emergencia en menor tiempo de lo normalmente establecido.
Tanto las vacunas bivalentes de Moderna como de Pfizer combaten la cepa original y las variantes de Ómicron BA.4 y BA.5. Esas fueron las cepas y variantes para las que se probó estas vacunas en los estudios clínicos, pero últimamente han aparecido las variantes BQ.1 y BQ.1.1. La buena noticia es que según han avanzado los estudios las bivalentes también responden a estas nuevas variantes.
El MSP todavía analiza a qué grupos poblacionales se aplicarán las primeras dosis de las vacunas bivalentes que lleguen al país. El subsecretario Francisco Pérez, adelanta que lo más seguro es que se destinen para los grupos prioritarios (adultos mayores, personas con enfermedades catastróficas, etc.). También se analiza si estas servirían como dosis anual, tal como lo hizo Chile, que empezó a administrar el mes pasado estas vacunas.
Hinostroza dice que pueden ser destinadas a los niños, ya que es el segmento poblacional con menos cobertura de inmunización. De momento, en el caso de Moderna, la FDA ya autorizó su uso en niños desde los seis meses de edad en Estados Unidos, pero en Europa solo está aprobada para mayores de seis años. De todos modos, en cada actualización de aprobación se amplía el rango de edades.
Así también, las vacunas bivalentes están autorizadas solo como dosis de refuerzo, pero las farmacéuticas ya han solicitado la autorización para que se puedan usar como dosis de esquema primario, es decir, para personas que no ha recibido ninguna vacuna. Todas esas consideraciones dependen de la autoridad sanitaria de cada país.