La inspiradora historia de Johana Suárez: la mejor maestra ecuatoriana

Johana Suárez de Riobamba es la ganadora del XIV Concurso Nacional y IX Iberoamericano de Excelencia Educativa con su proyecto 'Educando desde los ojos del alma'.
Kevin Hidalgo
Johana Suárez de Riobamba es la ganadora del XIV Concurso Nacional y IX Iberoamericano de Excelencia Educativa con su proyecto 'Educando desde los ojos del alma'.

‘Educando desde los ojos del alma’ es el proyecto que convirtió a Johana Suárez como la mejor maestra ecuatoriana, según el XIV Concurso Nacional y IX Iberoamericano de Excelencia Educativa, organizado por la Fundación Fidal. La joven transmitió un mensaje claro a la sociedad: hay que vivir la discapacidad sin temores.

Johana nació en Riobamba, provincia de Chimborazo. Su madre, profesora por más de 17 años, fue quien le inculcó la vocación de servir a través de la docencia. Desde pequeña, le gustaba cuidar niños. A los 12 años, conoció a un menor con parálisis cerebral. Fue en ese momento cuando nació su deseo por ayudar y entender a esa población.

Quiso ser doctora, pero su familia no tenía los recursos suficientes para pagarle la carrera, así que estudió terapia física y deportiva. En el 2014, ingresó a la Unidad Educativa Especializada Doctor Luis Benavides Benavides, dirigida para niños con discapacidad visual e intelectual. Al inicio era parte del equipo multidisciplinario, pero terminó enamorándose de la docencia.

“Me di cuenta que los estudiantes ingresaban al primero de básica y culminaban el séptimo año, no había colegio. Entonces, investigué qué pasaba con los adolescentes una vez que salían de la educación básica”, relata Johana en entrevista con Vistazo.

Como resultado, obtuvo que, del 100 por ciento de adolescentes graduados de la escuela, el 30 por cierto pasaba al colegio y de esos solo el 10 por cierto accedía a la universidad. Es decir, que el 90 por cierto no lograban profesionalizarse. Esto ocurría porque los chicos no tenían las herramientas necesarias o no había inclusión en las instituciones a las que migraban.

Entonces Johana propuso crear un bachillerato técnico con enfoque en comercialización y ventas. Al inicio, comenta que fue un gran reto empoderar a las autoridades del plantel porque, al ser la profesora más joven, no creían que podría conseguirlo.

Una vez que tuvo la apertura, nadie la pudo parar. “Hubo muchas puertas que se cerraron en la cara, pero hubo otras que se abrieron. La cuestión es que no dejé de luchar y gestionar un día”, dice la maestra de 31 años.

La Unidad Educativa Especializada Doctor Luis Benavides Benavides está dirigida para niños y adolescentes con discapacidad visual e intelectual.

VERDADERA INCLUSIÓN

Los profesores adaptaron el currículum de las instituciones educativas regulares a las necesidades específicas del alumnado con discapacidad. Es así que se utilizó el braille para la escritura, el ábaco para las matemáticas y lectores de pantalla para que puedan utilizar las computadoras.

También se crearon áreas especiales como terapia física, ocupacional y musicoterapia con el respaldo de entidades públicas y privadas.

La idea es que, al salir del colegio, los jóvenes puedan acceder a una institución superior o tener un emprendimiento. Pero más allá de eso, demostrar que las personas con discapacidad pueden aportar a la sociedad y ser incluidos cuando tienen las herramientas necesarias.

Para el período lectivo 2021-2022, el proyecto obtuvo su primera generación de graduados. Son cuatro jóvenes, que rindieron el examen Transformar para ingresar a la universidad. Uno de ellos, logró una de las mejores notas, le dieron una beca y ahora está por iniciar la carrera de Derecho.

“Muchas veces creen que la educación especial no es buena, pero vemos que sí se puede lograr una verdadera inclusión”, menciona Johana, quien actualmente es la directora de la unidad educativa.

Cuatro estudiantes culminaron sus estudios se secundaria y ahora ingresarán a la universidad.

MEJOR MAESTRA ECUATORIANA

La maestra recuerda que una madrugada no tenía sueño y empezó a revisar redes sociales, entonces se encontró con el concurso de excelencia educativa. Ese día amaneció leyendo todos los requisitos y en los 12 días posteriores logró reunirlos y postular.

El jurado evaluó 152 proyectos nacionales e internacionales. Johana señala que desde que le dijeron que pasaba a la siguiente fase, tenía la convicción de que podían triunfar. Incluso guardó el documento en su computadora como: Proyecto Ganador: ‘Educando desde los ojos del alma’.

En la ceremonia de premiación, realizada el pasado septiembre, la joven no pudo contener las lágrimas al ser designada como la mejor maestra ecuatoriana. Su vocación, aprendizaje, amor por sus niños, niñas y adolescentes con discapacidad fueron el reflejo de una verdadera labor docente.

“Cuando yo ingresé a la unidad educativa, supe que Dios me puso ahí para hacer un cambio por la institución. Todo empezó como un sueño, luego se convirtió en una meta de vida”, destacó Johana.

El proyecto de Johana ganó entre los 105 postulantes nacionales (de 18 provincias) y 47 internacionales.

PROYECTO CON ALCANCE NACIONAL

Ahora el sueño de Johana es que su proyecto pueda replicarse en instituciones especiales y regulares de todo el país. Otra de sus metas es preparar a futuros docentes para que sepan guiar a las personas con discapacidad y entiendan que en un aula existe diversidad, por lo tanto, no se puede tener una sola visión de enseñanza para todos.

“Separar no es el camino, el camino siempre será la inclusión”, recalca la mejor maestra ecuatoriana. Agrega que seguirá investigando lo que ocurre con los estudiantes discapacitados que ingresan a la universidad y si logran incluirse laboralmente.

“A todos los padres que tengan un hijo con discapacidad les diría que no los limitemos. Muchas veces por protegerlo, lo que hacemos es excluir al estudiante. Y a los maestros les diría que nos demos la oportunidad de que nos demuestren lo capaces que son, seamos parte de su formación integral porque sí se puede. Cuando las metas salen del corazón, sin duda se puede lograr”.