La amistad... ¿Es diferente entre hombres y mujeres? Un renombrado psicólogo lo explica
La amistad es comúnmente definida como una relación afectiva entre dos personas caracterizada por la confianza mutua. Generalmente se asocia con lealtad y surge de manera natural cuando vidas se entrelazan.
El psicólogo Robin Dunbar, profesor emérito de la Universidad de Oxford y autor de decenas de libros, entre ellos "Amistad", ha dedicado incontables horas de su vida a estudiar profundamente este concepto y descubrir la forma en que ser hombre o mujer puede influir.
Según las conclusiones de sus investigaciones, que compartió en una entrevista con el medio BBC Mundo, las amistades entre mujeres implican sentimientos más intensos de apego y devienen, por lo general, en vínculos más estrechos.
Aparte, suelen inclinarse por forjar relaciones en interacciones duales, entre dos personas, mientras que los hombres son más proclives a desarrollarse socialmente en grupos.
Dunbar, quien también es antropólogo y biólogo evolucionista, detalla que en grupos hay dinámicas interesantes. En los de hombres, todos los miembros están más integrados entre sí. Entre tanto, en el caso de las mujeres, quienes lo conforman suelen estar más conectadas por un amplio margen a una persona en específico.
¿A qué le ponen atención un hombre y una mujer antes de establecer una amistad?
Para el psicólogo, conocido por haber formulado el número de Dunbar, que representa una medida del "límite cognitivo de individuos con los cuales se puede mantener una relación estable", para los hombres importa más lo que eres y para las mujeres quien eres.
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En experto enfatiza en el término de "clubes de amigos", y cuenta que muchos hombres forjan vínculos con otros sin saber casi nada sobre sus vidas, unidos enteramente por una actividad que practican en común, siendo ejemplos de esto la camaradería de unos sujetos que se encuentran todos los viernes para jugar fútbol.
Por otro lado, las mujeres normalmente se desenvuelven mucho más con sus amistades mediante conversaciones, realizando actividades que en ciertos casos las permite discutir mientras las llevan a cabo.
Justo en este aspecto, de intercambio verbal, el investigador introduce otra diferencia. Los hombres no acostumbran a hablar de emociones y socializan por medio de la risa. En cambio, hay mayor probabilidad de que las mujeres abordan ese tema y, en lugar de chistes, conectan mejor por medio de entendimiento mutuo.
"Por eso las mujeres pueden decirte exactamente de qué hablaron ayer, con detalles y trasfondo, mientras que los hombres que estaban sentados en la misma mesa no recuerdan nada", dice jocosamente Dunbar.
"Los hombres necesitan poder hacer cosas con sus amigos. Tienen que verlos. Si no los ven, la relación se evapora. No siempre, claro, pero ocurre con frecuencia", sentencia el psicólogo, acotando que en el caso de las mujeres, "las amistades entre mujeres suelen perdurar en el tiempo, incluso cuando no pueden verse con regularidad".
Finalmente, el biólogo concluye destacando que el hombre suele tornarse más "perezoso" con respecto a la vida social mientras crece, pasando a preferir estrechar lazos con uno o dos amigos exclusivamente a medida de que se acerca a la edad de adulto mayor.
"Muchos hombres mayores terminamos perteneciendo al club de los esposos de las amigas de su esposa, o de su pareja, y eso se debe a que las mujeres son mucho más activas socialmente", destaca.