“Justicia para Vanessa”, un libro para hacer memoria y honrar a las mujeres víctimas de femi(ni)cidio
Hace exactamente diez años, las muertes de mujeres a manos de la violencia machista en Ecuador eran reducidas a una estadística que compartían hombres y cualquier persona víctima de un homicidio. En 2013 ocurrieron dos asesinatos que cambiaron la historia de la lucha feminista en el país: los femi(ni)cidios de Karina del Pozo y de Vanessa Landínez Ortega. Un año después, el Código Penal del país incluía la figura de “femicidio”. De ahí en adelante, las voces de mujeres, colectivos feministas y familias de las víctimas de femi(ni)cidios no han descansado hasta hallar justicia y sentar una memoria colectiva para la no repetición de estas violencias.
“Justicia para Vanessa” es una de las plataformas que en los últimos diez años ha trabajado por buscar justicia para Vanessa Landínez y otras mujeres víctimas de femi(ni)cidios. Su búsqueda de memoria desemboca hoy en un libro que lleva el mismo nombre que el colectivo y que narra cronológicamente la historia de estas mujeres, así como “las diversas estrategias que creamos para acompañarnos, y para crear otras formas de Justicia desde lugares que están cercanos a los feminismos”, explica una de sus autoras y prima hermana de Vanessa, Ro Ortega Vásquez.
En Ecuador, como en muchos otros países de la región, la búsqueda de justicia y reparación en casos de femi(ni)cidio ha estado trastabillada por los machismos internalizados de las autoridades de justicia, la revictimización y la falta de enfoque de género en las pericias investigativas. Con los años alargados por tediosos procesos judiciales, las familias han sido forzadas a volverse expertas en litigio con ayuda de grupas feministas y abogades que se sumaron a la causa.
“No estábamos solas en nuestros caminos de búsqueda de justicia. Éramos muchas más, en infinidad de lugares intentando organizar la rabia y el dolor, dando la pelea de todas las maneras posibles, porque la violencia feminicida era un fenómeno sistemático apenas tratado en las políticas de los Estados y en los movimientos sociales”, narra una parte del libro escrito por activistas, feministas y familiares de las víctimas.
JUSTICIA Y REPARACIÓN
Vanessa tenía 37 años y una hermosa hija que aún no cumplía el año y medio cuando ocurrió el femi(ni)cidio, fue hallada sin vida con golpes contundentes en su abdomen en una habitación de hotel. Johanna tenía 19 años, fue asesinada el 13 de febrero 2006 por su ex pareja que le acosaba, en un barrio del sur de Quito. Valentina apenas tenía 11 años cuando abusaron de ella y le arrebataron la vida en su escuela de Quito en 2016.
“En el levantamiento de indicios de la escena del hecho ni la policía, ni los investigadores se habían molestado en buscar el cuchillo que el feminicida había usado...”*(1)
“Tampoco tomaron muestras de la ropa de Johanna ni se preocuparon en hacer preguntas al testigo presencial mientras el cuerpo de mi hermana seguía en el suelo...”*(1)
“Los funcionaron judiciales de Ambato favorecían al abogado defensor del agresor...”*(1)
“Temíamos que la gente de nuestro alrededor se fuera a morir, teníamos pesadillas recurrentes sobre feminicidios, violaciones, secuestros...”*(1)
Las vidas de Angélica, Karina, Angie, Gaby, Diana, Paola, Jenny y de muchas otras mujeres y niñas terminaron a manos de la violencia machista que persiste ante la impunidad y la ineficaz aplicación de políticas públicas como la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra Mujeres, vigente desde 2018 pero minimizada por una laxa voluntad política. Ante este escenario, las familias y colectivas feministas se mantienen en resistencia, activando desde el espacio público y en medio de este proceso, educando a la sociedad sobre violencias y justicia.
“Es necesario mostrar que existe una genealogía oral y escrita de historias de mujeres que han venido históricamente resistiendo a la violencia patriarcal en general, que no se conoce y no se escribe sobre ellas, entonces lo importante de no olvidar que existen estrategias de resistencia a las violencias y que es necesario compartirlas y visibilizarlas”, señala Ro Ortega.
UN LIBRO PARA LA MEMORIA
“Pienso en todas como un gran árbol, del cual todas las ramas somos nosotras, ramas que son muy fuertes. Y la raíz de porqué estamos aquí, son las mujeres que ya no están”.*(2)
El ejercicio de memoria es un derecho de las poblaciones y grupos oprimidos que han sufrido violencias sistematizadas, está constituido en tratados y convenios de Derechos Humanos que obligan a los estados a generar políticas y espacios de reflexión para garantizar la no repetición.
“Justicia para Vanessa” es un libro para acompañar y hacer memoria “para brindarnos un sentido y sincero homenaje a nuestras luchas cotidianas, y así seguir dignificando y colectivizando nuestros dolores, vulnerabilidades, fuerzas y capacidades organizativas... soñar en el hacer del acompañamiento y en el transitar de la memoria, la justicia y la reparación feminista!”, resalta la introducción del escrito.
Este 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, sin que los estados estén tomando medidas efectivas para combatir los femi(ni)cidios. En Ecuador, 277 mujeres murieron víctimas de la violencia machista entre el 1 de enero hasta el 15 de noviembre de 2023. El total de víctimas desde que se tipificó el femicidio en 2014 es de 1.659, de acuerdo con el último informe de la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (Aldea).
“Este texto intenta honrar esa memoria de nuestras ancestras pero también, de estas resistencias en el presente que va a dar otras herramientas a mujeres que estén viviendo por estas situaciones y a sus familias para sentirse acompañadas en esas búsquedas de Justicia”, agrega Ro Ortega durante una entrevista en el lanzamiento del libro realizada el jueves 23 de noviembre en Muégano Teatro de Guayaquil, este viernes 25 de noviembre fue presentado en la Casa de la Cultura Núcleo de Tungurahua.
Detrás de cada número hay familias rotas e historias de vida, sueños y proyectos que fueron truncados, pero que nunca quedarán en el olvido gracias al trabajo de construir memoria de plataformas como “Justicia para Vanessa”.
*(1) Fragmentos del libro “Justicia para Vanessa” que narran la negligencia, los traumas y violencia estructural al que fueron sometidas las familias de las víctimas en su búsqueda por justicia.
*(2) Frase dicha por la sobrina pequeña de Johanna Cifuentes mientras sostenía una plantita con ella.