¿Fue Correa realmente secuestrado? las preguntas que siguen pendientes tras 10 años del 30S
2020/09/3012:36H.
Desde ese día el país se dividió. El Gobierno Nacional y sus Fuerzas de Orden no tuvieron una postura clara, los sucesos del 30 de septiembre del 2010 marcaron un antes y un después en la vida democrática del país. Diez años después, con investigaciones en curso y personas sentenciadas, todavía quedan preguntas cuyas respuestas son complicadas de armar y argumentar.
Como preámbulo a los sucesos del 30 de septiembre, la Asamblea Nacional había aprobado la Ley del Servicio Público (Losep) que, entre otras cosas, ponía en igualdad de condiciones a los funcionarios de la burocracia con los elementos de las fuerzas del orden, como Ejército y Policía. Con esta aprobación, se eliminaban las condecoraciones y recompensas por los ascensos de los oficiales.
Esto fue punto tocado para la policía y el motivo central de sus protestas. Para el 30 de septiembre de 2010 las primeras insurrecciones tomaron forma en el Regimiento Quito. Las manifestaciones subieron de tono, según los periodistas que cubrieron los sucesos ese día, cuando el presidente acudió a hablar con los subordinados. El tono y forma desafiante de su discurso hizo que los uniformados reaccionen con enojo y malestar.
El presidente Rafael Correa intentó convencer a las tropas subordinadas de la Policía Nacional que estaban siendo mal informadas por agentes externos, como el exmandatario Lucio Gutiérrez. Cuando los elementos policiales gritaron consignas que "con Lucio estaban mejor", el mandatario se encontró perdido. Foto: Vistazo
En una reciente entrevista con la agencia EFE, el expresidente Rafael Correa justificó su gesto de abrirse la camisa y pedir que lo maten. "Nos dimos cuenta de que es una trampa y entonces ahí es que digo, bueno mátenme si quieren, pero no destruyan a la patria porque veíamos que buscaban desestabilizar al Gobierno y la democracia", explicó. Sin embargo, 10 años después, todavía quedan dudas de qué se quería lograr el 30S.
1.- ¿Secuestro, no secuestro o nuevo tipo de secuestro?
Al verse arrinconado, el presidente Rafael Correa y su comitiva intentó salir del Regimiento, pero esto era impedido por elementos armados. Hernán Higuera, periodista de Ecuavisa que estuvo ese día de cobertura en el lugar, recuerda que el presidente se quedó sin gran parte de su resguardo, con poca gente a su alrededor. “Fue entonces cuando le abrieron la puerta para hacerlo pasar al hospital de la Policía. Sí, adentro lo atendieron, le limpiaron los ojos por los gases lacrimógenos y chequearon la rodilla, que estaba afectada porque recientemente lo habían operado. Hasta ahí lo vi al presidente, en la sala de emergencia”, rememoró.
Después, Correa fue enviado a una habitación, pero no se le permitió la salida hasta conseguir un acuerdo con los policías. No obstante, recibió a ministros y demás funcionarios del gobierno. Contó con elementos de su seguridad, saludó por la ventana a los simpatizantes que se congregaron en las afueras del hospital e incluso brindó una entrevista telefónica con el canal público Ecuador TV, que para horas de la tarde del 30 de septiembre tenía enlazado a su señal a todos los medios de comunicación.
El coronel César Carrión fungía como director del hospital ese día. Él recuerda claramente como permitió el paso del presidente y dispuso que reciba la atención médica que le correspondía. Carrión pasó inadvertido en los hechos del 30-S hasta que el 21 de octubre, en una entrevista con la cadena CNN fue el primero en refutar la tesis de gobierno y decir que Correa no estaba secuestrado.
“Cuando uno está secuestrado no tiene acceso a nada, ni reuniones, ni entrevistas a la prensa. Acá entraban todos, a mí siempre me ha dado un poco de coraje el hecho de mencionar un secuestro cuando no lo había. Si 10 años después seguimos dilucidando si eso fue un secuestro o no, es porque todavía no tenemos la seguridad”, reflexiona Higuera.
En menos de 10 días, el presidente Correa incriminó públicamente al coronel Carrión en una de sus sabatinas. Carrión fue sancionado porque no disponía de una autorización para dar declaraciones. “Yo era el director y tenía la atribución de decir que ocurría dentro de mi jurisdicción. No necesitaba la autorización de nadie para decir las actividades que teníamos”, enfatiza.
2.- ¿Quién intentó tomar el poder ese día?
En la revuelta policial, mientras Correa les decía a los subordinados que estaban siendo mal informados y señaló al expresidente Lucio Gutiérrez. “Abajo, los policías gritaban que con Lucio se sentían mejor”, recuerda Higuera. Esto fue suficiente para que Correa lo señale como el responsable de la sublevación policial. Fue el primero, no el único.
Mientras eso ocurría, un grupo de asambleístas de la oposición se juntó en una suite de un lujoso hotel de Quito. Ese grupo convocó a una rueda de prensa en la que pedían amnistía a los elementos de la policía. La presidenta encargada de la Asamblea, Irina Cabezas, buscaba desesperada convocar a sesión urgente. En menos de 10 días, Correa los responsabilizó. “Si estaban aupaditos ahí esperando, no, esperando a si tenían éxito para salir los buitres de siempre. Reuniditos en un hotel de Quito, celebrando la caída del gobierno con Johnny Negro”, exclamó en la avenida de los Shyris.
Sin embargo, el 30 de septiembre no hubo una cabeza visible con intenciones de tomar el poder. “No vimos un militar atrás, no vimos a un político queriéndose sentar en Carondelet”, argumenta Higuera y señala que era el momento menos indicado para un golpe de Estado. “Hemos tenido presidentes puestos a dedo. Por culpa de los políticos y golpes de estado hemos perdido años de desarrollo, la estabilidad económica no daba para tener otro golpe de estado. ¿Quién quiso asumir el poder el 2010?, ¿Hay una evidencia cierta? Si ellos tienen pruebas del golpe de Estado, que nos las muestren”, añade.
En una publicación de la FLACSO, Santiago Ortiz recuerda que el sector político no tuvo intenciones de consumar un golpe de Estado. La Embajada de los Estados Unidos expresó su apoyo al régimen constitucional, las Cámaras de Producción rechazaron un golpe de Estado y el entonces alcalde de Guayaquil, de los principales líderes de la derecha ecuatoriana, se pronunció en contra del “golpismo”. “La revuelta careció del respaldo de actores decisivos y no cumplió así con los estándares de un golpe de Estado”, puntualiza Ortiz.
3.- ¿Quién responderá por los injustamente procesados?
El Gobierno Nacional conformó la Comisión 30S para conocer la verdad de los hechos. Esta comisión tuvo entre sus integrantes a Carlos Baca Mancheno, Diego Guzmán y Óscar Bonilla. El primero fue asesor del expresidente Correa y tuvo un paso fugaz como Fiscal General. El segundo fue presidente del directorio de la aseguradora pública Sucre. En su informe, la comisión concluyó que el 30S fue un intento de golpe de Estado y un evento planificado.
Más de 300 personas fueron llamadas a declarar, otras se las procesó y menos de 20 tuvieron sentencias. De estos, algunos no formaron parte de la sublevación, ni siquiera estuvieron en el lugar de los hechos y hasta hubo casos de policías que ese día tenían libre. “Lamentablemente pagaron justos por pecadores. Mucha gente se quedó en la calle por pagar abogados. En semejante revuelta no puedes identificar quiénes fueron”, acota Higuera. Con el cambio de régimen, y una cierta desinfección del correísmo en la justicia, una Corte declaró prescrito el juicio 30-S en 2019. Sin embargo, los policías todavía piden justicia. El colectivo ‘Víctimas del 30-S’ presentó una denuncia contra el expresidente Correa por crímenes de Lesa Humanidad. Algunos han sido reincorporados al servicio policial, otros esperan que la justicia determine su futuro.
4.- ¿Quién mató a Froilán Jiménez?
Según el informe final de la Comisión 30S, ese día murieron seis personas: dos militares, dos policías y dos civiles. Sin embargo, la muerte de Froilán Jiménez fue, quizás, la más simbólica por ser transmitida en vivo por la cámara de Ecuavisa. Se captó su caída por unas escaleras en la avenida Mariana de Jesús de Quito, y sus intentos para reponerse. En la transmisión, Higuera pedía a las brigadas médicas que acudan a asistir a Jiménez.
En la autopsia se encontró un orificio de entrada de una bala en el pecho, pero uno más grande en la salida. No se encontró el proyectil dentro del cadáver. Luego se determinó que por el tamaño de la bala, esta era de uso militar, lo que contrarrestó la teoría del asesinato por parte de la policía a Froilán Jiménez, quien ese día actuó de escudo humano en el vehículo donde salió el presidente Correa. Sin embargo, las armas de dotación de las Fuerzas Armadas no estuvieron registradas en el sistema, por lo que es imposible determinar al responsable del arma.
“¿Por qué llevaban armas y por qué dispararon?”, se cuestiona Higuera. En un video del operativo de rescate al presidente se observa que, en un momento del enfrentamiento entre elementos de la policía y militares, uno de ellos señala con un arma “en el carro”. Ahí se encontraban Hernán Higuera y su camarógrafo Antonio Narváez, transmitiendo en vivo. Los demás militares gritaron “son periodistas, no dispares por disparar”. “Mi hijo me dijo ‘ya han pasado 10 años del 30S, ya pudiste haber muerto hace 10 años’”, cuenta Higuera.
5.- ¿Por qué se limpió el lugar de los hechos en la madrugada del día siguiente?
Para las seis de la mañana del 1 de octubre de 2010, el servicio municipal de recolección de basura y aseo de Quito limpió toda la avenida Mariana de Jesús, que en menos de 12 horas fue el centro de atención nacional. Era la alcaldía de Augusto Barrera, de las filas del correísmo.
"En ese momento se borraron todas las evidencias con las que el Gobierno pudo haber sustentado su teoría de que se trató de un golpe de Estado. Nunca se debió permitir aquello. La persona que autorizó la limpieza del lugar incluso debería ser procesada", explicó para diario El Comercio, Patricio Armijos, abogado de 47 elementos policiales que fueron procesados por supuesta rebelión del 30S. Luego la justicia determinó que el director del hospital, César Carrión, se hiciera cargo de todos los gastos de reparación dentro de las instalaciones.
6.- ¿Quién fue el verdadero ganador del 30S?
El Gobierno Nacional patentó la marca 30S para, según ellos, contar la verdad de lo sucedido. Promovió campañas con su eslogan “30S: El día que triunfó la democracia” y aprovechó la imagen de una niña que nació ese día, comparándola como el nacimiento de un nuevo país. Para el expresidente Correa, el 30S significó la cúspide de su popularidad. "Fue la primera vez en la historia que el pueblo salió a defender a su gobernante, no a apoyar a la Policía o a los insurrectos para botar al Gobierno", detalla. Quince años atrás, Ecuador había vivido una inestabilidad política que finalizó con tres derrocamientos y presidentes sin legitimidad.
Y por esa inestabilidad, es que Higuera sostiene que los políticos fueron quienes terminaron ganando ese 30S. “La sociedad y la policía no ganó nada, pero los políticos ganaron mucho más de lo que esperaban”, sostiene, “ganaron popularidad, la reelección y dinero por las campañas que instalaron a nivel nacional. Después de eso vimos mucha más tarima, mucho show”.
7.- La frágil fortaleza de Alianza PAIS
Ortiz definió que el liderazgo de Correa era la principal fortaleza y la mayor debilidad del movimiento Alianza PAIS. Carrión indica que el conflicto pudo haber sido resuelto por los ministros del ramo. En ese momento, Gustavo Jalkh era el ministro del Interior, quien debía dialogar con la policía, elementos que responden a sus órdenes. Además, que las protestas debieron ser advertidas por los servicios de inteligencia. “Muchos no actuaron en su debido momento y el propio presidente creó más problemas en el regimiento Quito”, acota.
Una vez que Correa se encontró aislado en el hospital, la bancada oficialista se quedó sin rumbo. El entonces vicepresidente Lenín Moreno reconoció que le ofrecieron la posibilidad de asumir el cargo, pero él la rechazó. Cuando fue llamado a declarar, negó esa versión. La bancada oficialista de legisladores, ese día con Irina Cabezas como presidenta encargada, convocó a una sesión urgente e incluso estuvo dispuesta a dialogar con los opositores.
Para Ortiz, esto reflejó la incapacidad de resolución del gabinete en ausencia del presidente. “Fue evidente que el gabinete no tuvo capacidad de controlar la situación ni tomar decisiones ni dar un mensaje claro a la población (…) perdió el rumbo. Correa es el que toma las decisiones, mientras los ministros son operadores de la política que él resuelve”, acotó. Con el autoexilio de Correa, y la falta de liderazgo de Lenín Moreno, el partido político que fue hegemónico durante 10 años está a expensas de desaparecer.