El lado desconocido de Pedro Jiménez y su curioso ingreso a la TV
2021/03/0106:34H.
Tiene 37 años en Ecuavisa donde aprendió a ser comunicador y conectar con los televidentes.
Son pocos los periodistas que se instalan cotidianamente en el hogar de los ecuatorianos y que van calando hondo en el corazón de todos. Ese es el caso de Pedro Jiménez, quien labora desde hace 37 años en Ecuavisa, pero con el ímpetu de un eterno debutante. “Iván el terrible”, como le decían de chiquito, habla fuerte, tiene chispas en la mirada y detalla su oficio con una alegría contagiante. “Mi trabajo comenzó con una pregunta: ‘¿Qué sabes hacer en televisión?’. Dije: Ver televisión. Tenía 18 años”, recuerda el hombre que dedicó su vida profesional al canal del cerro. “Entré acá en 1984, primero al área de Producción con un programa de concurso, después me incorporé en Promociones y programación. Me gradué de periodista en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte y luego se presentó la oportunidad de formar parte del equipo de Noticias de Ecuavisa hasta ahora”, recuerda el periodista apasionado por la aviación y la medicina.
Aunque no pareciera, Pedro siempre fue tímido y nunca pensó estar frente a las cámaras, pero cuando empezó a viajar y reportar dentro y fuera del Ecuador descubrió que comunicar y contar las historias que mueven el mundo era lo suyo. A lo largo de los años se adaptó a las nuevas tecnologías, pero la esencia del periodismo sigue intacta. “En Ecuavisa tenemos el eslogan: ‘información verificada’ y es lo que el público merece. No podemos competir con la velocidad de las redes sociales pero sí con una información ampliada y contrastada. Demuestro seriedad, es importante que la gente me escuche y me crea, para mí es lo fundamental”.
Hombre de familia
Cuando Pedro entró a Ecuavisa ya estaban Tania Tinoco, María Isabel de Lebed y Teresa Arboleda. “Ellas siempre fueron muy atentas y colaboradoras conmigo, es mi familia generosa de la televisión”, acota el periodista que va a cumplir 24 años de casado con Viviana Arosemena, a quien conoció en Ecuavisa. “Vivi es la hermana de una muy buena amiga mía y de muchas de mis primas, pero nos enamoramos estando en el canal y empezamos a trabajar presentando el noticiero juntos”. ¿Qué lo enamoró? “Ella es mi roca, mi cable a tierra, es amor puro. Primero me gustó, luego me enamoré de aquello que me gustaba, y de ella me gusta todo. Con ella escuchamos música, nos gusta la playa, el cine y podemos salir a Cuenca solo por un día si se nos antoja”, acota el padre de Juan Sebastián, de 21 años, y Eduardo Antonio, de 19, quienes se dedican a la Ingeniería y al Diseño Gráfico.
Con los chicos recuerda su primer viaje a Disney y con Vivi su estadía en Europa en 2014. “Coincidió con el jubileo del movimiento cristiano de Schoenstatt y pudimos estar unos días en el evento en Roma, luego conocer París y Venecia, hemos disfrutado de cada momento en cada ciudad que hemos podido visitar”.
Hombre sereno
Pedro viene de una familia salesiana y lasallana. Estudió en el colegio Cristóbal Colón como sus tíos y en La Salle, heredando los valores de honestidad y entrega de su padre. “Crecí con la dimensión cristiana dentro de mí y de casados hemos seguido ese camino con nuestros hijos”, destaca con serenidad el hombre que perdió a su padre hace un mes y a su tío Gustavo Noboa hace pocos días. Aunque Pedro haya perdido a dos guías en su vida, no se lamenta y demuestra una tranquilidad impresionante. “La religión tiene que ver con sentir paz o encontrarse con la paz. Mi padre no pudo tener un velorio normal porque no queríamos arriesgar a nadie ni un minuto haciendo que se reúnan en este momento de dolor pero tuve tiempo para despedirlo y es lo más importante”, aclara el anchor de Ecuavisa. “Ahora tenemos que ser fuerte para mi madre, felizmente ella vive cerca, salgo de mi cocina y entro a su comedor”, comenta entre risas.
“Somos una familia muy grande y unida. Para nosotros, los tíos son muy importantes porque son otros papás para todos. En mi caso, el tío Gustavo era un profesor, un guía, un hombre carismático que lo podía todo con cariño y humor. De él recuerdo reprimendas cuando era niño y consejos cuando daba charlas en el Cristóbal Colón. Fue íntegro, responsable, consciente de la realidad nacional, frontal, honesto... Era un hombre de lucha. De él tenemos que aprender todos”, detalla el periodista. ¿Y tú Pedro, quién eres? “Te contesto con el título de una pintura que tengo en la casa: ‘Lo que ves es lo que hay’. Soy transparente y auténtico, es algo que me definirá para siempre”.