El emprendimiento ecuatoriano que hace alimentos a partir de harina de grillo
En todo el mundo, la entomofagia (ingesta de insectos) complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esta práctica es más común en regiones de Asia, África y Sudamérica, donde se practica de modo ancestral.
No obstante, la FAO ha tomado en consideración el valor alimenticio de los insectos, arácnidos y artrópodos en la dieta del futuro. Y es que para 2030, en apenas nueve años, habrá que alimentar a más de 9.000 millones de personas, sin contar los miles de millones de animales que se crían anualmente con fines alimentarios, recreativos y domésticos.
TRADICIÓN MILENARIA EN AMÉRICA LATINA
México es el país de Latinoamérica con la práctica de entomofagia más extendida y normalizada. Se puede encontrar, por ejemplo, ‘chapulines’ en los mercados. En algunos territorios de Colombia como el departamento de Santander y el norte del mismo, se comen una especie de hormigas a la que localmente llaman ‘hormigas culonas’. Mientras tanto, en la Amazonía peruana es común la ingesta de una larva denominada ‘Suri’.
En la Amazonía ecuatoriana es tradicional el consumo de ‘gusanos chontacuros', aunque su venta se puede apreciarlos en algunos lugares turísticos, como el Centro Histórico de Quito o Baños de Agua Santa. En la zona interandina, durante la época invernal también se come un tipo de escarabajo llamado 'catso' o catzo'.
Ecuador ha decidido dar un paso más adelante en esta práctica, pues una emprendedora de nuestro país ha comenzado su propio negocio de alimentos elaborados con base en harina de grillo.
CRICK SUPERFOODS
Francisca Castellanos es la gestora de “Crick Superfoods”, una marca que comercia nachos, tortillas y 'crunchy' o 'topping’ elaborados con el insecto antes mencionado. Su producto fue lanzado en marzo de 2020 ya ha llegado a 12 de 24 provincias del país.
Francisca aseguró que el grillo tiene nueve aminoácidos esenciales, a diferencia de la mayoría de proteínas, que tienen cuatro o cinco. Asimismo, tiene más vitamina B12 que el salmón, más hierro que la espinaca, omega 6 y calcio.
Castellanos explicó que el grillo comestible se es el 'acheta domesticus’, que debe ser criado en una granja o en ambientes cerrados para evitar la contaminación cruzada, producto del contacto con diferentes alimentos, cosas del piso u otros animales.
"Se controla absolutamente todo, el tema de alimentación, reproducción y sanidad", indicó en una entrevista con el medio RT. La emprendedora señaló que existe mucha gente que cree que el grillo usado en los alimentos se extrae directamente del campo.
Una vez que el animal ha alcanzado su madurez y mide entre 10 y 12 centímetros, se somete a un proceso de deshidratación para después ser molido. De aquí se saca la harina que sirve para la elaboración de varios alimentos, como las tortillas que la marca Crick Superfoods elabora. Además, estos productos llevan harina de maíz y de habas.
“La harina de grillo es similar a la harina de linaza; en color es así negrita, es húmeda", indicó la mujer. Como el animal es finamente triturado, no se puede observar ninguna parte de este.
Las tortillas contienen además proteína de amaranto, que, según la FAO, es considerada un pseudocereal por su sabor y cocción similar al de los cereales. Por otro lado, los nachos se elaboran con dos sabores: sal marina y ají rocoto (o locoto, picante).
AYUDA AL MEDIO AMBIENTE
Castellanos señaló que producir alimentos así tiene muchas ventajas. La cantidad de espacio para la crianza de los grillos es muy pequeña y la producción de insectos en granjas emite 80 veces menos dióxido de carbono que la producción vacuna, que también genera 100 veces más metano. Además, la cantidad de agua para la alimentación y limpieza del lugar donde están los grillos, es menor.
“Para un kilo de producción del grillo ya deshidratado y molido, se necesitan dos galones de agua (7,57 litros)", explicó Castellanos. Mientras tanto, la FAO dijo que para generar apenas un kilo de carne se requieren 15.000 litros de agua y 1.500 litros para generar un kilo de granos.
"Entonces, nuestra propuesta de valor es también cambiar la perspectiva que tiene la gente y hacerles ver que están comiendo un producto alto en proteína, que ayuda al medioambiente y que no tiene nada de sabor ni presentación desagradables", enfatizó Castellanos.