El "Arrastre de caudas" de Quito, un ritual santo que resiste a la extinción
La Catedral Metropolitana de Quito acogió este miércoles a cientos de fieles en el tradicional "Arrastre de caudas", una antigua celebración católica de Semana Santa que se resiste a la extinción, tras su desaparición en ciudades como Sevilla (España) o Lima.
Organizada tras haber sido suspendida durante los dos últimos años por la pandemia del coronavirus, el ritual del arrastre de las caudas convocó a cientos de fieles, muchos de los cuales lograron ingresar en la catedral, aunque la celebración se reprodujo en una pantalla gigante ubicada en la vecina Plaza de la Independencia.
Conocida también como "Paso de la reseña" o "La reseña de la Santa Cruz", la celebración, de origen románico, actualmente solo se realiza en Quito y ha sido preservada por la gran acogida que tiene entre los fieles quiteños, así como de extranjeros seducidos por este particular atractivo del turismo religioso.
El rito en Quito, ahora único en el mundo, la heredó de la celebración que se realizaba antiguamente en la catedral de Sevilla y también, hasta hace algunos años, en la capital peruana.
El ritual evoca el sacrificio de Jesucristo en la cruz y es una ceremonia luctuosa en la que un grupo de sacerdotes, vestidos con las "caudas" o capas largas y negras sujetadas por capuchas oscuras, caminan por la iglesia en procesión.
Los religiosos llegan al altar y en el descanso se postran en el piso, mientras un primado agita una gran bandera negra cruzada por una enorme cruz de color rojo, que surca el aire por el altar y luego por encima de las cabezas de los canónigos y los fieles de las primeras bancas.
DESDE ROMA HASTA QUITO
Esta celebración aparentemente surgió de un rito funeral practicado por el Ejército romano en honor de algún general caído en batalla y que fue posteriormente adoptada por la Iglesia católica en honor a la muerte de Jesús.
Alfredo Espinosa, arzobispo de Quito, batió este miércoles la gran bandera sobre los canónigos que se postraron en el suelo y luego sobre los fieles de las primeras filas, entre ellos el alcalde de Quito, Santiago Guarderas.
La ceremonia también incluyó la presentación de una reliquia que guarda astillas de "la verdadera cruz" en la que murió Cristo y que Espinosa la levantó para bendecir a los fieles.
El oficio religioso incluyó un sermón del arzobispo, quien pidió ver este ritual no sólo como una costumbre o tradición, sino como una representación de fe, en la que Jesús "carga nuestros miedos, nuestros problemas" para luego "bendecirnos".
También llamó a los fieles a unirse frente a lo que dijo son los peligros de la sociedad, como el aborto, la violencia, la corrupción, la injusticia y los escándalos que han sacudido a la Iglesia; pero también urgió a escuchar "la voz de Dios" de tolerancia, solidaridad y perdón.
PRIMER GRAN ACTO DE LA SEMANA SANTA
El "Arrastre de las Caudas" es una de las primeras celebraciones de la semana mayor en Ecuador que tendrá su apogeo el Viernes Santo, cuando se celebren las multitudinarias procesiones de representación por la muerte de Jesucristo.
En Quito tendrá lugar la procesión "Jesús del Gran Poder", que congrega a decenas de miles de fieles y que recorre las calles del casco histórico de la capital, con alegorías del calvario.
En Guayaquil tendrá lugar la procesión de "Cristo del Consuelo" que recorre varias calles de esa ciudad portuaria con una imagen sagrada a la que se le atribuyen poderes milagrosos.
Las procesiones se reproducirán en muchas ciudades ecuatorianas, pero es particularmente curiosa la de la localidad andina de Alangasí, cerca de Quito, donde surgen personas disfrazadas de diablos que desafían a la fe.