El 62 % de venezolanos en albergues de Ecuador no trabaja y un 23 % pide dinero en las calles
Desiree es venezolana y tiene 18 años. Camina con su hija que tiene apenas un año. Durante algunos días durmió en plazas y pidió dinero en la calle para sobrevivir, porque los albergues para migrantes están copados. Se estima que más de medio millón de venezolanos se han asentado en Ecuador y la mitad de ellos no tiene acceso a servicios de alojamiento, situación agravada por la pandemia.
Según un estudio de la ONG CARE Ecuador, presentado este 29 de junio, el 62 % de migrantes en albergues no realizan ninguna actividad laboral, debido a la falta de oportunidades de trabajo y políticas que permitan su inserción laboral.
Un 23% piden dinero en las calles y alternan con ventas ambulantes. Solo un 15 por ciento consiguen empleos informales y eventuales, como recicladores, albañiles, servicio en restaurantes y otros comercios.
Esto hace que cada día lleguen más personas a los espacios de acogida. Desiree está en Huaquillas, donde apenas hay un albergue para 67 personas y el gobierno peruano en acuerdo con Ecuador decidió militarizar la frontera y cerrar los pasos ilegales.
Cuando la joven llegó hasta allí ya no había espacio en el albergue para ella y su niña. Ahora es parte de un programa que facilita váuchers para alojamiento de emergencias en hoteles y hostales.
“La situación que enfrentan es difícil y mucho más para los grupos vulnerables como mujeres, niñas, niños y adolescentes. Es urgente una mayor presencia y apoyo del Estado que ayude a su inserción económica y social”, dice Alexandra Moncada, directora Ejecutiva de CARE Ecuador.
La encuesta que hizo esta ONG en ocho ciudades de país: Huaquillas, Machala, Manta Portoviejo, Ibarra, Lago Agrio y Quito, revela que hace falta infraestructura para atender a esta población en movilidad forzada y extrema necesidad.
Debido a la pandemia y medidas de distanciamiento se ha reducido el aforo de estos espacios. Por ejemplo, uno de los más grandes, el albergue San Juan de Dios en Quito, tenía una capacidad para 300 personas, pero con la pandemia se quedó solo con cien camas.
Para estas personas, la solución no termina con conseguir un albergue, pues según el estudio, no en todos los lugares hay servicio de alimentación, por eso, un 18 % de migrantes muchas veces tienen que sobrevivir con uno o dos platos al día.
El reporte también da cuenta de la situación de discriminación, ya que el 100 % de encuestados dice haber sufrido violencia verbal y física. Moncada espera que este estudio pueda servir a autoridades gubernamentales y organizaciones internacionales para tener una hoja de ruta para intervenir para atender las necesidades de esta población migrante.