Alex Quiñónez, entre el fútbol, la albañilería y el atletismo
La velocidad fue la mejor cualidad que tenía Alex Quiñónez, quien murió este viernes. El atleta esmeraldeño hizo historia en los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012. En esa ocasión fue séptimo en los 200 metros planos. Terminó con diploma olímpico y estuvo a un segundo del rey de la velocidad: el múltiple medallista jamaiquino Usain Bolt.
Luego de ese logro, Quiñónez tuvo un desempeño irregular y no participó en los Juegos Olímpicos de Río 2016, pese a las dos medallas de oro y una de plata que obtuvo en el Campeonato Sudamerica de Lima.
Finalmente en los Juegos Olímpicos de Tokio no pudo participar debido a una sanción impuesta por la Athletics Integrity Unit, por fallos en la geolocalización para controles antidopaje.
Del fútbol al atletismo
De niño, su principal pasión fue el fútbol. Pero una apuesta con el entrenador de atletismo marcó su ingreso a ese deporte.
Por una hamburguesa y una cola, Quiñónez demostró ser el más veloz de su colegio Anexo Universitario José Basurto Mendoza, en donde habían varios integrantes de la selección de Esmeraldas. De esa institución educativa surgieron el futbolista Frixon Erazo y la atleta Marisol Landázuri.
Luego de ganar la apuesta, Quiñónez se vinculó al atletismo de forma definitiva. Su primer logro internacional fue en el Campeonato Iberoamericano de Barquisimeto, en Venezuela, en 2012. Allí logró medallas de oro en 100 y 200 metros, a más de una de bronce en relevos 4x100. Esa fue la antesala de Londres.
De a poco fue sumando otros logros como dos medallas de oro, una de plata y una de bronce en los Juegos Bolivarianos de 2013. En ese año sumó dos preseas doradas en el Campeonato Sudamerica de Atletismo de Cartagena.
También se ubicó en el primer lugar en el Campeonato Sudamericano de Lima en 2015, en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta en 2017, en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba en 2018.
2019 sería su otro mejor año. En esa ocasión logró medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima y se ubicó tercero en el Campeonato Mundial de Atletismo de Doha. Estos resultados crearon expectativas sobre su participación en Tokio, que finalmente no se dio.
En 2018 fue fichado por FC Barcelona de España, en donde cumplía su tercera temporada.
"Álex era una excelente persona y un gran barcelonista, un hombre de club que estaba muy integrado entregaba y gozaba de competir por el Barça", señaló Vicente Egido, director técnico de la sección de atletismo del club, de acuerdo a un comunicado de esa institución.
Su último triunfo con el equipo catalán fue en los 200 metros de la Liga de Clubes de la División de Honor celebrado en Alicante en junio pasado.
Manos a la obra
Su irregularidad y el limitado apoyo en su desarrollo deportivo provocó que el atleta colgara temporalmente los zapatos con el fin de buscar el sustento para su familia como albañil. Así lo recuerda Marca, sobre cómo se dio el resultado épico de Quiñónez en Londres en 2012.
Incluso, uno de sus entrenadores recordó que compitió en los Juegos Panamericanos de Guadalajara de 2011 con zapatos desgastados.
Mientras que en 2015 se retiró dos años del atletismo, sin entrenar, de acuerdo a una entrevista que dio a Ecuavisa. "Mi hija cayó enferma. Fueron cosas muy duras, que mi hija tenía un añito y yo no sabía qué hacer. Trabajé de todo. Fui pintor, trabajé en la construcción", contó el atleta.
Luego de esto tuvo otra oportunidad en el atletismo, gracias a la ayuda de varias atletas y entrenadores. "Dios da lo que te mereces y si Dios quiere que consiga una medalla, la voy a conseguir porque voy a dar todo de mí", afirmaba Quiñónez, previo a su participación en Tokio, que finalmente no se dio.