Un año del conflicto armado interno en Ecuador: altos niveles de violencia y tensión entre bandas criminales
Hace un año, Ecuador vivió un día de terror a manos de bandas criminales. El 9 de enero de 2024 se registró una ola de atentados, incluyendo la detonación de carros bomba en ciudades como Guayaquil y Quito, el secuestro de policías y un asalto armado a las instalaciones de TC Televisión durante una transmisión en vivo, que fue protagonizado por 13 sujetos, entre ellos dos adolescentes, pertenecientes a la banda 'Los Tiguerones'.
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En respuesta, el presidente Daniel Noboa declaró que Ecuador enfrentaba un "conflicto armado interno" y anunció una "guerra" contra 22 grupos de delincuencia organizada, a los que calificó como "terroristas".
“Prácticamente estamos en un conflicto armado no internacional. Estamos luchando por la paz nacional, contra los grupos terroristas en los que operan más de 20.000 personas”, expresó Noboa.
Desde entonces, el Gobierno ha recurrido a la implementación de varios estados de excepción y el despliegue permanente de militares en las calles.
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El último estado de excepción fue decretado el pasado 2 de enero, basado en el "incremento de índices de violencia, cometimiento de delitos e intensidad de la presencia prolongada de grupos armados organizados" en siete provincias y tres cantones, según se detalla en el documento.
En el decreto también se señala que, pese al accionar del Bloque de Seguridad, integrada por la Policía, las Fuerzas Armadas y los ministerios de Interior y Defensa, los grupos armados "continúan realizando acciones violentas que afectan a las actividades económicas, sociales y de seguridad ciudadana en el país".
No obstante, las autoridades de seguridad destacaron en el último mes la reducción en la tasa de homicidios que en 2023 se ubicó en 47,2 por cada 100.000 habitantes y situó al país como el más violento de Latinoamérica.
Según datos de la Policía, hasta mediados de diciembre el país registraba una disminución del 16,5 % en el número de muertes violentas, que pasaron de 7.838 homicidios, en 2023, a 6.547, en 2024.
Sin embargo, esa cifra sigue ubicando al país como el más violento de la región, señaló el director del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), Renato Rivera.
De acuerdo a las estadísticas que maneja la organización, Ecuador cerró el año con una tasa de casi 40 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, pero "la mayoría de países de la América Latina, y sobre todo quienes tenían las tasas más altas de homicidios, también han evidenciado un comportamiento a la baja", precisó el analista en seguridad.
Para Rivera, la reducción de los homicidios no solo se debe a una "contención" provocada por la salida de las Fuerzas Armadas a las calles, sino también por "una alianza" entre los grupos criminales Los Choneros y Tiguerones.
"Eso es lo que logró una reducción también a principios de 2024, sobre todo en unos distritos en donde había una confrontación de los dos grupos, como en Nueva Prosperina, en Guayaquil, y en la provincia de Esmeraldas", precisó.
Agregó que esa "paz" que hay entre estas organizaciones criminales se puede perder en este 2025 debido a una posible nueva "fragmentación" en el interior de estos grupos, que ya empezó a gestarse desde finales de 2024.
Por otra parte, la Fiscalía registra que las denuncias por secuestros y extorsiones se mantienen altas en el país. Solo en 2023, se contabilizaron 24.902 casos de extorsión, secuestro y secuestro extorsivo a nivel nacional. Una cifra que subió a 26.056 entre el 1 de enero y el 13 de diciembre de 2024.
"Esto da cuenta que, en términos de rentabilidad, las organizaciones siguen siendo muy poderosas en el Ecuador porque siguen recibiendo financiamiento precisamente de estos nuevos delitos emergentes", explicó Rivera.