Policía española encuentra indicios de espionaje a Assange en embajada en Londres
La Policía española certificó indicios de un presunto espionaje al fundador de Wikileaks Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres mientras mantenía reuniones con su equipo de abogados, liderado por el exjuez español Baltasar Garzón, y con otros visitantes.
Así consta en un oficio policial, al que ha tenido acceso Efe, que analiza información de dos memorias USB entregadas el pasado año a la Audiencia Nacional española por un testigo protegido en esta causa.
Este procedimiento se abrió al ser admitida una querella de Assange contra la empresa española que era entonces responsable de la seguridad privada de la embajada en Londres, UC Global, y su propietario, David Morales, que está imputado.
Un informe policial concluye que dentro de la embajada había siete cámaras con micrófonos y que contaban con un sistema de emisión en directo.
También que se "grabaron diferentes vídeos con sonido de Julián Assange reunido con diferentes personas" y "archivos de audio".
Además asegura que se elaboraron informes de reuniones "con diferentes personas e incluso en algunas se cita lo hablado en ellas" y un informe grafológico de Assange, un estudio de personalidad a través de la letra de una persona, por parte de UC Global.
Concluye también la Policía española que se hicieron "copias de la documentación de las personas que David Morales indicó a los operadores de la empresa, entre ellos Baltasar Garzón", y de otros abogados de su despacho, así como de "los doctores que asistían a Julián Assange".
Las pruebas aportadas confirmarían la existencia de vídeos sobre reuniones en la embajada entre Assange y Romy Vallejo, jefe del Servicio Nacional de Inteligencia de Ecuador, y de informes de visitas procedentes de Estados Unidos, como el congresista Dana Tyrone Rohrabacher.
Constan asimismo otros informes a los que aludía la querella, como el de una reunión en Madrid en 2017 entre Baltasar Garzón y el expresidente Rafael Correa, al que se le realizó un seguimiento desde el aeropuerto de Madrid hasta supuestamente el domicilio del exjuez, aportando fotografías del encuentro.
También uno que se redactó en inglés del exlíder de la formación de izquierda Podemos Pablo Iglesias, que fue vicepresidente del Gobierno español.
El pasado abril, Assange, al que Estados Unidos reclama por presuntos delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal de internet Wikileaks, cumplió dos años de prisión preventiva en una cárcel de alta seguridad londinense a la espera de que se resuelva su proceso.
Una juez rechazó en enero su extradición por motivos de salud, al considerar que presenta riesgo de suicidio, pero Washington recurrió y será un tribunal superior el que decida.
Assange, que no ha sido condenado por ningún delito, fue detenido en 2019 después de ser sacado por la fuerza de la misión ecuatoriana en Londres, donde se había refugiado en 2012 para evitar su entrega a Estados Unidos.
Previamente, el australiano estuvo bajo arresto domiciliario en Inglaterra durante casi once años desde que en 2010 fue detenido a petición de Suecia, que quería interrogarle por un caso de presuntos delitos sexuales por los que no fue imputado y que se archivó.