Patricia Casas y su batalla contra una enfermedad olvidada que devora carne: "Es como el bocado de un tiburón"
Patricia Casas, bióloga dedicada a la conservación de las selvas, regresó a España tras cinco meses en Perú. Lo que prometía ser un reencuentro feliz con su hogar y allegados se convirtió en una pesadilla: una misteriosa úlcera apareció en su brazo.
Esta lesión, similar a una quemadura hecha con un cigarrillo, era en realidad una herida causada por la temible Úlcera de Buruli, una enfermedad tropical poco conocida y devastadora, al principio indolora pero después insoportable, provocada por un organismo que devora la carne humana.
La úlcera creció hasta alcanzar 12 cm de diámetro, inflamando su brazo desde el codo hasta la axila. La condición se agravó tanto que Patricia tuvo que estar hospitalizada un mes y medio en el Hospital de León. “Estuvimos tanto tiempo sin saber qué era que la llamé Débora”, recuerda en una entrevista con el medio El País.
Tanto ella como los médicos se enfrentaron a un enemigo desconocido. La bacteria, difícil de cultivar en laboratorio, dificultaba el diagnóstico y el tratamiento. Patricia soportó meses de pruebas y diferentes antibióticos mientras "Débora" avanzaba y arrasaba con su piel y tejido, "como un bocado de tiburón".
La lucha fue larga y dolorosa. Dos años de antibióticos, con el riesgo de daños en el hígado y sordera como efectos secundarios. Múltiples cirugías para contener la enfermedad. Finalmente, recientemente, después de una ardua batalla, Patricia, la primera española en ser afectada por este organismo, consiguió el alta.
La úlcera de Buruli es una enfermedad que ataca sin piedad a las comunidades más empobrecidas del planeta, donde la escasez de recursos médicos la convierte en un enemigo aún más formidable.
El origen y la forma de transmisión de la enfermedad siguen siendo un enigma para la ciencia. Sin embargo, un nuevo estudio apunta a un posible culpable: los mosquitos.