Niño irrumpe en una audiencia del Papa, es tratado con paciencia y recibe un obsequio
El protagonista de la audiencia general del papa Francisco, este miércoles 20 de octubre, fue un niño con discapacidad. El menor de 10 años, subió al estrado y se empeñó en pedir el solideo (gorro papal blanco).
Al inicio de la audiencia en la sala Pablo VI del Vaticano, el niño se acercó al pontífice sin causar alarma a los encargados de la seguridad. Saltó delante de él y el Papa tomó sus manos. Al cabo de unos minutos, el jefe de protocolo, monseñor Leonardo Sapienza, se puso de pie y le cedió su silla a la derecha del Papa.
El niño señaló en repetidas ocasiones hacia el solideo del Papa y su convicción le valió obtener lo que buscaba. Los colaboradores del sucesor de san Pedro le obsequiaron uno y el pequeño regresó con su madre en la audiencia. Lo sucedido provocó aplausos y risas entre los presentes.
“Este niño tuvo la libertad de acercarse y moverse como si estuviera en casa. Agradezco a este chico la lección que nos ha dado a todos. Que el Señor le ayude en su limitación, mientras crece, porque lo que ha hecho le ha salido del corazón”, expresó el Papa.
A pesar de haberle sonreído pacientemente al niño durante todo el tiempo que estuvo junto a él, el Papa no podía darle el gorro de seda blanco que llevaba puesto. Esto se debe a que, según la costumbre católica, los papas solo pueden despojarse del solideo ante Dios en señal de respeto.
Otros niños también, en el pasado, se convirtieron en protagonistas de la audiencia al pasear libremente por el estrado cerca del Papa e incluso sentándose en la silla destinada a Francisco, quien siempre valoró la libertad y la espontaneidad de los pequeños